— ¿Te cansaste mucho, cielo?
— Hayır!
— ¡Qué bueno! Te traeré algo de tomar
— Me dijo dándome un beso en la mejilla—
Junto a mi estantería se encontraba un fotógrafo contratado por la Editorial, que tomaba instantáneas a cada niño o niña que deseaba tener un recuerdo con Min y Hatice, para posteriormente entregarle su fotografía y pasara hasta mi mesa con su saga de cuentos en mano y yo pudiera firmarlos. La secuencia se repetía una y otra vez y en poco tiempo perdí la cuenta de cuantos libros había firmado.
De tanto en tanto cuando cesaban un poco, perdía la mirada en mi hija. La observaba feliz, sonriente y tan extrovertida jugando con los niños, que me hundía en su propia felicidad.
Pensativo, en esos instantes comenzaba a hallar finalmente el propósito de mi destino, el mismo que realmente terrible para mí en los últimos años pero que quizás tuvo que ser de esa manera para que yo lograra percibir la verdadera bendición que Allah tenía guardada para mi vida.
— ¿Qué debo hacer primero, hermano? ¿Tomarme una fotografía con los protagonistas o pedirle al autor que firme para mí la saga de cuentos que compré?
Desde mis últimos días en Los Países Bajos hasta ese momento, anhelaba con ansias oír aquella voz. Soñaba a mi hermano Ömer hablándome incesantemente pero luego despertaba en la realidad de su ausencia.
Por esa razón tuve miedo de voltear y no hallarlo, de buscarlo con la mirada por todo mi alrededor sin poderlo encontrar. Tuve miedo de que aquella voz fuera nada más producto de mi imaginación, sin embargo la oí nuevamente y no dudé un segundo más en voltear la cabeza para observar.
— ¿Si me oíste Oğuzhan? —Preguntó—
¡Es mi hermano! Sí, es mi hermano Ömer y está aquí junto a mí —Me dije una y otra vez intentando asimilar la situación—
Sin pensar siquiera en las limitaciones que mi cuerpo poseía, me sujeté al caminador y me puse de pie, luego me solté para abrazarlo con todas las fuerzas que se me habían acumulado únicamente para ese momento.
— Estoy tan orgulloso de ti, hermano. Ya me habían comentado sobre tus hazañas pero yo tenía que comprobarlo con mis propios ojos. No te imaginas lo feliz que me hace verte de pie.
El tiempo se congeló en aquel abrazo y por más que moría de ganas por expresarle con palabras todos mis sentimientos, a final de cuentas no hicieron faltas en absoluto.
— ¡Seni seviyorum Kardeşim! —Exclamó besando mi frente—
Pese a oír su voz, a abrazarlo y a poderlo sentir, me costó mucho creer que aquel momento fuere real, entonces me aparté por unos instantes, lo observé detenidamente y palpé con mis manos su rostro.
Es él, es mi hermano Ömer y está libre —Me dije—
— No soy un holograma, Oğuzhan. En verdad estoy aquí a tu lado.
Lo abracé nuevamente por incontables segundos y a espaldas de mi hermano observé a mi amigo Baymaz junto a su esposa saludándome a lo lejos con mucha alegría.
— ¡Oye! Toma asiento y bebe lo que te trajo tu esposa, que luego debes seguir firmando los libros de gente que ya está esperándote —Me susurró— Ya luego tendremos todo el tiempo del mundo.
Mi esposa había retornado con un vaso de jugo de naranja para mí, sujetando a Hatice con la otra y luciendo una sonrisa en su rostro, de esas que la delataban como la artífice principal de aquella invaluable sorpresa.
Agatha: ¡Hoşgeldin Ömer!
Ömer: Teşekkürler, hoş bulduk, Agatha!
Farah: ¡Hoşgeldiniz Ömer Bay!
Ömer: Hoş bulduk Farah…
Mi hermano también abrazo con todas sus fuerzas a Farah y posterior a eso, tomó a su sobrina entre sus brazos casi elevándola por los aires.
— Oğuz, bebe el jugo que te traje para que puedas continuar. Hatice ya se quedará aquí a tu lado porque la traviesa casi ocasiona un incidente, correteando por ahí con otros niños.
— ¿Ne?
— Por poco derriban la torre de libros que está del otro lado como exhibición.
Pero si apenas hacía unos momentos estaba observándola delante de mí. Nuestra hija es muy traviesa en verdad —Pensé sonriendo—
Agatha: ¡Loan! ¡Baymaz! ¿Es que acaso no piensan acercarse?
Baymaz: Prefiero mantener distancia, tomar aire y coraje suficiente para poder sobrellevar luego los reclamos de tu esposo.
Pues espero en verdad que su método funcione de alguna manera porque no voy a perdonar tan fácilmente que me haya hecho sufrir tantos días de incertidumbre —Pensé observándolo—
Loan: A mí no tienes nada que reprocharme, Oğuzhan Quiero que sepas que le entregué tu carta a Baymaz el mismo día que me la diste. ¡Por cierto! Déjame felicitarte antes de que continúes con lo tuyo —Dijo abrazándome—
Con mi corazón latiendo de infinita felicidad en mi pecho y agradecido con Allah y con mi familia por otorgarme momentos únicos e inolvidables aquel día, debí cumplir con el tiempo estipulado por la Editorial Dünya Group y mientras lo hacía, todos optaron por dar un paseo a través del gran salón del evento mientras Min, mi hija y yo continuábamos con las fotos y la firma de cuentos, siempre bajo la cuidadosa mirada de mi Agatha.
— Estaré por aquí dando vueltas y luego iremos a almorzar. ¿Te parece bien, hermano?
— Evet! Tamam!
— Nos vemos al rato.
Al día siguiente del lanzamiento oficial, la saga de cuentos de Min “Las Aventuras Del Gato Viajero" se encontrarían disponibles y comenzarían a venderse en las distintas librerías del país, por lo que de algún modo yo debía comenzar a acostumbrarme a aquella nueva faceta de mi vida en caso de que se me ocurrieran en algún momento, escribir más cuentos para mi hija. Pensar en ello, me generaba una sonrisa espontánea y me aportaba aún mucha más felicidad de la que ya cargaba dentro de mí.
Cuando el evento culminó finalmente, toda mi familia y yo fuimos a almorzar a uno de los restaurantes más exclusivos de Bebek, con una magnifica vista panorámica al mar. ¡Muy hermosa en verdad!
— ¿Por qué me miras de ese modo, amor? Merecíamos venir a celebrar a un bonito lugar como este, además todo lo hago pensando en ti, Şehzadem —Dijo llenándome de besos delante de todos—
— ¡Tamam!
Puedo aceptar sin ningún tipo de problema todo aquello pero no que luego me dijera que yo soy un hombre ostentoso porque la ostentosa es ella al traernos a toda la familia y a mí a uno de los restaurantes más exclusivo de Bebek Park.
— Hermano, mejor empieza tu almuerzo ya mismo antes de que tu esposa te succione a besos en cualquier momento —Me susurró mientras yo no perdía la ocasión de abrazarlo una vez más—
En ningún punto de mi vida hasta ese mismo instante habría podido imaginar aquella maravillosa imagen ante mis ojos, como la de mi amigo Baymaz felizmente casado con la Dra. Stephanie Loan, como la de Virgil completamente recuperado de su adicción a las drogas y ansioso por hacer su vida en Estambul, como la de mi maravillosa y encantadora hija Hatice que crecía día con día, jugando y sonriendo en compañía de su incondicional amigo Min, imagen como la de mi fiel Farah, fuerte y siempre dispuesta a acompañarnos a mi familia y a mi a donde sea que fuésemos, imagen como la de mi hermano Ömer, libre de toda culpa, libre también de alma y espíritu, feliz y sonriente, imagen como la de mi mujer, la reina que imperaba mi vida entera, la misma que podía lograr ponerme los pelos de punta y consumirme de amor al mismo tiempo. Mi hermosa esposa Agatha.
En otras circunstancias también hubiese deseado compartir esa mesa con mi madre y con mi hermana mayor pero no existieron maneras de revertir aquellos sentimientos que nos mantenían alejados. A pesar de todo, mi corazón me decía que en algún momento las volvería a ver, que nos reconciliaríamos y dejaríamos atrás hasta el más insignificante resentimiento. Todo desde luego a su debido tiempo, lento y seguro como cada uno de mis pasos.
Compartimos un almuerzo inolvidable, lleno de risas y alegrías y cuando llegó el momento de despedirnos, quedamos que en los próximos días nos volveríamos a encontrar pues el verano había llegado finalmente y teníamos mucho que compartir, disfrutar y por sobre todo, mucho de que conversar.
Mi amigo Baymaz por ejemplo, tenía mucho que explicarme, razón por la cual le hice entender que no se libraría de mí en absoluto. De todos modos y pese a que me hizo sufrir espantosamente durante varios días, le agradecí infinitamente por todo, del único modo que podía. Con el más fuerte y fraternal abrazo.
En cuanto a mi hermano Ömer, él debía volver a Ankara por sus cuestiones personales pero aquello ya no me preocupaba en absoluto pues lo tendría muy cerca y vendría a visitarme las veces que él quisiera.
En Ankara él intentaría restablecerse lo más pronto posible pues allí podría visitar con frecuencia a su hija Elçin pese a su tambaleante relación con Nergis quien luego de tantos escándalos ocasionados también necesitaría restaurar su vida de algún modo al igual que la de su familia.
— ¿Me escribiste una carta?
— ¡Evet!
Efectivamente escribí una carta para mi hermano y por el sobre, en otra nota, le pedí como un favor que leyera la carta en cuanto llegara a su casa pues era algo extensa y deseaba que la leyera con tranquilidad. Necesitaba decirle muchas cosas pero a falta de vos, era la única manera en la que podía expresarle cada una de mis palabras.
En ella le pedía perdón por todos mis errores y por mis graves faltas como hermano mayor, también le expresaba cuanto lo amaba y que ese sentimiento nunca cambió en mi corazón ni cambiaría jamás.
— Será como quieras, hermano. ¡Eso si! Cuando llegue a la casa y acabe de leer la carta voy a llamarte a tu celular y espero que me conteste de inmediato Tamam mı?
— ¡Tamam!
— Ya luego planearemos un fin de semana de vacaciones para los dos, como ir a pescar a Gemlik, por ejemplo. Te gustaba mucho ese lugar.
Aún me seguía gustando mucho ese lugar y me gustaba también la idea de ir allá un fin de semana para pescar en compañía de mi hermano. Me despedí de Ömer con un fuerte abrazo y él de mí con un beso en la frente y mientras se alejaba, la bruma que poseía en mi alma, se desvanecía finalmente por los aires. Mi corazón se liberó para siempre de toda angustia y perdió la consistencia de una piedra que le impedía latir libremente tal cual la ligereza de una pluma.