Delirios [ Taehyung-Bts ]

Tres.

Desperté antes que Yoongi. La luz del día se colaba por la ventana, al igual que los primeros sonidos de la jornada. Debían ser las siete de la mañana. 

Me levanté del sofá-cama y me dirigí a la cocina. Lo mínimo que podía hacer para retribuir la hospitalidad de mi amigo era prepararle un desayuno decente.

Busqué en su refrigerador algo para cocinar y me encontré con la sorpresa de que estaba todo ordenado en recipientes plásticos con tapas herméticas. ¿Qué demonios? Suga nunca había sido el tipo de persona que se da el tiempo de organizar su refrigerador. Me encogí de hombros y continué con la labor. 

Sabía que le gustaba la carne, pero no pensaba preparar un desayuno tradicional coreano porque me daba pereza. En cambio, cogí tocino y huevos y los freí hasta que el tocino estuvo crujiente. Añadí unas salchichas para finalizar el toque de triglicéridos y colesterol y preparé café instantáneo, que era el único que había. 

Puse todo en una bandeja y me dirigí al cuarto de mi amigo. Ya eran alrededor de las nueve. 

—¡Yoongi! ¡Despierta! Te hice el desayuno.    
—Daphne... —Refunfuñó Yoongi adormilado, restregándose los ojos para luego mirar a su alrededor y encontrarse con el desayuno—. No tenías que molestarte... 
—Anda, siéntate para que podamos comer. 

Yoongi hizo un espacio en la cama y me senté a su lado. 

—Por cierto, Yoongi, vi que en tu refrigerador las cosas estaban ordenadas. 

Yoongi enrojeció ante el comentario y pude adivinar por qué. 

—No fuiste tú ¿verdad? —Como respuesta negó con la cabeza sin mirarme mientras que se atiborraba de comida como un hámster. 

No supe por qué, pero el pensamiento de Yoongi intimando con alguien más me ponía incómoda. No porque deseara un acercamiento romántico con él, eso lo tenía claro, sino por el pensamiento de que había alguien más cercano a él que yo. Además ¿por qué no lo mencionó durante la noche? Mientras pensaba todo eso, Yoongi terminó de tragar la cantidad industrial de alimento que se había echado a la boca y carraspeó. 

—No pienses que no te lo dije porque quería ocultarte algo. No te sientas dolida, Daphne. Realmente no es alguien... con quien tenga algo serio, y decírtelo sólo sería... ilusionarte. La verdad olvidé mencionarlo porque este último tiempo he tenido bastantes líos amorosos y no sé si éste tenga futuro, a pesar de que se toma atribuciones como ordenar mi refrigerador.     
—¿Mencionarlo?   
—Ah, sí. Se trata de un hombre.
—¿Cómo se llama? —Suga se revolvió incómodo. Sabía que, a modo de protección emocional, no le gustaba darle demasiada importancia a los ligues recientes o superficiales, así que no dudé ni por un segundo en su explicación. Sin embargo, yo era demasiado cotilla así que de igual forma necesitaba saberlo.
—Se llama Jimin. 
—¿Y cómo lo conociste?  
—Él... baila y canta. Lo vi haciendo una performance en la calle y luego me lo topé en uno de los conciertos indie que te mencioné. Ahí empezamos a hablar y, bueno, quedamos en hacer una colaboración que está en proceso.       
—¿Una colaboración que terminó en ñiqui ñiqui? —Le dije alzando mis cejas reiteradas veces.      
—¿Qué demonios? ¿Qué clase de término es ése? Daphne por dios, hablas como abuela. —Me largué a reír, pero luego le pregunté:   
—Y... ¿lo hicieron? —Yoongi se puso a masticar una de sus salchichas mientras me miraba como buscando paciencia.       
—No veo sentido a ocultártelo, así que te voy a responder: Sí, lo hicimos. Y antes de que sigas preguntando, sí, es bueno en la cama. Y sí, es guapo. Y no sé si lo puedas conocer aún. Recién llevamos saliendo un mes.        
—¡Pero se nota que te toma en serio! ¡Ordenó tu refrigerador! ¡Es demasiado adorable!
—Sí, bueno, tiende a ser adorable. Vieras sus manitos. Son pequeñísimas. Y tiene cachetitos—. Sus ojos brillaron al mencionar esas características.      
—Mierda, Yoongi, jamás pensé en verte así. Tengo que conocer a ese chico. 

En ese preciso instante sonó el timbre. Miré la cara de Yoongi, que se había vuelto pálida y luego rojísima. 

—Creo que tu deseo se va a cumplir justo ahora. —dijo tragando saliva.

El timbre volvió a sonar mientras se escuchaba una melodiosa voz aguda detrás de la puerta. Yoongi se levantó de la cama presuroso, calzándose desordenadamente y corrió a trompicones hacia la entrada.

Nunca lo había visto actuar así. Solía ser lento para todo, evitando los esfuerzos lo más posible. Sonreí. Parece que este chico sí era especial. Dejé de lado mis inseguridades. Ya las conversaría con él. Por el momento lo que importaba era verlo feliz.

Me aproximé a la puerta de la habitación, curiosa. Allí había un muchacho estilizado, de la misma estatura que Yoongi y de cabello teñido de color rosa. No alcanzaba a distinguir su rostro con claridad, sólo noté que era muy pálido.

—Yoongi... te traje el desayuno. ¿Cómo estás? Perdona si te desperté... tenía algo de tiempo libre antes de entrar a la academia y pensé que podía pasar a verte. No te molesta ¿verdad? —Su voz era agradable, rezumaba dulzura.   
—Claro que no, pero preferiría que a partir de ahora me avisaras cuando vas a venir. Estoy con Daphne. ¿Recuerdas que te comenté sobre ella?      
—¿Daphne? —El tono de voz de Jimin cambió a uno de sorpresa mientras bajaba la voz. No lo escuché, pero adiviné que preguntaba si había salido ya de la clínica. 



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En el texto hay: vampiros, amor drama, bts taehyung

Editado: 20.09.2021

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