Ven, detente si vas de prisa,
Que no te sea árida la brisa,
Eres tú, ácemila herida,
En mil otoños de tús días.
El silencio vagabundo,
Me pidió un suspiro,
Y tús palabras sin sentido,
Y mi quietud en lo sombrío.
No mires mis manos toscas,
No mires mi piel crepuscular,
Ni la simple idea incapaz,
No mires con befa mi hablar.
Añoro vivir en las montañas,
Y respirar el aire fresco,
Despertar cada mañana,
Y sentir que vivir merezco.
"Sabios en su prudencia"
De la flora hacen violencia,
El vértigo de sus costumbres,
Apagó tu luz ¡oh inminencia!
Soy serrano aunque no quieras,
¿quitarán mi casta experiencia?
Volverá a sonreir ¡oh primavera!
Serrano soy, serrano de conciencia.