Déjame ir

Eso yo le llamo estrategia.

Sin duda alguna la perfección se encontraba ante mis ojos, llamenme cursi. Lo cierto es que cada vez que estoy cerca suyo me siento tan debil, Natalie Richardz la chica que robo mi corazón con algo tan simple como el sonido de su voz el simple contacto de la dulzura y la perfección de su voz dentro de mis oídos logro revolucionar todo en mi por completo. Natalie a logrado cosas que nunca imagine llegar a sentir, esa niña tan dulce, esos ojos que sin necesidad a una palabra logran decir muchas cosas. 

La noche era simplemente increíble, lo sentía así cada noche que salia con ella, el silencio abunda a el lugar, pero era un silencio para nada incomodo.

—Conmigo- soltó repentinamente 

—¿Que cosa?- pregunte a lo que ella me respondió con una sonrisa metras negaba con la cabeza

—Que bailara una de Juan Luis por ciempre conmigo- caí en cuenta a lo que se refería y sólo me dedique a escucharla y a acariciar su cabello 

 

Y emborracharnos por la ciudad con Dios de testigo
Ya quiero decirle

Que bailemos
Que lo peor que puede pasar es que nos gustemos
Que a lo mejor de alguna otra vida nos conocemos
Ay, qué suerte la mía que hoy te volví a encontrar
En este lugar
Porque cuando las cosas buenas tienen que pasar
Simplemente pasan

Se aparto  de mi bruscamente para mirarme a los ojos.

—juro que intento descifrarla- me miro fijamente— pero es que no lo quedó entender 

—¿el que? 

— tu mirada- la mire un poco confundido— es decir, osea que tienes una manera tan peculiar de mirarme 

—es que sinceramente no se como miro- trate de excusarme— juro que no lo se 

—mira es algo así hizo un gesto raro 

— definitivamente yo no miro asi-me queje 

—ahhs es que no se como explicarlo- coloco ambas anos en su cabeza 

—¿Tienes que ser tan dramática?- me miro fijamente arqueando una ceja y no pude evitar reír 

—¿que es tan gracioso?- obtuvo otra carcajada como respueta— oye también quiero reirme- se puso de pie y coloco ambas manos en su cintura gesto que me pareció tan graciosa haciedome reír otra vez 

Pagaría una y mil veces para estar asi, sin duda pagara cualquier suma sin importar cuan grande sea con tal de estar así con ella.

—esto ya no me esta pareciendo gracioso Rosser 

— es que es muy divertido verte enojada- volví a reír 

— oye Rosser- me dio un golpe en el hombro y se echo a reir— no tiene ningún poquito de gracia 

Me empujo para que cayera

— eso es jugar succio Richardz- golpee suavemente su hombro— luego no se aceptan quejas 

— se afrontar las consecuencias de mis actos- comenzamos una pequeña pelea para ver quien tumbaba al otro—ok debemos calmarnos 

—estoy de acuerdo- añadí mientras retomaba mi puesto en la vieja banca ella imitó mi acción tramando asiento a un lado mío y reposo su cabeza en mi hombro.

Ambos quedamos en silencio sin saber que decir.

—¿Puedo contarte una historia?- ella asintio si quitar su vista del cielo— dicen que existió un ángel llamado Estefanía, ella era la hija de los reyes Diego y Samantha, era una escultura griega de carne y hueso un ángel convertido en Princesa.Tenía todo para ser feliz pero le faltaba el, su príncipe. Por otro lado estaba El principe Damiand el te iba todo lo que quería, pero no la tenía a ella. Ambos estaban perdidamente enamorados.

— ¿pero..?- pregunto Mirándome— siempre hay un pero 

—¿Podrias dejarme continuar?- la interrumpí, ella se limito a responder con esa hermosa sonrisa— Continuo ¿Dónde estaba?- hize una pausa— a si. Había un pequeño problema, sus reinos eran eternos rivales y sus padres se odiaban más que nada en el mundo.

— ¿a eso le llama pequeño?- volvió a interrumpir— eso es un desastre- se giró para verme y lo noto— ok me callo, continúa- una risa se me escapó— ambos estaban destinados a vivir separados y a continuar con aquella rivalidad, estaban recipnados hasta que el destino los volvió a unir, ambos príncipes estaban dispuestos a luchar el uno por el otro- volví mi vista hacia la chica que me miraba de forma extraña— ¿Que?

— ¿En eso termina?

— no- halze mi vista nuevamente al cielo 

—¿Que esperas? Continúa 

—curioso- ella arqueo una ceja— ¿ahora sí quieres que hable?

— Ethan- golpeó mi hombro 

— ¿tienes que maltratarme?- pase mi mano varía veces por mi hombro simulando dolor 

— no seas teatrero Rosser- lleve ambas manos a mi pecho para añadir algo de drama 

—¿Como me llamaste?- seguí dramatizando mientras la chica solo reía— terminaré la historia el día que me trates bien- simule estar indignado 

— Pero- eso en definitiva la había tomado por sorpresa— eso se llama jugar sucio 

— Yo le llamo estrategia

—¿Estrategia?- asentí nuevamente 

— mi madre solía contarnos esa historia cuando éramos niños, recuerdo  ver a Jaden tan entusiasmado todas las noches con o si fuese la primera vez que la escuchaba- volvió a reposar su cabeza en mi hombro 

— ¿Jaden conoce la historia?- pregunto un tanto curiosa 

—como la palma de su mano- respondí restando importancia al asunto— Jaden a escuchado la historia tantas veces como yo 

— le preguntaré el resto 

— oye eso es jugar sucio 

— se llama estrategia- respondió imitando mis palabras 

—creo que ya es tarde- comenté mirando la hora en mi reloj 

— no quiero irme- solto aferrándose más a mi 

— ni yo- la atraje un poco más hacia mi- pero es hora que este angelito regrese a su hogar.

— los angeles están en el cielo Ethan- se aferró más a mi— te equivocas 

— tu eres un angelito que se cayó del cielo 

— Que romántico eres-dijo con un tono burlon 

— a las chicas les gusta 

— no te confundas- se paró de golpe para echarse a correr 

— no estoy confundido- corrí hasta alcanzarla— se ve en tus ojos- la abrace por la cintura acorte la distancia que nos separaba  para luego unir nuestros labios— siento que ya lo tengo todo.



#20638 en Novela romántica
#3463 en Chick lit

En el texto hay: angel, canto, rosser

Editado: 17.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.