Después de que Demetrio publicó el pdf, recibió una contraseña, y la usó para desbloquear el PC.
—¡QUE ALIVIO! –pensó Demetrio- ¡TODAVÍA TENGO MIS CRIPTOMONEDAS!
Demetrio vendió rápidamente sus criptomonedas, y se sintió aliviado cuando vio el dinero en su cuenta. Luego se acordó de Tatiana, una chica que había conocido en la preparatoria, y le encantaba todo lo relacionado a la informática.
—¿No creerás lo que me pasó? –le escribió Demetrio a Tatiana por telegram.
—Cuéntame.
—Unos tipos se metieron a mi PC, y me hicieron publicar un pdf, para devolverme el control del PC.
—Enserio, te recomiendo que cambies de sistema operativo, esos tipos podrían volver a hacerlo.
—No creo, tenía criptomonedas y ni siquiera las tocaron.