Dejarlo todo

CAPÍTULO 1

Llegó el momento de seguir mi sueño, de dejar a mi familia y amigos atrás. De verdad pensé que este día nunca llegaría, pero ahora estoy aquí, demasiado emocionada porque voy a cumplir lo que siempre quise: convertirme en una excelente pediatra. Me encantan los niños y, aunque sé que es un camino largo y lleno de retos, estoy decidida a lograrlo.

Con mis maletas listas, salgo de mi habitación hacia la sala donde todos están reunidos. Mi mamá, con una expresión de tristeza en su rostro; mi papá, con una actitud neutra como siempre; y mi hermana, quien, igual que mi madre, está visiblemente triste. Siempre he tenido una relación muy cercana con mi hermana, solo dos años nos separan, y ella es mi mejor amiga y confidente.

Aunque siempre tuve claro lo que quería estudiar, mi padre esperaba que cambiara de opinión y me dedicara a administrar sus empresas. Sin embargo, eso no era para mí. Desde pequeña supe que mi vocación estaba en otro lado. Mi madre, en cambio, siempre me apoyó incondicionalmente, y gracias a ello, después de un año y medio de esfuerzo en un curso básico, logré ingresar a la universidad. Esta no se encuentra en mi ciudad, está a cinco horas en avión.

Donde me quedaré no será en la residencia de la universidad. No quería estar sola en una habitación, así que contacté a una amiga de hace años. Aunque hacía tiempo que no hablábamos, siempre tuvimos una buena amistad. Hace poco me comuniqué con ella, y me comentó que estaba viviendo en la misma ciudad donde está la universidad, en un departamento.

Todos los gastos de mi universidad y mi estadía serán cubiertos por mis padres. Aunque mi papá no esté del todo contento con esta decisión, al final sé que terminará apoyándome, o al menos eso quiero creer.

Cuando termino de bajar mis maletas, me acerco a mi hermana, y nos fundimos en un abrazo fuerte.

—Te voy a extrañar, Fer —me dice, con los ojos brillando de lágrimas.

—Yo también te voy a extrañar, hermanita, pero verás que el tiempo pasará rápido. Además, puedes visitarme cuando quieras.

—Eso tenlo por seguro.

Luego, me acerco a mi mamá y la abrazo.

—Mi niña, estás a punto de cumplir tu sueño. Solo quiero que sepas que tienes todo mi apoyo, aunque te vamos a echar muchísimo de menos —me dice, con lágrimas deslizándose por sus mejillas.

—No llores, mamá. Yo también los voy a extrañar muchísimo, pero te prometo que todo valdrá la pena.

Finalmente, tomo mis maletas y me acerco a mi papá. Aunque él no dice nada, su mirada lo dice todo. Sin importarme si quiere o no, me lanzo sobre él y lo abrazo con fuerza.

—Te voy a echar de menos, papá. Aunque no haya querido estudiar lo que tú soñabas, quiero que sepas que te quiero mucho y que siempre te he visto como mi héroe, porque, a pesar de todo, siempre has estado ahí para mí.

Sin esperar respuesta, me separo, tomo mis maletas y salgo de la casa que fue mi hogar durante toda mi infancia. Sé que esto puede parecer algo dramático, pero nunca antes me había separado de casa por tanto tiempo. Lo que estoy por vivir será una aventura en la que aprenderé lo que significa ser independiente. Aunque mis padres cubran mis gastos, tengo claro que buscaré algún trabajo para no depender completamente de ellos. Mi madre insiste en que me concentre en mis estudios, pero sé que encontrar un equilibrio será importante.

Cuando estoy fuera de la casa, escucho el claxon de un auto. Sé perfectamente quién es: Mark Jones, mi novio. Llevamos un año juntos, pero no se lleva bien con mi familia. Con quien tiene una relación un poco más cordial es con mi papá. Sin embargo, sé que la relación con Mark está condenada al fracaso. Estoy al tanto de sus infidelidades, y para ser honesta, me da igual. Hace tiempo que dejé de sentir algo por él.

Entonces, ¿por qué no termino con él? La respuesta es sencilla: mi papá. Él insiste en que unir nuestras familias sería lo mejor, especialmente porque nuestras empresas están haciendo negocios juntos. Pero, siendo sincera, ni loca me casaría con Mark. Es un mujeriego, arrogante y presumido.

Mark baja del auto, me da un beso rápido en los labios y guarda mis maletas en el maletero. Me llevará al aeropuerto. Este será el momento perfecto para dejarle claro que nuestra relación ha llegado a su fin.

—Vamos, preciosa —dice con una sonrisa forzada, solo porque mi familia está observando.

Sin contestarle, me vuelvo hacia mi familia y les hago un gesto de despedida. Luego, entro al auto, y este arranca. Durante el trayecto al aeropuerto, me mentalizo para la conversación que estoy a punto de tener.

Cuando llegamos, decido no esperar más.

—Mark —lo llamo, con firmeza en la voz.

—Dime.

—Creo que aquí se acaba todo entre nosotros. Yo me voy a otra ciudad, y tú puedes ser libre. Aunque, para ser honesta, ya lo eras.

—¿Terminar? ¿Crees que eso es una opción? Tu papá no estará muy feliz con esta decisión, y menos considerando los negocios que está haciendo con mi padre.

—Mark, me da igual lo que piensen nuestros padres o los negocios que tengan. No pienso seguir contigo, y esto no es negociable. Solo te estoy avisando.

Sin darle tiempo a responder, salgo del auto y saco mis maletas del maletero. Entro al aeropuerto, lista para comenzar una nueva etapa de mi vida. Cruzo las puertas, y algo en mi interior me dice que mi vida está a punto de dar un giro de 180 grados. Esta será una experiencia única, y pienso disfrutarla al máximo.




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