Solía narrar historias como de costumbre. Los chicos lo rodeaban siempre que iniciaba un nuevo relato.
—Bueno— dijo aclarando su garganta y arrastrando un butaca para sentarse en medio de ellos, cuál bohemio puro digno de un trovador sincero, inicio su relato que hizo a todos suspirar.
— bella, con un belleza distinguida, llevaba una tristeza onda y al parecer guardaba en el baúl de los recuerdos sentimientos de culpabilidad, pero siempre mostraba una sonrisa al pasar...una sonrisa melancólica y triste. Sus ojos grandes, tiernos e inocentes daba la sensación de que siempre estaba preguntandose algo o confrontando algo, pero su mirada profunda e inquieta, hacia que nadie la notara para no dejar que descubriera lo que guardaba su corazón y por que aunque se vistiera de alegría llevaba un traje gris en su interior.Era un amor imposible por que eran dos mundos distintos, dos vidas separadas por el destino antes de la vida y después de la muerte. Decía muchas cosas con su habla hermosa, con sus manos juguetonas y con su silencio hueco.
Respiró hondo tomó un vaso con agua de un recipiente de barro, refresco su garganta y —su cintura era esbelta y su dansones pasos al andar atraía la mirada de muchos, pues admiraban su belleza de buena estirpe digna de una princesa medieval. Sus labios amorosos habían dado dado mucha felicidad...fue una fracción en el tiempo.
—pero dinos narrador_ interrumpieron contrariados
—¿ qué se hizo ella ? ¿ se marchó? ¿murió?
—un abrazo, un adios— afirmó trémulo y melancólico.
_¿ a caso murió? _ interrogaron inquietos.
EL narrador no articuló palabra alguna.