Del otro lado del cerco

Capítulo 19

Narra Noah

Desperté con los rayos de sol que entraban por la ventana y me daban directamente en el rostro. Cubrí mi cara con mi antebrazo y abrí los ojos con pereza, rápidamente me giré a ver a Isaac, él se encontraba dándome la espalda, seguramente, aún estaba dormido. Intenté acostumbrarme rápidamente a la luz que entraba, me acerqué a él y me dediqué a mirarlo.

-Eres tan lindo-dije para mis adentros pasando mi dedo suavemente por su hombro notando como se estremecía luego de haberlo hecho.

-Me haces cosquillas-dijo en tono somnoliento, se acomodó un poco y se arropó más, volví a bajar la sábana dejando al descubierto una parte de su espalda y su hombro. Observándolo detenidamente, pude notar algunas cicatrices en su espalda, sin contar la herida que aún tenía en su espalda por culpa de mi hermano, aunque ya estaba cicatrizada en su mayoría. Pasé mi dedo suavemente por las cicatrices, él volvió a estremecerse, para luego alejarse un poco de mí-déjame-volví a acariciar sus cicatrices-Noah te quiero y me gusta que seas cariñoso pero quiero dormir-se quejó, yo solté una pequeña risa para luego rodear su cintura y acercarlo a mí.

-Lo siento-le di un beso en la nuca-creí que estabas durmiendo aún-él tomó mi mano, se acomodó y luego exhaló con algo de fuerza; seguramente ya se estaba quedando dormido de nuevo.

Pasó un largo rato hasta que Isaac despertó nuevamente. Ahora él se encontraba recostado en mi pecho abrazándome como suele hacerlo. Levantó la mirada y me dedicó una pequeña sonrisa, lo acerqué a mí para besar su mejilla.

-Será mejor que nos levantemos-él asintió, se separó de mí y se sentó en el borde de la cama. Lo observé mientras se vestía, cuando se percató de que lo estaba mirando, se giró hacia mi y me tiró mi camisa a la cara.

-No te me quedes mirando así-bajé la camisa y lo miré, sus mejillas estaban algo sonrojadas.

-¿Por qué no?-me puse la camisa y luego me senté en la cama-eres lindo, ¿por qué no mirarte?-dije mientras me vestía. Cuando terminé de vestirme lo miré, apareció una sonrisa en mi rostro al ver que sus mejillas estaban aún más sonrojadas-vamos a alistarnos para bajar a desayunar-abrí la puerta de mi cuarto y me asomé, la puerta del cuarto de mis padres estaba abierta de par en par, mi padre no estaba allí; seguramente estaría en su oficina o en el campo con los demás soldados. Tomé la mano de Isaac y salí del cuarto, nos dirigimos al comedor donde nos encontramos con Artur y Fellner-¿dónde está mamá?- pregunté sentándome frente a ellos.

-En el sótano con una de las criadas-asentí-¿él va a sentarse con nosotros?-apuntó despectivamente a Isaac, me volvía hacia él, se encontraba con la cabeza a gachas unos cuantos pasos detrás de mí.

-Sí, se sentará con nosotros. Ven Isaac, siéntate conmigo-tímidamente se acercó a la mesa y se sentó junto a mí.

Los cuatro nos quedamos callados, Fellner y Artur se quedaron mirando a Isaac con cierto asco, me percaté de que él comenzaba a sentirse algo incómodo, pateé a Artur, él me miró entendiendo por que había llamado su atención, le dio un leve golpe a Fellner en el brazo haciendo que este apartara la vista de Isaac.

Luego de desayunar, Isaac, Artur y yo salimos a dar una vuelta dado que Fellner estaría trabajando con mi padre toda la tarde. Artur nos hizo caminar por un largo rato hasta llegar a un lago, él se sentó en la orilla de este, mee senté junto a él y lo observé un poco; pude notar que en su cuello había un par de marcas, como si fueran moretones o algo así.

-¿Qué te ha pasado en el cuello?-pregunté bajando el cuello de su camisa notando algunas marcas más.

-¿Él tiene que estar escuchando? Prefiero contarte si no está-acomodó su camisa, dirigí la mirada hacia Isaac, él se encontraba parado lejos de nosotros con la cabeza a gachas.

-Ven, Isaac, siéntate conmigo-él, como lo había hecho antes, se acercó tímidamente y se sentó a mi lado-no actúes como un sirviente, no lo eres-tomé su mano, él solo asintió, me volví nuevamente a mi hermano-él no dirá nada-Artur soltó un suspiro pesado, demostrándome el fastidio que sentía por tener que contarme algo que parece un secreto frente a Isaac.

-Estas marcas las hizo Fellner-por primera vez noté un sonrojo en las mejillas de mi hermano-las hizo hace un par de días en mi cuarto-desvió la mirada con ceño levemente fruncido.

-¿Por qué te las hizo?-pregunté, él volvió a mirarme.

-Eres un niño aún-sonrió de manera burlona-¿no lo entiendes? Él me marcó porque soy suyo, hermano-volvió a sonreír pero esta vez con cara de idiota-Meik me quiere solo para él-creí que Fellner solo lo quería a mi hermano como un juguete, como lo habían hecho con Isaac, pero, al parecer, me equivoqué, parece que ambos se quieren de verdad. Artur sonrió mirando el lago.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.