Capítulo 18: ¿Se van a casar?

~Damián y Alissa~

— No —dice el médico— felicidades porque ahora van a tener una oportunidad de pensar mejor si quieren ser padres. Deben tomar precauciones de aquí en adelante, ser padres es una responsabilidad muy grande...—nos da una charla de la enorme responsabilidad de ser padres, de las mil y una formas de prevenirlo. Nos regala un montón de preservativos ya que según él se nos nota que los necesitamos. Y cuando por fin termina, suspiramos aliviados, nos despedimos y huimos de allí.

Cuando salimos de la consulta ¿adivinen con quién nos encontramos?

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~Damián~

¡Oh Dios! ¿es qué de verdad nos pusieron un GPS? Siempre saben donde estamos, por lo que no hemos podido pasar una noche juntos siquiera ¡pero eso se acabo ahora mismo! ¡Esto es acoso!

— Señor y Señora Jhonson, quisiera pedirle formalmente...—una pausa y los miro.

— ¡Si! —dice mi mamá y la de Ali— vamos hacer abuelas...

— ¿Se van a casar? —preguntan nuestros padres.

— ¡¿Qué hacen aquí?! —exige Ali muy irritada y la entiendo.

— Bueno... —empieza la madre de Ali— vinimos porque sabíamos que no nos permitirían acompañarlos.

—Teníamos miedo de que abortaran a nuestro nieto. — habla mi madre acercándose a Ali y tocarle su abdomen.

— No hay bebé, no estoy embarazada—nos miran y Ali les pasa los resultados— ven, por favor dejen de seguirnos ¡somos adultos!

— Hija nunca serás mayor para mí—se acerca su padre y su madre, la abrazan— siempre seras nuestra pequeña.

— Tú también siempre serás mi bebé. —dice mi madre y me abraza junto a mi padre. Luego él se suelta carraspeando los miro y están llorando.

— Papá.... estás...

— Una basura en el ojo, hijo.—todos nos ponemos a reír.

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Ya han pasado 3 años desde aquel episodio con nuestros padres, Ali y yo estamos muy bien sin GPS jajajaj me río de solo recordar ese tiempo. De la locuras, idioteces y malas decisiones que casi me llevaron a perder a Ali. Ahora somos felices. Claro, no siempre estamos de acuerdo en todo, ¡pero vamos! Las reconciliaciones de esas pequeñas disputas son la mejor parte.
Ya pronto nos casaremos, aunque ya vivimos juntos en un departamento que fue regalo de nuestros padres. Lo que no quiere decir que seamos unos vagos y mantenidos.

La verdad es que nos va muy bien. Nos graduamos de PSD y optamos en seguir otra carrera menos riesgosa. Ella estudia diseño gráfico y yo arquitectura.
Aunque una vez que mi padre y el de ella se jubilen nos tocará tomar las riendas de la agencia y la academia PSD a nosotros, pero para eso todavía falta mucho.

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~Alissa~

"Siete años más tarde"

Miro el techo blanco, todo, todo blanco. Recuerdo que hace siete años atrás por fin comenzamos a vivir con Damián nuestra historia. Andar libres tomados de la mano, besarnos sin temor a ser pillados.

Hace tres años nos casamos y un año ha pasado desde que dejamos de cuidarnos, porque queríamos quedar embarazados.
El trabajo de campo fue demoledor, felizmente nos dejaba sin respiración, ¡mierda somos felices pero no como en los cuentos de hadas, mucho, mucho mejor! Porque un matrimonio también tiene que tener diferencias y disgustillos, que después se arreglan de una manera que amamos.

Hace nueve meses me entere que habíamos quedado embarazados, y hoy estoy aquí tomando la mano de mi esposo Damián.

— ¡Por dios! ¡Damián duele!

— Mi amor tranquila... cálmate...

— ¡Idiota! ¡No ves que estoy calmada!

—Señora Ansúrez, cuando cuente tres puja. ¿ok? —habla el médico y yo asiento con la cabeza por que no puedo hablar.

— 1,2,3

— ¡Aah! —mi pobre marido cae sentado, lo empuje.

— Señora Ansúrez de nuevo...—dice el médico, mientras tanto mi marido se para y vuelve a agarrarme la mano.

1,2,3

— ¡Aaaah! —grita Damián.

— Sr Ansúrez ud no... su esposa—habla nuevamente el médico y yo siento unos dolores inmensos, unas ganas de pujar ¡Dios, creo que me cague!— muy bien siga —yo sigo y siento un llanto que me llena de alegría— es una niña. —yo siento de nuevo ganas de pujar—Puje de nuevo...

— ¡Eso estoy haciendo! —grito y se siente otro llanto estoy feliz.

— Amor son dos niñas hermosas....—pero yo apenas lo escucho porque siento otra vez ganas de pujar y...

— ¡Mierda! Duele...

— Espere... viene otro—habla el médico, yo sigo pujando. Sabíamos que eran dos ¡pero no tres!

— ¿Otro? —escucho a marido preguntar y después otro llanto aún mas fuerte que los anteriores. Me siento muy feliz tres... ¡tres hijos!

— Otra niña, es mas pequeña pero tiene muy buenos pulmones. —habla el médico, me las ponen a las tres sobre mi pecho con la ayuda de mi esposo.  Quieron llorar de dicha, esto es una bendición. Las sostengo mientras acerco mis labios a sus pequeñas cabecitas para besarles.

— Ahora estamos completos amor... —susurra a mi lado mi marido, lo miro y él sonríe con lágrimas en los ojos.

—Si, te amo mi idiota, pero si me vuelves a embarazar de tres más...—no me deja terminar ya que me calla con un beso que me hace olvidar lo siguiente que iba a decir.

 Después de todo, creo que el médico que hace años nos dio muchos preservativos, tenía mucha razón en sus palabras.

Dos minutos después se las llevan y cuando ya estoy en la sala para visitas me las traen.
Y es cuando llega la familia, y las infaltables fotografías.

Mi madre con mi suegra les encanta sacar fotos, incluso nos sacaron fotos a mí y a mi marido cuando nos pillaron en la cama la primera vez, que vergüenza, pero bueno que se le va hacer. Amo a mi familia aunque estén un poco locos y locas.

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