Estoy aquí, parada delante de mi instituto. Por fin, es el último año de preparatoria y estoy lista para enfrentarme a los obstáculos de la universidad, aún no sé a cual debería inscribirme, todos mis compañeros están alborotados porque quieren quedar en el mismo instituto menos yo, lo único que quiero es poder simplemente salir de aquí y comenzar una nueva vida solitaria en la universidad.
- Hola mi linda Soso, ¿Cómo has estado?- dijo mientras alzaba su brazo para intentar abrazarme.
- Estaba bien hasta que interrumpiste mi paz. No estás respetando mi espacio personal, aléjate.- le dije mientras lo empujaba para evitar que me abrace y me fui de ahí.
Él era Mark, el idiota de la clase B, es famoso por ser líder de la liga de baloncesto de la escuela y porque todas las chicas quieren con él, es simplemente insoportable y yo lo odiaba, realmente lo hacía.
Terminó el primer día de clases y volví a casa llena de tareas. Quisiera que fuera como en la primaria, cuando los maestros solo nos preguntaban como estuvieron nuestras vacaciones y nos dejaban de tarea hacer un dibujito de ellas.
- Ya estoy en casa mamá.- grité mientras abría la puerta.
- Que bueno que llegaste.- asomó la cabeza por arriba de la ventana de la cocina.- Necesito que vayas al supermercado exprés a comprarme unos tomates y un aguacate.
- Está bien mamá.- dije mientras tomaba el dinero de la mesita de centro.- Ya vuelvo.
Realmente no quería ir, estaba cansada de estudiar y de las estúpidas bromas de Mark. Llegué al supermercado arrastrando los pies y con una gran pesadez. Entré y no fue difícil encontrar lo que mamá me pidió. El supermercado era realmente uno exprés, era bastante pequeño y solo se abastecian de los productos verdaderamente indispensables.
Estaba a punto de acercarme a la primera caja para pagar hasta que una señora se acercó a mí para pedirme si podía ir delante mío ya que su hijo se quedó en el carro y no podía esperar tanto, acepté tratando de ocultar mi enojo y simplemente me dirigí hacia la segunda caja, solo eran dos y en ésta se encontraba un chico bastante alto, de cabello castaño y piel bastante clara.
- Buenas tardes.- me dijo mientras sonreía. No me dí cuenta de que lo estaba mirando demasiado, me reincorporé y volví a mi cara seria.
- Buenas tardes.- dije cortante.
- En total serían $30.- dijo mientras aún mantenía la misma sonrisa.
- Gracias.- le dije una vez terminé de pagar y me fui de ahí casi corriendo.
Me sentía extraña, solo podía recordar su sonrisa, era muy linda, espera ¿qué estoy diciendo? claro que no, su sonrisa no era linda.
Llegué a casa y le entregué las compras a mamá, me dirigí a mi habitación y por fin me quité el uniforme escolar, olvidaba que fui al supermercado con él. Comencé a sacar mis libros y libretas para empezar con la despreciable tarea.
Luego de casi tres horas haciendo tareas y leyendo por fin terminé, mamá se había ido y me dijo que tenga cuidado al calentar la comida porque he quemado un total de 6 tuppers por excederme del tiempo con el microondas. Bajé a comer y luego lavé los platos que utilicé, realmente no tenía ganas de hacer nada así que simplemente me digne a mirar la televisión y dormir.