Mi corazón no va aguantar si no lo sueltas
Mi vida era normal, el mismo patrón siempre, era como seguir el libreto de una obra que ya conocía de memoria. La rutina nunca cambiaba y creo que estaba bien, al menos a mí me gustaba hacer todo de acuerdo a la rutina. Me ayudaba a mantener el orden de las cosas, de otra manera Ethan Rosser sería un completo desastre.
Ser Ethan Rosser no era nada fácil, todos tienen los ojos puestos en mí de una u otra manera, ser un Rosser no era nada fácil. Tenía una presión.
Bienvenidos a la familia Rosser
Un hijo mayor obligado a tener una vida ejemplar, un hermano menor que es llevado por el mismo camino, una madre amorosa cariñosa y atenta y finalmente un padre ausente y estricto les presento a la hermosa o más bien el hermoso apellido Rosser.
Llevar este apellido tiene sus condiciones, todos debe ser de acuerdo a la rutina y nada debe salirse de la misma. Al final es quien soy y nada hará que cambie.
El delicioso aroma proveniente de la cocina invadió mis cosas nasales haciendo que bajara automáticamente
-Buenos días – saludé
- como amaneciste amor…? - preguntó ella tan amable como siempre
-excelente y tú
- muy bien hijo
-buenos días a todos- saludo al entrar en la habitación – solo estoy de paso
- no te quedarás a desayunar...?
- no como ya lo dije estoy de paso – su tono era serio y frío como siempre- por cierto, Ethan
- sí señor – canturreé automáticamente
- espero que ya tengas claro el tema de la universidad
- estoy en eso señor
-muy bien- acomodó su corbata y se retiró
- será que algún día le importaremos…? – interrumpió Jaden entrando en la habitación
-él los quiere solo que está ocupado
-para nosotros siempre lo está- solté molesto
-no piensen eso- no regaló una sonrisa- vengan vamos a desayunar
Siempre era lo mismo, El solo nos hablaba de ser necesario o para algún reproche ese era el gran Jules Rosser, su trabajo rea más que su familia , pero esto es la familia Rosser y es la rutina establecida así que supongo que no puede cambiarse.
Estacione el auto y me adentre en los grandes pasillos del colegio, este lugar estaba lleno de hipocresía, te enteradas de un chisme nuevo en cualquier esquina. Al fin y al cabo, es lo que las personas hacen hablar.
Ethan – llamo haciendo una seña para que me acercará- aquí está mi muchacho
-que es lo que quieres John…?
- yo bien gracias y tú…? - soltó el chico sarcástico
- disculpa hoy no estoy de buen humor – me excuse
- no me digas tiene nombre y apellido cierto? – una mucha salió de su rostro
- si el señor Rosser y sus muy agradables muestras de cariño
- ya olvídalo amigo- me dio unas palmadas en la espalda- vamos el entrenador a estado
preguntando
De no ser por John no sé qué haría la mayoría de las veces, es sabía que decir
exactamente cada vez que me sentía Mal lo el tema de mi padre.
Estaba caminado por los pasillos de la escuela cuando de pronto escuché la voz más melodiosa del mundo era sorprendentemente hermosa, simplemente perfecta.
Camine en busca de la hermosa voz hasta que me di cuenta que provenía de uno de los salones que se encontraban vacíos me dedique solo a escucharla cantar
Cuando me robaste la mirada y no tenías permiso, comprendí que con un dedo no se tapa el sol, yo subestimé tus besos, me atrapó tu hechizo. Por jugar tanto con fuego queme el corazón.
Y aunque siempre estuvo en nuestros panes seguir el libreto.
De repente llega un beso y toca improvisar, culparme a tus labios rotos y a tus bailes lentos. De que no fuimos capaces de reaccionar
Si es por mí, te obligaría a quedarte, pero el viento sopla a tu favor y si cuesta una vida atraparte no lo hagas peor.
Déjame ir
Prohíbele a tus ojos robarme el aliento.
Obliga a tu boca que procure estar lejos
Déjame ir
Ordénale a tus manos no tocar mi puerta
Va a ser mejor si no se entera que está abierta
Mi corazón no va aguantar si no lo sueltas
Déjame ir
Y aunque tengo escrito tantos planes para que me quieras
Sé que es cierto que el amor es un juego de dos
Porque eso de sur tu amigo sin romper las reglas
Hoy quisiera ser honesto jamás funcionó
Si es por mí, te obligaría a quedarte, pero el viento sopla a tu favor y si cuesta una vida atraparte no lo hagas peor.
Déjame ir
Prohíbele a tus ojos robarme el aliento.
Obliga a tu boca que procure estar lejos
Déjame ir
Ordénale a tus manos no tocar mi puerta
Va a ser mejor si no se entera que está abierta
Déjame ir
En ese instante pareció darse cuenta de mi presencia porque se calló de golpe.
-porque paras...? – pregunté
- yo… yo tengo que irme -soltó algo nerviosa