Delirios de grandeza (cuentos medievales 1)

Capítulo 2

   El rey de Drim quedó solo, su mal gobierno hizo muchos enemigos en su camino y muchos se le voltearon. Hubo un gran ataque sorpresa en el castillo. El rey se encontraba desesperado y estaba al tanto que su ex amigo era el quien lideraba esa rebelión.  El ejército enemigo invadía el castillo matando a todos los guardias.  

 

  El rey todavía en su habitación tomó un puñal y desperado se lo clavó en el corazón de la mujer que se encontraba sentada en la cama con la vista pérdida.  El rey sólo pensaba que si no iba a tenerla no iba a permitir que su ex amigo la rescatara. La pobre mujer murió desangrada y sufriendo.  Tanto por el dolor como la tristeza de su amor perdido.

 

  El rey se acercó a su balcón y se lanzó cayendo al vacío para acabar con su vida antes de que lo capturaran.

 

  Cuando el ex amigo pudo llegar a la habitación consiguió a su amada muerta sobre la cama. Su grito de dolor se escuchó por todo el gran castillo.  Tomó el cadáver de su amada y salió del castillo con ella en sus brazos. Los guerreros lo miraban con tristeza, sabían que él había hecho todo esto para rescatarla, pero lamentablemente no pudo lograr su cometido. Él cavó la tumba con sus propias manos y la enterró en los jardines alrededor del castillo.

 

   El reino de Drim fue absorbido por el reino de Diley. El ex amigo nunca se casó y cada día visita la tumba de su amada y conversa con ella". Y esa es toda la historia -terminó de relatar Et.

 

-Una historia muy triste, señor -comentó el joven en voz baja. 

-Así es.

-Pero él ex amigo no debería haber acabado así con su vida, señor.

-Ella era todo para él. La pérdida del verdadero amor no se cura -comentó Et.

-Su amada no hubiera querido que él dejara de vivir por su causa -dijo el joven con seguridad. 

-Puede que su recuerdo no se borre de su mente.

-No es necesario que la olvide. Ella permanecerá siempre como un hermoso recuerdo, pero la vida continúa.

-El más hermoso de los recuerdos -respondió Et con una sonrisa llena de tristeza. 

-Y él debió seguir creando otros hermosos recuerdos y no atascarse con ese único.  La vida de él se detuvo, señor.

-No debe ser fácil para él.

-Pero tendría que salir adelante y aprovechar la vida que todavía le queda -dijo el joven muy sabiamente. Era muy maduro a pesar de su corta edad, señor.

-Eres muy sabio para ser tan joven.

-La sabiduría no depende de la edad, sino de la calidad mental. Eso es lo que dice mi padre.

-Un hombre sabio -respondió Et.

-Bueno gran hombre, me despido aquí. Gracias por la interesante historia.  Es grato aprender algo cada día.

-Que tengas suerte en el torneo.

-Su historia me dará suerte, señor -respondió el joven con mucho respeto. 

 

  El joven se colocó su sombrero haciendo una reverencia y salió del bar.

 

-Ese joven llegará muy lejos -comentó Et al dueño del bar.

-Tiene madera.

-Yo también me voy.

-Nos vemos mañana Et.

-Como siempre.

 

  Él se acomodó su chaqueta y salió.  El clima frío le helaba los huesos.  Ya era más de medio día.

 

 Normalmente salía del bar mucho más temprano, pero al contar la historia al joven perdió la noción del tiempo.




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