Delirios [ Taehyung-Bts ]

Cuarenta y dos.

Me esperaba cualquier otra respuesta menos ésa. El impacto que tuvieron en mí sus palabras se tradujo de inmediato en un asqueroso nudo en la boca del estómago y un mareo que casi no me permitía estar en pie. Las lágrimas asomaron a mis ojos. Si Taehyung me había dicho eso significaba que era realmente el fin de todo. Y lo peor es que todo, una vez más, había terminado mal. Sentía que todo el mundo se estaba acabando allí mismo. 

Apenas podía respirar. Sabía que yo misma había decidido que las cosas terminarían este día, pero no me figuraba que todo sería así. Todo se estaba desmoronando y recién estaba tomando conciencia del impacto que eso tenía en mí. El centro de mi pecho dolía como nunca antes.
—Taehyung... —Le dije, con la voz apenas saliendo de mi garganta.      
—¿Sí? —Su voz sonaba absolutamente indiferente. 
—Perdóname, yo... de verdad no quise decir eso y... 
—No te preocupes por eso, Daphne. Pero quedamos en que esto quedaba hasta acá ¿no?
—Espera, es decir ¿te acuestas conmigo y ahora me tratas así? —Los ojos se me seguían llenando de lágrimas y los sollozos no me dejaban decir las palabras de corrido.
—¿Así cómo? —Preguntó él, desconcertado.  
—Con tanta indiferencia... Vamos, Taehyung... ni siquiera... —Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas. ¿Qué esperaba? Tenía que ser franca conmigo misma. Esperaba que las cosas no fueran así. Esperaba un abrazo de su parte, una sonrisa, el verlo feliz, quizás el haber comido algo juntos tras lo que habíamos hecho algunas horas atrás... Y todo lo que obteníamos era este horrible momento de frialdad— ¿ni siquiera me dirás quién era ese psicópata de allá afuera?
—No es un psicópata. —Dijo Taehyung poniéndose un abrigo. Me limpié las lágrimas con la palma de mis manos.       
—¿Quién es? —Pregunté entonces.     
—Eso no es asunto tuyo. En fin, iré a dejarte a casa. ¿Tienes todas tus cosas?
—No, me iré sola. Necesito pensar-     
—Piensa lo que quieras cuando llegues, pero no te irás sola a esta hora.
—¿Y por qué te preocupa tanto? Pareces haber superado ya todo lo que pasó entre nosotros. —Taehyung me miró con una expresión cansada.      
—¿Cómo quieres que actúe, entonces, Daphne? Estoy cansado ya. Cansado de todo esto. 
—Entonces... ¿ya... ya se... terminó?

Él se quedó mirándome fijamente y luego asintió.    
—Sí, Daphne. Ya se terminó. 

Me quedé de pie, congelada. No podía reaccionar. Se había terminado. Se había terminado definitivamente. Esta vez ya no había vuelta atrás. Y él... que había insistido en que no se iba a apartar de mí nunca más... me estaba dejando ir. Sentí que iba a morir y me sostuve el pecho del dolor. 

Me sentía como si me estuviera deshaciendo como espuma. La luna entraba a la habitación. Entonces, ya sin poder sostenerme, me dejé caer al piso, respirando con dificultad. Taehyung se acercó a mí y me ayudó a ponerme de pie. 

—Daphne ¿no es esto lo que querías? —preguntó, su rostro muy cerca del mío.
—Sí... 
—¿Entonces?
—No creo poder resistirlo. —Lo miré. Sus hermosos ojos oscuros estaban a centímetros de los míos. Entonces tendí las manos a su rostro y lo acerqué al mío, para besarlo. Besé sus labios y él me besó de vuelta, pero pronto se alejó de mí. 
—Daphne, no puedes... no puedes jugar así conmigo. Tampoco es fácil para mí. 
—Lo siento... —Dije quedamente— Sé que se acabó, pero... antes de irme ¿puedo pedirte un abrazo? —Taehyung me miró por unos segundos y luego me envolvió entre sus brazos. Su calor era tan reconfortante... lo abracé de vuelta, sintiendo por última vez su cuerpo junto al mío.       
—Es hora de irnos. —Asentí mientras me tragaba las lágrimas.

El camino de vuelta fue en completo silencio hasta que llegamos a la casa de Yoongi. Las luces estaban apagadas.

—Bien. Cuídate, Daphne. Y sé feliz. —Sonreí amargamente.       
—No creo que alguna vez pueda serlo. 
—Lo serás, te lo prometo. 
—Taehyung... respecto a lo de hoy... ¿fui una más? 
—No. No veo a las mujeres como cosas, Daphne. No sé a qué te refieres con una más.
—Pensé... que quizás lo que pasó podría haber sido más importante que... que lo que has tenido con otras chicas. —Taehyung acarició mi cabello. 
—No se trata de lo que hicimos, Daphne, sino de lo que sentimos. Yo en esa acción expresé cuánto te amaba. Y sentí lo mismo de tu parte. Eso fue lo especial. Ahora... ve. Anda, que ya es tarde. —La voz de Taehyung pareció quebrarse, pero su semblante era del todo imperturbable. 

No podía moverme. Las lágrimas comenzaron a salir de mis mejillas casi como un río mientras que los sollozos me estremecían el pecho, pero finalmente me hice con la fuerza suficiente para salir del auto y correr hacia la puerta de Yoongi para aporrearla, rogando que mi amigo la abriera lo antes posible. 

—¡Daphne! ¿Estás...? Mierda ¿qué te hizo ese imbécil? 

El auto de Taehyung seguía junto a la casa de Yoongi, y pese a que sabía que mi amigo tenía unas enormes ganas de ir y rompérselo, prefirió llevarme consigo al interior de la casa para ayudarme a sentarme en una silla y darme un vaso de agua con azúcar. Mientras me lo bebía, él miró por la ventana para ver si Taehyung se había ido. 

—Todavía no se va ese imbécil. No sé qué está haciendo ahí. Tiene las ventanillas polarizadas. —Se volteó hacia mí— ¿Qué pasó, Daphne?

Le conté todo lo más coherentemente que pude y Yoongi me abrazó, me tomó en brazos y me llevó a la cama. Allí se acostó a mi lado y puso mi cabeza en su pecho, mientras me acariciaba el pelo. Yo seguía sorbiéndome el llanto. Pensé en cuánto hubiera preferido estar en esa posición con Taehyung, pero ya no se podría, nunca más. Y aquel día en el que había necesitado aún más de su cariño, todo había terminado.



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En el texto hay: vampiros, amor drama, bts taehyung

Editado: 20.09.2021

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