CAPÍTULO 4

Hoy comenzaba la universidad. Ya estaba totalmente instalada en el piso, aunque me sentía muy nerviosa. Todo era nuevo para mí, pero, a pesar de todo, estaba emocionada por comenzar algo que siempre quise.

Estaba lista para desayunar y salir, pero como no sé cocinar, solo me preparé un vaso de leche. Madi se fue muy temprano para encontrarse con su novio, así que me tocaba ir sola a la universidad.

—¡Buenos días! —dije cuando vi a Alexander salir de su habitación.

—Hola —me respondió, y siguió directo a la cocina. Yo aproveché para ir a mi habitación y sacar lo que me faltaba antes de irme.

Hice un repaso mental de todo lo que tenía que llevar para no olvidarme de nada. Cuando ya estaba lista, salí a despedirme, pero justo en ese momento escuché la voz de alguien.

—¿No vas a comer nada más? —preguntó Alex.

—No, prefiero que la cocina siga intacta.

—Toma —dijo, extendiéndome un par de sándwiches con queso.

—Gracias —respondí, mirándolo extrañada, porque no tenía por qué prepararme nada—. Bueno, ya me tengo que ir, si no se me va a hacer tarde.

—Sí, está bien. Adiós.

—Adiós.

Cruzo la puerta de la universidad, un poco nerviosa, ya que era mi primer día y es normal sentirse así. Intenté encontrar el salón de clases hasta que finalmente lo logré. La primera clase era Química, y esperaba que no fuera demasiado pesada.

Después de las dos primeras clases, llegó el momento del descanso. La verdad es que me habían gustado mucho las clases hasta ahora, y había hecho una amiga, Alice. Ella también está estudiando Medicina, así que nos tocarán algunos cursos juntas. Salimos juntas al patio de comidas para charlar y, de paso, comerme los sándwiches que me preparó Alex.

Al llegar al piso de Madi, me sentía cansada. Solo quería llegar a mi cama y dormir, aunque aún tenía que repasar algunos apuntes y hablar con mi hermana sobre cómo me había ido. Entré al apartamento y no escuché ruido, así que supuse que no había nadie. Fui directo a mi habitación, me senté a hacer todo lo que tenía que hacer.

Ya de noche, me fui a la ducha y luego me puse el pijama. Decidí ir a la cocina para prepararme un café, pero escuché la televisión encendida en la sala. Me acerqué y vi a Alex viendo una serie, así que me senté a su lado.

—No sabía que estabas aquí —le dije.

—Pues ya ves que sí, de hecho, estuve aquí hace rato.

—¿Madi y Zack no paran aquí? Se me hace raro que no estén a estas horas.

—Normalmente, los lunes pasan con sus padres y no llegan hasta el día siguiente.

—Vale —respondí, asintiendo.

Seguimos viendo la serie hasta que pasó una escena algo incómoda para mí, así que saqué mi celular y comencé a revisar los mensajes pendientes.

—¿Sabías que eso es lo que hacen los adolescentes cuando pasan este tipo de escenas frente a sus padres? —me dijo, rompiendo el silencio.

—¿El qué? —pregunté, sin saber a qué se refería.

—Eso que estás haciendo, tratando de no ver la escena porque te sientes incómoda y lo estás evadiendo.

—No... no es eso. Es solo que...

—Sabes que es algo normal, ¿verdad?

—Eso no le quita lo incómodo.

—¿Incómodo, por qué?

—Porque eres una persona desconocida para mí aún, y ver eso... pues es incómodo.

—¿Tienes novio?

—¿Qué? —me sorprendió la pregunta.

—¿Tienes novio? Porque supongo que a tus 20 años ya has tenido uno, ¿cierto?

—Ah... sí, bueno, no. O sea, he tenido novio, pero terminó mal. Aparte, ¿qué tiene eso que ver?

—No sé qué le ves de incómodo si ya sabes cómo va la cosa —dijo, divertido.

—¿Hablas de si he tenido sexo? Pues sí, sé de qué va la cosa, pero no es que lo recuerde con tanto detalle tampoco.

—¿Cómo? —preguntó, poniendo en pausa la serie.

—Pues, mi exnovio fue mi único novio, o mejor dicho, "ex". Al principio estaba súper enamorada, pero luego me di cuenta de que solo me usaba. Sin embargo, seguí con él. Ahora, ¿por qué? No lo sé.

—Vaya, esta charla se puso interesante... pero no debería ser incómodo, sabes. Estudias Medicina, verás cosas peores.

—Lo sé, pero eso no hace que sea menos incómodo.

—Ya veo. Bueno, creo que ya me voy a dormir.