~Narra la Autora~
Alissa y Damián jugaban en la parte trasera de la casa de ésta. Era un lugar acogedor para los niños, habían dos columpios, una cama elástica y además su padre le había construido una casita para que jugará con sus muñecas y amiguitas, o "Damián".
Cuando recién se construyó la casita había una mesa redonda y cuatro sillitas, todo era ordenado antes de que también se uniera Damián a la ecuación, todo en perfecto estado.
Ahora habían una espada de madera tirada en el piso, las cortinas antes color pastel estaban tintadas de varios colores, predominando el azul y verde; habían stickers de superheroes pegados por la puerta y toda la casa. Un arco de plástico con flechas de color azul y rojo enganchado a la manija de la puerta de entrada, la que por cierto tenía un sticker grande del Hulk y varios otros superheroes.
Los padres de ambos no se involucraban en sus descusiones y peleas de poderes, superheroes, pinturas, magia y princesas. ¿El porqué? Bueno, es porque cada vez que peleaban a los minutos después se andaban buscando para jugar otra vez. Por eso en peleas de niños era mejor no meterse se decían, sobretodo si esos niños eran Alissa y Damián.
Esto es solo para que se hagan una idea de como era la relación de nuestros protagonistas cuando eran pequeños, ahora vamos a este momento. A cuando comenzó la guerra de nuevo.
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~Alissa~
— ¡Mamá! —grito llorando desesperada desde el patio trasero de mi casa, a lo que mi mamá llega corriendo asustada.
— ¿Qué paso mi amor? —me pregunta abriendo mucho los ojos al observar más detenidamente el desastre que han hecho con mis pobres muñecas— ¿quién ha sido?
— ¡Fue Damián! —digo llorando entre hipitos— les ha hecho a todas un trasplante y cirugías.—limpio mis lágrimas con la manga de mi blusa rosada.
—Tranquila mi niña...hablaremos con Damián—trata de tranquilizarme, mientras me abraza acariciando mi espalda— ¿ y dónde está Damián que no lo veo por ninguna parte?—pregunta mirando hacia todos lados.
— Desapareció ...—digo encogiéndome de hombros mas calmada pero triste todavía, mi madre es como un hada, siempre que me duele algo o Damián me hace llorar, ella me calma o hace que el dolor se vaya con su toque de madre— él es médico y mago, ¿lo sabías mami? Por eso desapareció y solo tiene seis años igual yo pero, yo no puedo desaparecer así.
— Mi niña, vamos. Creo saber dónde esta "El mago" —me toma de mi manita y salimos a la calle dirigiéndonos a casa de Damián.
Llegamos y mamá toca el timbre.
Nos abre su mamá sonriéndonos pero se le va la sonrisa cuando ve mis ojos llorosos, nos hace pasar y llama a Damián.
— ¡Damián! —él baja y se sorprende al verme, intenta retroceder pero no funciona, su mamá lo esta mirando seria— ¿qué ha pasado Damián? ¿Qué le hiciste a Alissa ahora? Mmmm. —lo mira fijamente, él sonríe y nos mira con cara de angelito. Nooo ahí viene de nuevo ni siquiera lo castigaran.
— Mami, Ali me dijo que sus muñecas estaban enfermas y yo como su gran amiguito que la adora, la ayude. Tú siempre dices que hay que ayudar al prójimo, y yo ayude a las pobres muñecas, cambiando algunas cositas para que mejoraran. —termina de bajar las escaleras y pone la mirada del gato de sherk. Abraza a su mamá y luego a la mía, ellas lo perdonan. ¡Que injusto! ¡El es un niño horrible!
— ¡Pero si le pusiste la cabeza de barbie a Ken, y a barbie le pusiste ruedas en vez de sus piernas! ¡Le colocaste la cabeza de ken! ¡Mis otras pobres muñecas están peores! —le gritó histérica, estoy muy furiosa, siempre sale ganando.
— ¿A qué se ven mejor? —me pregunta muy contento y sonriente, ¡como lo odio!— y las demás muñecas ahora tienen súper poderes, ¿no es genial? —me pregunta demasiado contento para su propio bien, y yo me lanzo sobre él, ¡quiero matarlo!
— ¡Te voy a dejar peor que mis muñecas! ¡Eres un niño malo, malo, malo!
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Editado: 06.10.2022