Hoy es nuestro último día de exámenes, luego nos toca actividades recreativas y para finalizar nuestro baile de graduación.
Los chicos me han estado dando ánimos para que invite a Jay, pero mi timidez puede más.
—¿Cuándo le vas a decir? —Jake aparece abrazándome por detrás.
—Mmmh... ¿Nunca?
Me da vuelta y se queda mirándome fijamente.
—Bueno, planeaba decirle en alguna actividad recreativa. Por supuesto que no será en la de La Casa del Terror porque no le gustan esas cosas, ¿cuál piensas? —Comenzamos a caminar.
—En algún juego de lanzamiento —Sung Hoon se une a la conversación.
—Me toco el pecho—. Me hiciste asustar.
—Ríe Sung Hoon—. Puedes decirle que si ganas, le vas a decir algo.
—¡Qué inteligente eres! —Chillo—. Por eso te quiero —Me acerco, le doy un beso en la mejilla y este se queja.
Entro al colegio dando saltitos y sonriendo mientras escucho cómo se ríen Jake y Sung Hoon.
A lo lejos diviso a los chicos y voy corriendo hasta ellos.
—Buenos días, jóvenes compatriotas.
—¿Jóvenes compatriotas? ¿Por qué estás tan feliz? —Heeseung enarca una ceja.
—Porque se terminan los exámenes y voy a ser un alma libre.
—Ahora nos toca un examen, joven compatriota —Jung Won pasa su brazo por mi hombro y nos dirigimos al salón.
A pesar de ser uno de los menores, nos llevamos muy bien y en varias ocasiones nos olvidamos quién es el menor y quién es la mayor.
Cada quien se sienta en su lugar, durante los exámenes decidimos sentarnos en diferentes partes del salón.
Jung Won y Ni-Ki en la primera fila.
Sung Hoon, Sunoo y Heeseung en el medio.
Jake, Jay y yo en la última fila.
—Buenos días. Vayan pasando las hojas, por favor —El profesor entra con unas copias y se las da a los chicos para que las repartan.
Nos dimos ánimos y esperamos que nos pasen la hoja.
Nos indica que comencemos, el examen se me hizo muy fácil. Pero, todo gracias a que estudiamos juntos y como este era nuestro último examen decidimos hacer una pequeña broma a nuestros compañeros para ver sus reacciones.
"—¿Y si hacemos alguna maldad inocente? —pregunto mientras guardo mis libros.
—¿Cuál sería tu maldad inocente? —Sunoo me interroga.
—Y si en el examen luego de terminarlo, ¿nos paramos al mismo tiempo para entregarlo?
—¿Eh? ¿Y cómo haríamos eso? —Jay me mira atentamente e intento no ponerme nerviosa.
—Te apoyo al cien por ciento. No sé cómo lo haremos, pero te apoyo —Jung Won me aplaude.
—Por eso somos besties —Chocamos los cinco—. Mi plan es el siguiente, tendremos unas señales que solo nosotros sabremos. Por ejemplo, los que tiren o hagan sonar algún objeto significará que ya terminaron, mientras que los que tosan significará que están a punto de terminar.
—¿Estás segura de que saldrá bien? —Ni-ki no está muy convencido.
—Nada puede malir sal —Elevo mis brazos y estos me miran asustados—. Es una broma, es una broma. Lo intentemos.Si sale, genial, y si no, no nos afectará en nada.
Termino la prueba y miro de reojo a los chicos, ninguno está escribiendo. Pero, ¿por qué no hicieron ninguna señal? Ni siquiera me miran.
«¿Me paro de golpe?»
«¿Y si alguno todavía no terminó?»
«¿Y si se enojan por levantarme primero?»
«No, recuerda que ellos no son como tus otros "amigos"»
«Está bien, me voy a parar y que sea lo que Dios quiera»
Me levanto de golpe y conmigo se levantan los chicos, los miro igual de asombrada que el profesor y mis compañeros.
—¿Ya terminaron? —El profesor nos mira asustado y luego a su reloj—. Es muy temprano.
—Sí, profesor. Queremos entregar nuestros exámenes.
—¿Y no lo revisaron? —El profesor no sale de su asombro—. Bah, ¿para qué les pregunto si son los mejores de la clase? Entreguen —Extiende su mano y cada uno entrega su hoja.
No tardan nuestros compañeros en empezar con sus teorías de por qué nos levantamos al mismo tiempo.
—Disculpen. Están en un examen —grita el profesor—. Pueden retirarse si lo desean.
Asentimos, recogemos nuestras cosas y salimos del salón haciéndole una reverencia.
Vamos en silencio hasta el jardín.
—¡Eso estuvo genial! —Jung Won no puede ocultar su sonrisa.
—Quedaste como la jefa —Heeseung comenta riendo.
—La jefa. Sí, sí —Me agacho para ver si hay algún insecto por los chicos y siento sus miradas clavadas en mí.
—¿Qué haces, Lily?
—Viendo si hay insectos —Termino de analizar la zona—. No, no hay nada. Pueden sentarse o recostarse.
Me siento en un lugar con sombra y acto seguido algunos de ellos hacen lo mismo, excepto por Jay, quien se recuesta en mi regazo y me deja sorprendida.
Con el paso del tiempo, se suelta más y eso me gusta.
—¿Y qué haremos después de clases? —Sunoo juega con el pasto.
—Mmmh... No sé. ¿Lo que nos gusta? Por ejemplo, comer ramen, bailar, jugar y ver películas —Sin darme cuenta hablo mientras le acaricio el cabello a Jay, este, se remueve y paro.
—¿Y qué cosas te gustan a ti? —Jay intenta mirarme.
—Pasar tiempo con ustedes —Sonrío y empiezan a burlarse por lo cursi que soy.
—¿Qué haces? —Jay me habla por lo bajo mientras los chicos están discutiendo sobre lo que haremos.
—¿Eh? —No entiendo a qué se refiere.
—Estaba disfrutando.
Vuelvo a acariciar su cabello, sonríe y se acomoda mejor.
Todos nos quedamos en silencio esperando a que toque el timbre. Nuestra paz dura cinco minutos. Nos levantamos quejándonos y corrimos hasta nuestra clase, este profesor es muy puntual.
Volvemos a nuestros asientos y comienza la clase, aburrida como siempre, pero esta es la última. Anotamos todo lo que dice y toca el timbre, nos levantamos rápidamente y salimos de ahí.
—¡A comprar ramen! —Heeseung corre hasta la tienda de conveniencia que queda en la esquina del instituto.
Entramos al mismo tiempo entre golpes y el chico que atiende nos mira confundido. Le hacemos una reverencia y vamos hasta donde se encuentran las variedades.
Editado: 27.12.2025