Demon | L.H

☪|Capítulo 1

Mi corazón parecía que estaba apunto de salir de mi pecho, estaba atónita, no sabía que pensar, no sabía que decir, no sabía que hacer.

¿Debería correr?

¿Debería gritar?

¿Debería quedarme con él?

Dió dos zancadas hasta mi y en un par de segundos lo tenía frente a mi viendóme directamente a los ojos, su mirada era profunda y oscura y con muchos secretos.

Sentí las yemas de sus dedos rozar con la piel de mi rostro, creando escalofríos, él sonrió. Con sus dedos llevo un mechón de cabello detrás de mi oreja y luego se acercó a mi oído y susurró.

Je sais ce que tu as fait.





 







 

El auto se paró frente a la casa de mi madre, solté un suspiro antes de salir del auto y coger mi bolso, puse la alarma a el auto y camine en dirección a el maletero para sacar dos maletas que había hecho para mi estancia en Zefíl durante estas dos semanas que tenía de vacaciones.

Mi madre había insistido demasiado en que llegará a casa para que pasáramos Navidad juntas ya que el año pasado yo no pude venir, camine hasta llegar a la entrada principal, toque el timbre de la casa y la puerta se abrió unos segundos después. Tenía a mi madre frente a mi, tenía una enorme sonrisa en su rostro y no dudo en acercarse a mi para envolverme en sus brazos.

—¡Estás tan grande y hermosa! —murmuró sobre mi cabello, se alejo de mi y me acarició el rostro viéndome enternecida.

—Hola madre, que bueno es verte —besé su frente.

—El baloncesto te a beneficiado demasiado, mi hermosa niña.

—Si yo también creo eso —sonreí.

—Vamos adentro, o nos congelaremos aquí fuera.

—Si tienes mucha razón, escuché ena radio que posiblemente vaya a nevar hoy.

—Aquí todos los días nieva, ma fille.

Ella me ayudó con una de mis maletas, la había tenido muchas remodelaciones desde la última vez que vine a verla hace dos años.

Nunca viví aquí con ella, cuando decidió mudarse a las afueras de Nueva York, yo ya estudiaba la universidad y su esposo estaba muerto. Estaba sola en esa enorme casa, así que decidió cambiar su rutina y dejo la gran ciudad para venirse a este pueblo.

Ella me indicó dónde estaba mi habitación y que después de que terminará de empacar tendríamos que platicar de muchas cosas, tome el pomo de la última habitación del pasillo y la abrí para adentrarme en la habitación que estaba totalmente oscura, prendí el foco de luz y pude ver qué era bastante amplio, eran las seis de la tarde, el camino había sido muy lento casi siempre era así en esta época.

Puse las maletas sobre la cama y las abrí para comenzar a sacar mi ropa y acomodarla en el armario que había.

A las nueve de la noche había terminado de instalarme completamente en la habitación, baje nuevamente a el living y me encontré con una gran sorpresa, mi madre dormía profundamente en el sofá, tenía el televisor encendido y estaba tendida en el sofá y tenía una manta sobre ella. Sonreí un poco y me acerque para apagar el televisor y besar su mejilla.

Me dirigí a la cocina y me percaté de que no había nada hecho por lo que tendría que ir a comer algo en algún restaurante, cuando mi madre se dormía así no despertaba hasta el otro día, tome las llaves de mi auto y de la casa y sigilosamente salí para caminar hasta mi auto.

El pronóstico estaba en lo cierto, nevaba muy ligeramente y hacia demasiado frío afuera, podría apostar lo que sea a qué tenía la nariz roja como Rodolfo El Reno tenía puesto un gorro negro, unos guantes, mi abrigo y una bufanda y aún así el frío era bastante. Al prender el auto encendí la calefacción y me puse en marcha, hace dos años que no venía pero aún recordaba que había un restaurante en dónde vendían unas exquisitas hamburguesas a unas cuántas calles de la casa de mi mamá, pare en dos semáforos y en quince minutos me encantaba aparcando el auto en el parking del lugar, habían unos cuantos autos aparcados ahí también.
 


 

Al momento de abrir la puerta del restaurante se escuchó el sonido de la campana, el lugar no estaba muy lleno por lo que buscar una mesa no fue muy difícil, después de haberme sentado en la mesa una chica con el cabello bastante peculiar, exótico y precioso se acercó a mi y amable me entrego la carta del menú.
 


 

Después de haberle dado una ojeada rápida a el menú le di mi pedido a la chica y se alejo para ir hasta la cocina, de mi bolso saque el libro que había comprado antes de salir de la cuidad está tarde, lo abrí hasta la página donde había quedado, pensaba matar el tiempo de esa forma hasta que mi orden llegará.
 


 

Siempre e sido una persona que se interesaba o concentraba fácilmente en cosas muy mínimas y sin mucha importancia, mi atención era algo que era muy fácil de conseguir —bueno, no en todo los aspectos—, el sonido de la campana de la puerta indicando que alguien más había entrado capturó de inmediato mi atención, no estaba muy lejos de la puerta y tenía la vista hacia esa dirección, por lo que solo basto levantar la gusta del libro para ver así allí.
 


 

Para verlo a él.
 

Era un chico alto, cabello rubio y desordenado, tenía una cazadora negra, unos guantes, pantalones un poco desgastados y unas botas del mismo color, y de su labio resaltaba un aro negro, llevaba un casco de motociclista en la mano derecha y tenía la vista enfrente, se sentó en la barra y en ese instante tenía a una chica tomándole su pedido.
 

Después ella desapareció y él dejo su casco en la silla que tenía a su lado y en ese momento su mirada se topo con la mía, sus ojos eran de un color azul eléctrico, era muy imponente y bastante profunda y lo único que pude hacer en ese momento fue sonreírle un poco, pude notar que él también lo había hecho —aunque en lo más mínimo y casi visible—, se relamió los labios y luego desvío su mirada de mi, dejando una sensación extraña.
 



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En el texto hay: asesinato, sangre, romance oscuro

Editado: 17.06.2021

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