Del odio al amor.

Capítulo 13 ¡Idiota!

Ya ha pasado una semana desde que me encontré con Justin en Odisea, no nos hemos vuelto a ver pues él ha estado algo ocupado porque ya faltan solo dos semanas para empezar las clases y tiene que hacer algunas cosas. Hoy voy a salir a correr con Chloe pero ella no ha llegado a mi casa donde se supone que nos vamos a encontrar. Mi padre hoy no me pudo acompañar y entonces espere hasta las ocho de la mañana para que Chloe llegue pero no ha llegado.

Decido llamarla.

—Chloe ¿Dónde estás?—

—En mi casa, durmiendo ¿Dónde más?—

—Te estaba esperando porque íbamos a salir a correr ¿recuerdas?—

—Mañana te prometo que si vamos, es que hoy tengo mucho sueño—

—Mañana te voy a sacar de la cama a juro si no llegas a tiempo—

—Sí, sí como tú digas ahora deja dormir—colgué el teléfono. Llevo puesto un conjunto Nike negro de short y top, zapatos negros y tengo los audífonos junto con un reloj, en el cabello me hice una trenza desprolija.

 Salí de la casa y empecé a correr escuchando música. Cuando tuve como quince minutos corriendo me detuve a tomar agua pero, como no traje, tendré que comprar, por suerte donde estoy hay una cafetería donde podré comprarla. Cuando salí de la tienda con mi botella de agua sabor a fresa seguí mi camino. Corrí durante media hora más y creo que ya es suficiente por hoy, cruce la calle y empecé a correr de regreso a casa. Cuando iba a llegar a mi casa cruce la calle sin ver, pero a mitad de camino escuche la bocina de un carro por sobre la música de mis audífonos gire la cara y vi una camioneta negra muy cerca de mí. La camioneta me golpeo la pierna izquierda no tan fuerte pero si como para hacerme perder el equilibrio.

— ¡¿Quieres matarme imbécil?!— grite desde el suelo pero ayudándome a levantar con el frente del carro. Cuando estuve de pie observe bien la camioneta y me di cuenta quien era. ¡Es que no puedo creerlo! ¿No me podía atropellar otra persona? No tenía que ser el idiota de Thomás. La puerta del conductor se abrió y él camino hasta mí. — ¡¿Es que acaso no ves por dónde conduces?! ¡Idiota!—

—Yo si veo por donde conduzco la que no ve al cruzar las calles es otra— intente caminar pero me duele la pierna izquierda y la derecha tengo un raspado que me hice con la calle cuando caí. Él intento ayudarme pero no quiero que me toque por lo que lo mire mal y le quite la mano que alargo hasta mí.

— ¡No me toques!— él solo se quedó allí mientras yo renqueaba hasta mi casa que está a dos casas de donde estoy.

— ¿No quieres que te lleve al hospital?—

— ¡No quiero nada que venga de ti! ¡Vete ya no me mires!— estoy gritando como loca pero no me importa. En lo que entre a mi casa escuche que la camioneta arrancaba. ¡Lo odio! No pensé que me dolería tanto. Me vi la pierna derecha y tengo un gran raspón que me duele en la madre y en la izquierda tengo un golpe que sé que se volverá un horrendo hematoma a la altura del muslo, donde de seguro fue que me golpeo el auto. No puedo creer que ni se disculpó por atropellarme. Amanda salió y al verme se asusto mucho. —Tranquila no me paso nada—

— ¿Nada? Pero mira esas piernas—

—Es solo un rapón y un moretón nada del otro mundo— quise hacerme la fuerte para no preocuparla pero la verdad es que quiero llorar del dolor.

— ¿Cómo es que te hiciste eso?—

—El idiota de enfrente me atropello— no puedo evitar el rencor en mi voz.

—Pero hay que ir al hospital— después pensó en algo y dijo: — ¿te atropello queriendo?— quise decirle que si pero yo sé que fue mi culpa y así no lo fuera no podría decirle a nadie porque no quisiera perjudicarlo ¿por qué? Pues porque todavía sigo queriéndolo. Soy una estúpida lo sé.

—No Amanda ¿Cómo crees? Lo que paso fue que yo iba a cruzar la calle y con los audífonos no vi ni escuche el auto hasta que ya lo tenía muy cerca así que es mi culpa— ella suspiro.

—Pero igual tienes que ir al médico eso se ve feo—

—No te preocupes eso se me debe quitar en unos días— trate de caminar sin renquear tanto hasta la cocina. —Amanda ¿me podrías buscar algo para el dolor?—

—Si te duele mucho deberíamos llamara a un doctor—

—No, solo dame algo para el dolor y si no se me quita si llamaremos al doctor ¿de acuerdo?— me senté en un taburete mientras ella buscaba el antiinflamatorio y un poco de agua. Después de bebérmelo le pedí el desayuno pero quería ducharme porque estoy sudada por correr y tengo algo de tierra por la caída. También quiero limpiarme un poco el raspón no se me valla a infectar y me duela más. Subí las escaleras muy lentamente, después de quitarme la ropa en mi ducha deje que el agua cayera en mi cuerpo y apenas me cayó en la herida me dolió más y eso que pensé que ya más no me podía doler apreté la mandíbula y me termine de duchar pero no fui capaz de limpiármelo como pensaba que iba a poder. Salí y me coloque una pijama de un short azul corto de seda con un aplique de encaje a los lados y la camisa corta del conjunto que es igual que el short, también me coloque un sobretodo de la misma pijama, al vestirme me di cuenta de que en los brazos también tengo un raspón pequeño y un moretón. El cabello me lo deje suelto y me puse mis pantuflas de garras de oso rosadas. Baje a la cocina y ya camino algo mejor pues la pastilla ya hizo efecto. Amanda ya tenía mi desayuno listo. Después de comer me fui a recostar pues me siento muy cansada y algo dolorida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.