Cuando creíste que tú corazón era el único que lloraba; te equivocaste por segunda vez.
Se acabaron las advertencias y reclamos por ese "algo" que al final nos separó.
Siempre tan indiferente, siempre tan impenetrable.
Ahora sé que fui yo quien te mató.
No fue lastimar una persona o corazón, fue dañarte a ti y fragmentar tu equivocado corazón.
Fue tomar malas decisiones y destruir nuestro mundo de ilusión.
Fue eso, más que una experiencia mal vivida, fue solo un error.