Del cielo a la tierra : el sello de 1.000 años

Capítulo 1 : promesa

Me llamo nathan kava, tengo 19 años, mis padres se conocieron desde muy pequeños, aunque no quieren hablar de eso, en fin, como no tenía un apellido para presentarme formalmente, pedí permiso para elegir uno. 

desde muy joven quise estudiar medicina y es por eso que elegí el nombre de una planta medicinal, es algo gracioso para quien entienda esa ironía. 

no hay escuelas aquí, así que trato de aprender tanto como pueda por mi cuenta, por suerte aquí hay una biblioteca con una gran variedad de libros.
por cierto, actualmente vivo en una torre rodeada de un hermoso jardín, si mal no recuerdo, lleva el nombre de "avalon", no lo sé, pero parece que mis padres le tienen mucho cariño a este lugar. 

de vez en cuando suelo ir a la ciudad más cercana "río blanco", llamado así por el algodón que siempre vuela hasta el agua, es una vista muy hermosa al atardecer...bueno, al menos...así lo era hasta hace un año. 

Febrero 04 de 1475, muy temprano en la madrugada, fuertes temblores sacudieron la tierra, como si la tierra misma fuera a partirse en pedazos. Los fuertes temblores duraron días, fue ahí cuando todo comenzó. Se la conoció como "disaster" o "la noche eterna". 

Una gran grieta se abrió en la tierra, de ahí mismo salieron unas cosas nunca antes vistas, al menos no en este tiempo. Se las había llamado demonios, libros muy antiguos describían a estas cosas como bestias sedientas de sangre, sin control sobre si mismos y por su puesto, sin inteligencia, la viva encarnación de un berserker, en cuanto a la apariencia no explicaban mucho, nadie que haya estado frente a ellos vivia para contarlo. La escasa información que había, era de gente que vivía huyendo o de quienes supuestamente habían realizado un trato con ellos. 

Febrero 07 de 1476, Nathan había tomado prestado el caballo de su padre, como hacía habitualmente, fue hasta la ciudad "río blanco". 

siempre que podía, iba hasta allá para saber si había algún herido o enfermo, si bien no era un experto en el área y todo lo que sabía provenía de libros que tenía en su biblioteca, intentaba ser de utilidad,  esto era mucho mejor que estar en la torre sin hacer absolutamente nada.


Todo iba "bien", pero en un callejón oscuro, había una figura de una chica de no más de 20 años, ella estaba en un rincón en el suelo, lágrimas caían de sus ojos y parecía estar sufriendo mucho dolor. 

nathan se bajó del caballo y corrió hacia ella, pensó que tal vez, aunque la posibilidad sea mínima, podría ayudarla. 

a tan solo unos pasos de ella, el se detuvo, sus manos temblaban y sus piernas no le respondían, lo que vio no era algo que seria fácil olvidar. frente a el, una chica joven de cabello negro cubriendo sus ojos y una piel casi pálida, estaba rodeada de sangre y sus manos tenían algo negro, al verlo bien, ¿eran plumas?, un poco más a la derecha habían dos alas negras como la noche sin estrellas en el cielo. 

al darse cuenta que alguien estaba ahí, finalmente levantó su rostro y lo miró fijamente con lágrimas en sus ojos y una expresión de tristeza. 

—...dime...¿si hago esto...seré más humana?, finalmente, ¿Me aceptarán...? 

Nathan, luego de unos segundos lo comprendió, esa chica, no era humana, aunque se viera exactamente igual, a excepción de sus ojos rojos, era un demonio que había cruzado por la grieta que conectaba el infierno y la tierra, pero...¿por que ella arrancaría sus propias alas? Quiso pensar eso, pero ella misma lo dijo antes, ¿quería verse humana?, ¿quería ser aceptada? Muchas preguntas aparecieron en su cabeza, pero no era tiempo de quedarse quieto. 

Era una apuesta arriesgada, el se prometió así mismo que ayudaría a todo aquel que lo necesite, pero...esta chica era un demonio. 

No había tiempo para pensar, el no podía ignorar una mirada tan triste y solitaria, el la cubrió con una manta y la subió al caballo. Al rededor de 25 minutos después, habían llegado a "avalon". Solo ver la entrada hizo que esta chica cambiara su mirada vacía a una mirada sorprendida, a comparación de la ciudad, esto era muy vivo, rosas blancas y rojas por todo el jardín, era realmente bello. 

Entrando a la torre, nathan le pidió que se sentara en el comedor, en solo pocos minutos le sirvió una sopa caliente para que pudiera comer algo, a menos que ella misma se lo dijera, el no podría saber cuándo comió por última vez, pero sería malo preguntar, también debía ganarse su confianza para que le permitiera revisarla. 

A juzgar por como se veía, anteriormente debió ser atacada muchas veces. Aún con algo de miedo, no pudo evitar comer rápido 

Nathan— con calma...nadie te lo quitará.


— ¡...!
 

Nathan— tranquila, no voy a lastimarte.
 

— lo siento, hasta ahora...solo me lanzaban rocas y comía restos en la basura.
 

Nathan— ...lamento mucho eso, por favor ¿podrás dejar que te revise?
 

— tú, ¿no me tienes miedo?...soy...un demonio 
 

Nathan— no, tu no haz hecho nada malo, que seas una de ellos no significa que seas igual...mi nombre es nathan, ¿cómo te llamas tú?
 

—...¿mi nombre?...es, es la primera vez que alguien habla conmigo, gracias Nathan, mi nombre es Sara. 

Luego de mostrar una leve sonrisa, dejando ver cuatro pequeños colmillos, Sara, se levanta un poco el vestido morado con pliegues.
Era un poco incómodo para Nathan, pero no podría sentir vergüenza ahora. 
Interrumpiendo el silencio de la habitación, un sonido de una puerta cerrándose se escuchó. 

Iris— hijo, estamos en ca...sa... 

Iris y naim, los padres de Nathan, se habían quedado quietos y sin aliento. 
Sara cayó de su asiento y sin dejar de mirar a estos dos, retrocedió hasta tocar una pared. 

Nathan— no tengas miedo, ellos son mis padres, no te harán daño,sara. 

Nathan llevó a sus padres hasta otra habitación, no demoró mucho en contar los detalles. 
¿Un demonio inofensivo?, y además, ¿uno capaz de hablar?, luego hablarían de eso, ahora tenía que tratar su herida. 

Minutos más tarde, Sara finalmente volvió a tener un poco de confianza. 
Nathan lavo sus manos e hizo una suave presión en la herida con un paño limpio, tenía que remover todo rastro de suciedad, luego cubrió la herida en su espalda con un vendaje. Esto tendría que repetirse a diario. 

Esa noche, por seguridad, Sara se quedaba en la torre, en un abrir y cerrar de ojos ya era hora de la cena, para causar una buena impresión, naim fue quien la preparó y sirvió. 

Nathan— y bien...¿como te llamas?



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En el texto hay: demonios, reencuentros, aventura

Editado: 07.08.2021

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