Delirios [ Taehyung-Bts ]

Cuarenta y siete.

Pasaron varios días en los que no quise cuestionarme lo que había pasado. Decidí enterrarlo en mi memoria y simplemente no pensar más al respecto. De esa forma no me haría daño. El tacto de los labios de Taehyung se había desvanecido de mi piel, al igual que su calor. No valía la pena seguir pensando al respecto, a pesar de que lo extrañaba y sabía, siempre lo haría. 

A lo largo de esas pocas semanas en las que el recuerdo de esa noche se había diluido, mis días se habían convertido en una rutina estable. La relación con mi familia era como debía ser: Mi padre estaba satisfecho de verme tan centrada y mi madre había comenzado a sonreírme. A veces salía con Anne. Iba a clases todos los días, estudiaba y era productiva, y tenía citas con Jin, quien se había hecho muy querido en mi círculo de amigos —vale decir, Yoongi y Jimin—. 

Todo transcurría con absoluta normalidad. Excepto porque en la ciudad todo estaba convulsionado. Cada semana encontraban jóvenes muertas a manos de un asesino al que no podían atrapar. Recordaba haber escuchado esa noticia hacía algunos meses en casa de Yoongi, y francamente no podía creer cómo la policía podía ser tan ineficiente de no haber dado con aquel criminal en tanto tiempo. Por eso es que Jin, cada vez que salía conmigo, se aseguraba de protegerme. Solía ir a buscarme a dondequiera que estuviera cuando nos juntábamos, y me iba a dejar a mi casa. 

Mis sentimientos por Jin habían crecido considerablemente. Si bien antes no estaba tan segura de amarlo, ahora sentía, sin dudarlo, que era mi destino estar a su lado y definitivamente estaba enamorada de él.  Pero mi corazón estaba dividido. Nunca pude superar a Taehyung, a pesar de seguir adelante sin él cada día. 

Aquel día, después de clases, Yoongi iría a buscarme. Me dijo por mensaje de texto que tenía algo importante que decirme, así que lo esperé fuera del campus, preocupada. 

Lo vi aparecer entre la multitud, más pálido que de costumbre. Llevaba un gorrito que cubría su cabello oscuro y se había envuelto en su descomunal parka, pese a que hacía calor. El invierno ya se había desvanecido. 

Me extrañé. Su actitud se veía ausente, hasta que me vio. Troté hacia él y lo envolví en un abrazo. 

—¿Qué te pasa, Yoongi?  
—Te cuento después, enana. Vámonos. 

Hablamos de cosas intrascendentes en el viaje, pero él estaba inquieto y luego compramos un par de botellas de vino. Cuando llegamos, vi con horror que toda la casa estaba hecha un desastre. Había cristales por el piso, un montón de pañuelos usados, todo estaba en penumbras e incluso había muebles volteados, como si en un arranque de rabia Yoongi hubiera atentado contra su propia vivienda. 

Lo miré horrorizada.         
—Yoongi, necesito que me digas qué pasó aquí. —Su expresión cambió al instante, como si se hubiera quitado una máscara. Y las lágrimas comenzaron a deslizarse como arroyos por sus mejillas. Me acerqué corriendo a secárselas. 
—Jimin... —articuló apenas.     
—¿Qué le pasó? ¡¿Está bien?!   
—Sí. —Por su respuesta seca adiviné que algo muy malo había pasado. 
—¿Qué pasó con él? —Pregunté, temerosa de oír la respuesta.    
—¿Tienes cigarros?
—Tú no fumas, Yoongi.   
—Necesito eso, o un vaso de vino. —Se apartó entonces y abrió la botella para tomar un trago directamente de ésta. Luego se limpió los labios con la manga y finalmente lo soltó:

—Él... vino a verme hoy. Estaba ebrio y actuaba raro, al punto en que pensé que estaba drogado. Miraba a todos lados como si fueran a salir monstruos de debajo de los muebles y en un principio no me dejó tocarlo. Yo no entendía qué le ocurría, pero mi intuición me decía que algo muy malo estaba por pasar. Era angustiante saberlo y al mismo tiempo desconocer la razón. De todas maneras, tenía la estúpida esperanza de que no fuera sino exageración mía, así que simplemente decidí darle tiempo. Nos sentamos a conversar de trivialidades, a pesar de que todo se sentía muy tenso, y de pronto comenzó a llorar, de la nada. Me preocupé, así que le pedí que me dijera que qué madres le pasaba. Él siguió llorando, pero respondió que no era nada, que sólo había cosas que rondaban su mente, arrepentimientos del pasado. Le pregunté si era por eso que había estado bebiendo. Me dijo que no, que había salido a beber con un amigo. Me sonó raro, pero lo dejé pasar. Jimin, abruptamente, me preguntó que cuánto lo amaba. Estaba muy nervioso, así que no supe qué contestarle, le di una respuesta vaga, no recuerdo bien cuál, porque después todo se desmadró. Jimin se lanzó sobre mí y comenzó a besarme, pero me sentía demasiado incómodo con la situación así que lo aparté. Me sentía... dolido. No sabía bien qué pasaba, pero sentía que había una barrera entre los dos, y en esta ocasión no era yo quien la imponía. Me sentía demasiado vulnerable. Dentro de mí sabía que iba a estallar algo y que me iba a romper por completo. Así que él se puso a gritarme que siempre lo dejaba solo, que el último tiempo no había hecho más que romperle el corazón con mi distancia. Que desde que había muerto mi madre él no sabía cómo acercarse a mí, que lo alejaba... Y no dejaba de tener razón. Entonces se levantó y fue al baño, pero se demoraba demasiado. Me acordé de ti, de lo que hiciste, y me asusté, así que fui a abrir la puerta del baño y lo encontré apoyado en el lavamanos, escribiendo en su teléfono mientras las lágrimas le corrían por las mejillas. Lo abracé y él aceptó el abrazo, dejando el teléfono en la encimera. Y mientras lo tenía entre mis brazos, divisé el chat. "Termina con él de una vez y quédate conmigo". Decía el sujeto con el que estaba conversando. Me quedé helado, pero no dije nada. No quería asumir nada. Eso habría sido un error. Entonces cuando nos separamos le pregunté que con quien estaba hablando. Me replicó con evasivas, hasta decir que era un amigo. ¿El mismo con el que saliste hoy? Me dijo que sí. ¿Hay algo que quieras decirme, Jimin? Le pregunté entonces. Y se mordió los labios. "¿Cuánto estarías dispuesto a soportar por mí?" Fue lo único que pronunció. Lo pensé y le dije que dependía de lo que tendría soportar. Que me diera ejemplos. Él dudó. Se veía decepcionado. Entonces me preguntó que qué clase de errores podría soportar. Le dije que todo, menos la deslealtad. Él me aseguró que me era leal, que me amaba con todo su ser. Que nunca querría hacerme daño. Ya para entonces todo comenzó a parecerme muy raro, y justo antes de que la pantalla de su teléfono se bloqueara por inactividad, le llegó un nuevo mensaje del sujeto. Sé que no debí haberlo hecho, pero el caso es que, sin pensarlo demasiado, tomé su celular y miré la pantalla: "Ya me has demostrado que eso es lo que realmente quieres ¿verdad? Quiero repetirlo. Quiero hacértelo hasta que grites como hoy" Algo así era lo que decía. Me sentí enfermo. Jimin estaba gritándome, intentando alcanzar su celular, pero lo arrojé con toda la fuerza que pude al suelo. Terminó rompiéndose, por supuesto. Él entonces se tiró al piso a recogerlo, llorando en silencio. Me paré junto a él y le pregunté que qué mierda había hecho y él lo negó todo en un comienzo, hasta que reconoció que se había acostado con ese sujeto. Salí del baño a trompicones. Yo también estaba llorando. Jimin me persiguió, y yo lo empujé. Se dio contra las sillas de la cocina, y se cayó al suelo, pero no quise ayudarlo. Volvió a intentar abrazarme, y le dije que era una puta, que le había chupado la polla a ese tipo y después me besaba. Le dije que se fuera. Fui a buscar sus pertenencias a mi habitación y se las tiré al suelo. Recógelas. Le dije. Él trató de impedirlo, me rogó que habláramos. Entonces... cogí sus cosas y las arrojé fuera de la casa, pero él seguía rogándome que habláramos, que me amaba... Le pregunté cuántas veces. Finalmente admitió que fue más de una vez. Se tiró al suelo para evitar que lo echara y... Esto... no debí hacerlo. Me sentía fuera de mí y lo único que quería era hacerle tanto daño como el que me había hecho. Daphne, lo amaba, y él me destrozó, me mintió... Sentía tanta rabia cuando hablaba que le di una patada que le reventó el labio. Él me miró... sus ojos, Daphne, expresaban tanto dolor, tanto arrepentimiento... pero al mismo tiempo que todo se había terminado. Ya después de todo aquello no podíamos volver. Me arrepentí de inmediato de lo que hice. Me arrojé junto a él para detener el sangrado, pero él se apartó, con miedo, como un reflejo. Finalmente se puso de pie y se marchó. Y cuando se fue... lo destruí todo. Daphne, no sabes... la agonía que siento en mi interior. El dolor que me invade... me odio tanto en este momento...



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En el texto hay: vampiros, amor drama, bts taehyung

Editado: 20.09.2021

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