Delirios [ Taehyung-Bts ]

Cuarenta y tres.

Hola, bellas personitas. Quería advertirles que este capítulo tiene una bandera roja. 

Como no puedo pasar metiendo capítulos en wattpad para los temas que considero inapropiados, sólo quería decirles que lo que viene es delicado. Esto es ficción y la realidad no necesariamente tiene que ser como lo que sigue. Si en algún momento se encuentran en la situación de Daphne, por favor, pidan ayuda. Hay mejores formas de sobrellevar las emociones. Sus vidas son valiosas y siempre habrá alguien que pueda ayudarles, así que por favor no hagan lo que va a pasar a continuación. Si lo hacen me voy a enojar mucho con ustedes. 

Les quiero mucho. 

☼    ☼    ☼    ☼    ☼

 

La cabeza me daba vueltas. El corazón me latía desenfrenadamente y sentía un zumbido en mis oídos. No podía tolerarlo. No podía tolerar ese horrible dolor en mi pecho. Ya ni siquiera tenía su voz. Se había desvanecido en el aire, él había cortado la llamada. 

Yo ni siquiera era suficiente como para que él decidiera quedarse. Yo... me daba asco a mí misma. Me odiaba por todo lo que había hecho. 

Comencé a golpearme la cabeza con los puños, pero no era suficiente. El deseo de sentir un profundo dolor físico era acuciante. Necesitaba algo más dañino. Miré a mi alrededor y vi la navaja de afeitar de Yoongi. Me levanté rápidamente con el consecuente vahído y la cogí desesperadamente, pero se me cayó al suelo, de modo que volví a arrojarme al piso y allí arremangué mis mangas dejando expuesta la piel pálida de mis antebrazos. 

Tuve un momento de duda, pero el ímpetu de sentir dolor nuevamente recorrió mi interior, obligándome a tomar con fuerza la navaja y mientras me sangraban los dedos la enterré en mis brazos. 

La sangre comenzó a brotar de inmediato, pero no sentía dolor. Intenté ir más profundamente, y luego hice lo mismo en mi otro brazo, con brutalidad. El ardor era mínimo, pero la sangre salía como si se desbordara de mi cuerpo. Pronto el olor a hierro llegó a mi nariz, y comencé a sentirme aún más mareada que antes.

—¡Daphne! ¡Llegué! ¡Vino Jimin conmigo! ¡Es día de películas! Jimin descargó White Chicks para reírnos un rato. 

Escuché desde lejos las llaves posarse en la encimera de la cocina y los pasos de Yoongi resonando por el pasillo que conducía hacia las dos habitaciones y al baño. Inevitablemente me encontraría. Lo que había hecho... si no actuaba rápido lo descubriría. Intenté levantarme, pero mi ropa y el baño estaban hechos un desastre. Sería imposible limpiarlos en un tiempo prudente. 

El dolor me atacó entonces con intensidad. Con los brazos ardiendo intenté coger papel higiénico para tirarlo al suelo y cubrir los rastros de mi locura, pero no era suficiente. 
—¿Daphne? —Yoongi volvió a llamarme.       
—¡Estoy en el baño! ¡Estoy bien...       
—¿Estás bien, Daphne? Te oyes como si te fueras a desmayar... —Jimin acudió corriendo junto a Yoongi. Noté el silencio que se formaba entre ambos. —¡Daphne! ¿Estás bien?

El papel higiénico se desmenuzaba mientras se tornaba de color rojo. La sangre seguía fluyendo espesa, haciendo inútiles mis intentos por cubrirlo. 
—¡Sí, estoy bien! Salgo en seguida. 

Yoongi intentó abrir la puerta, pero la tenía con seguro.    
—Daphne, abre la puerta. —Dijo calmadamente.     
—No puedo, Yoongi, si ya voy a salir.   
—Abre, por favor.  
—¡Que no puedo! 

Unos pasos se alejaron en dirección a la cocina. Recogí el papel del piso, arrastrándolo para que no quedara húmedo (las líneas entre las baldosas quedarían rojas por mucho tiempo) y lo tiré al basurero. Hice como que cerraba la tapa del inodoro y abrí la llave del lavamanos. Los pasos volvieron a acercarse. Sabía que debían de haber traído un cuchillo o algo para forzar la puerta, de modo que lavé mis manos y bajé mis mangas para hacer el asunto menos evidente. Escuché el ruido en la cerradura y miré en dirección a la puerta con expresión ofendida. 
—¿De verdad chicos? ¿No pueden respetar la privacidad? 
Yoongi puso cara culpable, pero Jimin le pegó un codazo y le señaló las líneas rojas entre las baldosas blancas.  
—Eso no estaba así... —Yoongi me miró asustado, y entonces notó cómo mis mangas se habían comenzado a teñir de un rojo oscuro— Daphne... qué has hecho... 

Sonreí e intenté sostenerme con dificultad.   
—Lo siento... Estoy bien...

Jimin corrió hacia mí y me sostuvo por la cintura.   
—Yoongi, hay que llevarla a urgencias. 
—¡No! ¡Me van a hospitalizar! ¡No quiero eso otra vez! Por favor... 

Ambos se miraron angustiados. 
—Muéstrame los brazos, Daphne. 

Jimin fue más rápido y arremangó mi manga derecha, exponiendo la herida que tenía, cubierta de sangre. Ardía como el infierno. Yoongi apartó la vista y se tapó los ojos. 

—No es momento para tener escrúpulos, Yoongi, esta niña se va a desmayar si no hacemos algo.  
—Hay que llamar a urgencias. —Yoongi salió corriendo y según lo que escuché hizo una llamada. 
—Ven, Daphne, hay que...         
—No le hagas nada en las heridas, dejemos que lo vean los de urgencias. —Suga había regresado y traía dos paños de cocina consigo que enrolló en torno a mis brazos. Tenía los labios apretados y no me miró en ningún momento. 

No supe bien qué pasó después. Sólo sé que llegó una ambulancia y me llevaron de urgencias al hospital. Me pusieron nueve puntos en un brazo y trece en el otro, y me dieron una orden de hospitalización psiquiátrica.



#5849 en Fanfic
#31818 en Novela romántica

En el texto hay: vampiros, amor drama, bts taehyung

Editado: 20.09.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.