~Alissa~
Tres años han pasado desde la última vez que estuve entre sus brazos, desde que me sentí viva, pero también destrozada. Tres malditos años añorando algo que nunca será, que nunca debió ser. Pero que más da, lo que pasó, pasó porque así debía ser. Los arrepentimientos ya no sirven de nada.
Ahora tengo 19 años, me uní a la academia de PSD(Protección Seguridad y Discreción) soy algo así como una mini guardaespaldas. Lamentablemente para mí, Damián también entro a la misma academia, pero nos ignoramos y es como si el otro no existiera.
Hoy por ejemplo su existencia es palpable, se vienen las famosas vacaciones que comparte mi familia con la de él. Y en este momento estoy intentando safar.
— Mamá, ¿porqué pasamos las vacaciones siempre con Damián? —pregunto.
— Hija, no es con Damián, es con su familia. Además el verano pasado los invitamos nosotros a la cabaña de campo y este año nos invitaron ellos, no podíamos negarnos, sabes que es como una tradición de años. Tu papá y yo estamos muy contentos, son nuestros amigos de toda la vida, de esos raros que estan en las buenas, pero más en las malas. Disfruta cariño, ¿quieres? No tienes por qué pasar tiempo con Damián si no lo deseas. ¡Además vamos a ir a la playa, no es fantástico! —dice mamá feliz tomando a mi hermano de once años del brazo, me mira esperando mi afirmacion y yo asiento para no ponerla de mal humor. A ella le encanta ir a la playa, y admito que la academia últimamente me ha dejado poco espacio para disfrutar de mi familia.
Tendré que aguantar al insoportable, no me queda de otra.
~~~~~
Ya arriba del avión, tomo mis audífonos y los coloco en mis oídos para escuchar música, porque el viaje a la playa es de casi tres horas, primero en avión y luego en vehículo, por suerte el odioso estará sentado, muy, muy lejos de mí.
Suspiro resignada, y entonces siento que alguien me saca un audífono justo cuando decido cerrar mis ojos mientras me recuesto en el asiento del avión.
"Mi hermano, Dios había olvidado que a mamá le pareció muy buena idea que se sentará a mi lado y le cuidará hasta llegar a nuestro destino. Y todo por ir metida en mis pensamientos. ¡Todo por culpa del idiota!"
— Ok pequeño monstruo, mas te vale portarte bien, o si no ya sabes, te lanzo del avión. —le agarro sus mofletes y los aprieto mientras él me saca la lengua.
— Prometo solemnemente portarme como un caballero, bebé. —entonces me guiña un ojo.
— ¿Qué fue eso? ¿cómo que bebé, pequeñajo?—le pregunto anonadada por sus palabras.
— Los chicos grandes debemos ser atentos con las mujeres bellas. Y como eres mi única hermana mayor. —dice encogiéndose de hombros como si fuera lo mas normal del mundo, para luego quitarme el otro audífono y colocarlo en sus oídos. Lo miro sorprendida, mientras se acomoda en el asiento a mi lado. Cuando por fin pestañeo le saco los audífonos y le pregunto.
— ¿Quién eres y qué hiciste con mi pequeño nenuco?—frunce el ceño y luego arruga la frente, no le gusta ese mote que le puse de bebé.
— Ya sabía yo que tú no eras como las demás, ¿porqué no me sonríes por mis palabras y ya? y no me digas nenuco otra vez, los motes fuera de lugar quitan interés dice Damián.
— ¿Da... Damián? él te enseño...
— Quién si no, él sabe como llamar la atención de las mujeres, ahora no solo Hannah me toma en cuenta, si no varias más. Damián sabe, y por eso ha sido mi mentor y maestro. Y un día seré mejor que él por supuesto. —ya va, ¿qué le hizo el idiota a mi pequeñajo?
— No, no puedo creerlo, nada de eso, tú no serás como el idiota. Los chicos como esos solo hacen sufrir a las chicas, toman y matan sus ilusiones. Además todavía tienes once años, debes disfrutar de cosas de niños, nada de andar pensando en todas esas charlatenerías que te ha dicho el idiota.
— Uy hermanita, ya va, no te sulfures. Yo solo decía, igual creo que eso de que las mujeres deben tomar lo que les damos sin pedir nada a cambio, no me parece. No creo que les guste, a mí no me gustaría, por eso digo que seré mejor que él, como papá. Damián solo me ayuda un poco. Mi deber es aprender y ser mejor. —me sonríe y luego agarra mis mejillas y las aprieta.
— ¡Auch! —suelto por que duelen.
— Por eso no me gusta que me agarres las mías. —se coloca mis audífonos y se termina de acomodar en el asiento. Yo pestañeo seguido, quiero decirle algo, pero no me sale nada. Me ha dejado sin palabras este pequeño nenuco.
***
El vuelo es tranquilo, mi hermano se durmió nada mas despegar el avión, por lo que se porto muy bien, algo inusual en él cuando se viaja. Cuando subimos al vehículo que más bien parecía un minibus, fue observando feliz todo cuanto veía, yo por mi lado a penas prestaba atención a mi alrededor, lo único que quería era llegar y descansar. Por que estar a cargo de mi hermanito cuando esta despierto es agotador.
***
Llegamos muy tarde y luego de dejar de pensar en la conversación con mi hermanito, el paisaje por fin llamo mi atención. Tanto que no pude dejar de observar lo hermoso que es todo, la casa es enorme y se ve majestuosa frente al mar. Mamá se hizo cargo del pequeñajo y todos entramos a la enorme vivienda, nos distribuimos los dormitorios y subí a descansar.
Gracias al cielo ni me tope con el idiota.
Mi habitación es enorme, y lo mejor, ¡es solo para mí!
Cansada y todo, no pude resistirme y me lance a la enorme cama. Luego de dar vueltas y vueltas, me levante y duché.
Al salir de la ducha me envolví en una toalla, me sequé un poco el pelo, un bostezo se escapo de mi boca. El cansancio poco a poco hizo acto de presencia. Me puse ropa ligera y decidí recostarme un ratito en la cama, quedándome dormida al instante.
********
Espero que les haya gustado, les agradecería si me regalan algún comentario. Gracias💕
#11090 en Joven Adulto
#28327 en Otros
amor adolescente, newadult amor, amor dolor celos amor juvenil
Editado: 06.10.2022