Dejame enseñarte amar

01 || El chico de la autopista

 

01 ||El chico de la autopista

Samanta

Rojo.

Amarillo.

Verde.

El sonido de la autopista resonó en el interior del automóvil, los autos a mi alrededor siguieron su camino. En segundos me encontraba en marcha.

Recuerdos de la pelea anterior con mi madre por teléfono llegaron a mi mente, gruño frustrada mientras apretaba el volante entre mis manos.

Gire mi rostro hacia el asiento del copiloto, mi teléfono vibró e intente tomarlo. Al mirar al frente a través del vidrio freno en seco, el golpe de repente procedió y choco mi cabeza con el volante. Enojada y recitando profanidades camine fuera del auto, después de unos 5 pasos el culpable de mi choque se presentó frente a mí. Con mi vista recorro su rostro, ojos verde oliva, nariz perfilada y unos labios carnosos hacen presencia.

Dios mío.

—Discúlpeme señorita — Menciono mientras se sacaba su chamarra.

De verdad.

Está equivocado, si cree que por chocar mi carro no habrá problemas.

Su mano se dirige al bolsillo de su pantalón, observo cada movimiento intentando descifrar sus intenciones. Mis ojos se abren como platos al ver en su mano 100 dólares extendiéndose hasta mí.

—Me estas chantajeando — Mencione mientras lo miraba intensamente.

—Tómalo como quieras, tú fuiste la despistada— Arrugo su cien mientas posaba él dinero en mi palma y se acercaba a su motocicleta.

Antes de poder hablar, él se encontraba alejándose y desapareciendo entre los vehículos. Gruño frustrada sabiendo que tenia total razón en sus palabras , me introduje nuevamente en el auto y lo encendí esperando arreglar los problemas pasados con mi madre.

Al pasar unos minutos en silencio me acerco a casa, el frio me atrapa de inmediato. La llovizna aún sigue presente, leves gotas de agua caen sobre mi chaquetón. El olor a tierra mojada brota por doquier, camino hasta la puerta del edificio y la abro, Al entrar las paredes blancas y las cortinas negras captan mi atención. Camino hasta encontrarme en la sala, cajas de cartón por todos lados.

Recién me he mudado a Portland, comienzo mis estudios de literatura mañana a primera hora. Mis padres han alquilado una pequeña casa en un vecindario tranquilo, mis expectativas están confiadas en que este año pasara tranquilamente, admito que no me agradaría tener algún inconveniente por mas pequeño que sea.

Van a ser 3 años agotadores.

Camine a la cocina y pose las bolsas del supermercado en la encimera. Regrese a la sala y me deje caer en un sillón. Encendí mi teléfono y dos mensajes de Laila, mi mejor amiga entraron inmediatamente.

Hemos decidido estudiar juntas, nuestras clases comienzan mañana pero su madre la ha convencido de quedarse en España y ausentarse el primer día de clases. Laila estudiara artes escénicas, le encantan las cámaras. En 4 grado de primaria fue Blancanieves en el drama Snow White, gracias a su participación obtuvo 3 notas en Arte y desde entonces ella se ha enamorado completamente de las cámaras.

¿Cómo te encuentras? ✓✓

Bien Sam ✓✓

¿Estas lista para el viaje de mañana? ✓✓

Mama, no se ha rendido en la opción de quedarme y estudiar aquí en España ✓✓

Supongo que aun no esta lista para dejarte ir ✓✓

 Algún día tendrá que acostumbrarse a que ya no soy una niña. Quiero salir y ver el mundo, es mucho suplicar ✓✓

Te entiendo, cada vez que intente hacerte cambiar de opinión, demuéstrale tus pensamientos y tus opiniones 

Estoy de acuerdo con las palabras de Laila, es difícil para cualquier persona alejarse de alguien a quien viste crecer, dar sus primeros pasos y sobre todo terminar sus estudios, es difícil aceptarlo, pero hay que pensar en que esa persona tiene metas y sueños.

Al observar la hora, siento un vacío en el estomago y es allí donde recuerdo no haber comido nada desde la noche pasada espero unos minutos esperando la respuesta de Laila, me decido hacer unas tostada de jamón, después de prepararlas Camino a mi habitación con las cajas entre mis manos, desempaque mi ropa y mis accesorios. 

Cuando termino de vaciar las cajas, bajo rápidamente las escaleras y termine de arreglar la casa. Observe mi alrededor sonriente, un sentimiento de nostalgia y alegría atravesó mi corazón.

—Me siento como en casa — Murmuro mientras caminaba a la cocina, en el momento que termine de cenar, organice la encimera y la bajilla.

Minutos después me adentre al baño, en el instante que el agua realizo un encuentro con mi piel. Suspire mientras pasaba el jabón por cada pequeña parte de mi cuerpo, una sonrisa se dibujó en mi rostro en el tiempo que recordaba todo lo que cambiaría a partir de ahora.

«Un notable cambio»

La paz atrapo cada partícula de mi cuerpo al sentir el suave algodón tocar mi piel, me levante con la intención de cerrar la ventana de mi habitación. Al acercarme a ella, la luna llena ilumino mi rostro y cerré mis ojos mientras escuchaba el viento soplar con tanta calma, que era inevitable no sentir paz.

Paz esa simple palabra es el todo de un alma que necesita descansar.

En contra de mi voluntad cierro la ventana. Caminando lentamente a la mesita de noche, con sumo cuidado me asiento en la silla rodante y abro el portátil. En este una pequeña frase aparece, Nuestra interminable galaxia.

Abro rápidamente el documento y mis dedos recorren todas tecla como si conocieran cada pequeña esquina.

De manera instantánea, el titulo del texto se forma  «Nota»  

Sonrió al recordar que fue una idea creada sobre mis pensamientos sobre el amor y la amistad. El tener la fuerza suficiente para ayudar a una persona y que lentamente esta se convierta en alguien importante para ti. Muchas personas no tienen quien las escuche y aconseje, es difícil enfrentarse a la crueldad del mundo en completa soledad.




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