Para quienes han sentido que su luz se apaga.
Para los que cargan con traumas que nadie ve.
Para los que pelean por mantenerse en pie.
Y para aquellos que, sin saberlo,
se convierten en la razón de otro para seguir luchando.
A veces, no basta con sobrevivir.
Hay que aprender a vivir, incluso cuando el pasado pesa más que el presente.
Esta es la historia de dos chicos:
uno roto por dentro
y otro a punto de quebrarse.
Uno que quería desaparecer
y otro que sólo necesitaba que alguien creyera en él.
No es una historia perfecta, ni pretende serlo.
Pero es real.
Y eso, a veces, vale más que cualquier final feliz.