Dejando de lado la razón

capitulo 24 ( es diferente)

Horas despuse

Han pasado varias horas con decirles que ya es de noche y no sé nada de Santiago, ni una llamada, ni un mensaje. Mi mente divaga no se que hacer estoy aburrida y sola en esta casa tan grande… Camino de un lado de la habitación al otro, quiero salir a explorar la casa, tal vez me encuentre cosas interesantes. Bajo hasta la cocina y después subo por las escaleras. Entro a la primera habitación y veo una cama con varios mubles… se ve que esta desocupada no ay nada interesante. Paso a la siguiente habitación y esta es como una especie de gimnasio ay varios elementos para hacer ejercicio, me gusta. Las otras dos habitaciones son iguales que la primera, no sé porque ay tantas habitaciones prácticamente basias ya que nadie duerme ay que yo sepa. Subo a la oficina de Santiago y tal vez no deba estar ay ya que es como meterme en cosas que no debo y tal vez a el no le guste, pero la curiosidad me gana y pues si el no se entera nadie lo sabrá y los hombres que él tiene están cuidando es afuera de la casa no adentro.

Entro a la oficina es oscura como les conté la primera vez que la vi, decido ir a mirar cajones ay muchos papeles, un cajón lleno de armas y otro mas abajo con municiones, ay un cajón que esta con llave al pie del escritorio, me pongo a buscar la llave porque quiero saber que esconde adentro ya que, por algo esta con llave.

Estoy por empezar a buscar, pero escucho el ruido de unos carros llegar. Me asomo a la ventana y veo que es Santiago llegar con los carros él se baja del carro y se dirige al otro, no sé, pero esta algo tenso, me dijo al ascensor rápido ya que no quiero que me encuentre aquí.

Me dirijo a la sala y me siento a mirar mi celular o aparentar que lo hacía.

-Hola princesa- entra y se acerca a darme un beso

-cómo te fue? –

-bien y a ti como te sentiste aquí sola? -  me sienta al pie mío

-pues… bien – sonrió- te extrañe – me acerco y lo beso sus labios están fríos y tiene un ligero sabor a whisky. -tomaste?  - lo miro fijamente

-poquito – me sonríe y me besa, se sube encima mío y yo acaricio su pelo. – me debes algo – empieza a besar mi cuello

-lo sé – sonrió, en verdad el me enloquece y tener lo cerca aún más.

El pone su mano debajo de mi camisa y me hace gemir, llevo mi mano a su espalda, pero siento un arma en su cintura.

- no tengas miedo – el siente mi expresión- jamás te haría daño princesa – acaricia mi mejilla

-Señor… -entra uno de sus guardias – heee perdón – da la vuelta cundo nos ve en la posición que estamos- es que ya esta el pedido del supermercado – dice

- bien entonces ya voy sal – ordena -ya vengo – me da un beso y sale.    Me arreglo mi camisa y me paro veo por la ventana que Santiago se dirige a una cabaña que está a lo lejos donde se ve una luz, no se porque siento esto, pero ay algo que em dice que valla a ver. Decido ir a ver, pero no salí por la puerta de al frente ya que ay 2 hombres altos, salí por la puesta de atrás que es casi lo mismo, pero nadie la estaba vigilando ya que Santiago se llevo a varios hombres para esa cabaña.

Me acerco un poco apoyándome de la pared.

-Por favor yo les pagare les responderé por eso, pero – oigo la vos de un hombre suplicando, algo agitado como con preocupación

- No me importa debió de haberlo pensado antes – la vos de Santiago es fuerte y temeraria

- escúcheme yo y me compañero- Santiago lo interrumpe

-  Usted y su compañero nada, nada. Porque ya no lo va a volver a ver – su vos me asusta

Me asomo un poquito en la puesta ya que esta todas abierta ay 5 hombres ay mirando a el señor que esta rodilludo y atado, Santiago esta aferente de el pasado mirándolo, veo como Santiago saca una bolsa de un polvo y la inhala

-por favor tengo hijos y una esposa le juro que jamás les volveré a robar- veo como Santiago lo mira con pesar.

-Lo siento, pero lo va a tener que dar solos-

-deme una oportunidad – le ruega el señor que esta llorando es como de unos 35 años

- yo no doy segundas oportunidades – Santiago se agacha y lo toma del pelo mientras veo como el pobre hombre llora, la saca su arma y se la pone en el cuello

-  por favor no – dice el hombre entre llanto

-que pesar tener que hacer esto eras bueno – él lo empuja así atrás haciendo que el caiga al piso.

Santiago se parea y lo veo fijamente mientras el Señor le ruega que no lo haga, Santiago prepara el arma y le apunta -por favor – el señor se intenta correr para atrás, pero los hombres de Santiago no lo dejan.

Estoy a punto de ver como Santiago va matar a alguien, a un señor que tiene una familia y una vida.

Santiago apunta y dispara, la bala le cae en el pecho y al perecer no le vasto una, sino que vuelve a disparar, pero esta vez cae en el estómago. Veo como el señor vota sangre por la boca y muere al instante. No sé, pero estoy llorando, me deslizo en la pared y tapo mi boca para que no salga el ruido de mi llanto.  Ver ha ese señor ay, ver como la persona que amas acaba de matar a un hombre en tu cara, la mirada tan fría de Santiago así ese hombre… Como le disparo sin piedad sin impórtale que el tenían una familia que lo necesitaba.  

-Erika – Veo a Santiago que sale de la cabaña con sus ojos rojos  -no es…- intenta acercarme a mí, pero yo me aparto, me paro y corro así la casa se que el viene detrás de mí… y yo se que tal vez  soy tonta a suponer que el esta en este mundo metido y no mate a nadie,  pero es diferente decirlo a verlo en persona.   

 




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