Del otro lado del cerco

Capítulo 8

Narra Isaac

Desperté sintiendo como Noah me rodeaba por la cintura abrazándome por la espalda. Mi cara comenzó a arder al sentirlo tan cerca; me siento realmente estúpido al sentir como me sonrojo cuando se acerca tanto a mi a pesar de que se me ha acercado más de una vez y me ha besado ya varias veces. Intenté levantarme, pero él no me lo permitió aferrándose más a mí, haciendo que nuestros cuerpos se pegaran más de lo que lo estábamos antes. Decidí, entonces, quedarme acostado con él hasta que se levantase. Así, pasaron un par de horas en las que no me pude mover más que para girarme hacia él y mirarlo.

-Buenos días-dijo cuando al fin despertó-¿a qué hora te has despertado?-preguntó con la voz ronca volviendo a cerrar los ojos.

-No lo sé, no me has dejado levantarme de la cama, abrió los ojos rápidamente al escucharme.

-¿Eh? Lo siento-apartó sus brazos de mi cintura rápidamente-supongo que no quiero dejar que te alejes de mi-mi rostro comenzó a arder al escuchar ese comentario; ¿por qué me sonrojo así solo por su comentario? Me siento realmente idiota así.

-N-no digas cosas así, Noah-me giré dándole la espalda-h-haces que me sienta raro-tapé mi cara con mis manos a pesar de que sabía que él no podía verme.

-Oh Isaac, eres tan lindo-sentí sus brazos rodearme la cintura nuevamente, luego sentí su respiración chocar contra mi nuca provocándome un escalofrío que hizo que todo mi cuerpo se estremeciera. Me siento tan extraño cuando estoy con él; cuando se comporta así conmigo-¿me dejas verte la cara?-negué con la cabeza-¿por qué no?-no contesté, él se acomodó, cruzó su brazo por entre medio de los míos y me tomó del mentón. Ahora me encontraba boca arriba con las manos cubriéndome el rostro y con él intentando verme-anda no seas así, déjame verte el rostro-apartó lentamente mis manos de mi rostro, lo miré avergonzado, él simplemente me sonrió para luego darme un corto beso, luego otro y otro.

-P-para-lo aparté un poco cuando pude-¿q-qué pensarían tus abuelos si nos vieran así?-él me miró un momento con semblante pensativo.

-A mi abuela no le importará, aunque a mi abuelo seguramente le cueste un poco aceptar que su nieto esté con un chico, pero dudo que le dure mucho la incomodidad, mi abuela lo convencería de que nos deje tranquilo-sonrió-no te preocupes tanto por ellos-acarició mi mejilla-mis abuelos no son como mi padre y mi hermano, ellos nunca aprobaron que mi padre esté metido en esto. Piensa que si no te quisieran conmigo no estarías aquí ahora-asentí, él volvió a sonreír, para luego acercarse nuevamente a mi rostro, cerré los ojos rápidamente sabiendo que se había acercado para besarme.

Pasamos un rato acostados jugando así; al parecer, a él le gusta hacerme sonrojar cada vez que puede besándome. Decidimos parar de jugar cuando nos dimos cuenta de que habíamos pasado un par de horas acostados ya, pronto vendrían a llamarnos para desayunar si no bajábamos ahora. Ambos nos levantamos y, luego de alistarnos, bajamos a desayunar.

-Buenos días, niños-dijo la abuela de Noah sonriéndonos-¿han dormido bien?-ambos asentimos sentándonos en la mesa.

Mientras esperábamos que nos sirvieran el desayuno, paseé la mirada por el comedor, observando detenidamente el lugar, cosa que no había hecho cuando llegue. De repente, sentí una mirada fija en mí; al principio creí que era Noah, pero, cuando me giré hacia él, pude ver que, en realidad, era su abuelo quien me miraba seriamente. Aparté rápidamente la mirada de él sintiéndome nervioso. Sentí la mano de Noah tomando la mía; seguramente se había dado cuenta de lo que acababa de pasar. Mis mejillas comenzaron a arder levemente cuando entrelazó nuestros dedos.

-¿No le apena que sus abuelos nos vea tomados de la mano?-me pregunté mirándolo de reojo, él se encontraba realmente tranquilo, como si sus abuelos no se encontraran en la mesa con nosotros.

Solté rápidamente su mano cuando su abuela se nos acercó para servirnos el desayuno. Al levantar la vista hacia ella, me sonrió cariñosamente; no parecía haberse dado cuenta de que Noah me había tomado de la mano.

Ambos comimos lo más rápido que pudimos para salir al patio trasero. Cuando estuvimos fuera, nos sentamos contra la cerca de madera y nos pusimos a hablar de banalidades, riéndonos cada tanto por alguna estupidez que se nos ocurría. Realmente me gusta estar así de tranquilo con él; realmente espero que todo salga bien para poder irme a donde sea con Noah.

-Será un infierno volver al campo de trabajo-dije acomodando mi cabeza en su hombro, sentí que él tomaba mi mano y la apretaba levemente.

-No me recuerdes que tienes que volver a ese lugar-escuché un suspiro por su parte-al menos tenemos hasta mañana por la tarde-recostó su cabeza sobre la mía.

-No pienses en eso, Noah-acaricié con mi pulgar el dorso de su mano-solo aprovecha que aún me tienes aquí-dicho esto, sentí como se apartaba un poco de mí, levanté la mirada hacia él, ni bien lo hice, Noah me besó. Mi cara comenzó a arder por el beso sorpresivo, pero, aun así, le correspondí. De repente rodeó mi cintura con sus brazos, haciendo que mi cara ardiera más de lo que lo hacía.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.