cap.9 mi gran error

Ya ha pasado tres meses desde que yo y Laion somos una pareja formal, hoy decidí ir a cazar sola sin el por qué quería demostrarle que yo puedo cuidarme sola.
Hace una semana sentí una presencia extraña, algo si, como si me estuvieran espiando, decidí no contarle a Laion de esto le resté importancia pensé que solo era cosas mías. Estoy sola en el bosque esto no me da miedo, despliego mis alas y emprendo vuelo, esta de noche así que se me es más fácil cazar.

- ¡Rayos! esa presencia otra vez. Escuche unos pasos acercarse a gran velocidad hacia mí. Intento volar, pero sentí que algo me golpeo desde arriba, mi vista se nubla, no puedo ver con claridad solo puedo ver a un chico ocultando sus alas se me acerca y me dice:

- Al fin nos vemos Dagata. Con sus palabras veo como todo se oscurece.

Intento levantarme siento un gran dolor en la cabeza, no puedo moverme estoy encadenada mis vista sigue nublada, escucho a alguien riendo intento ver quien es, pero mi vista no me ayuda, esta persona se va acercando hacia mí ya lo puedo ver con claridad, mi vista se aclara y lo veo, un chico alto con la piel blanca, cabello negro y los ojos verdes lleva en sus alas un Alcón negro y alrededor del hay más chicos entro en pánico intento zafarme, pero estoy encadenada empiezo a gritar.

- ¡Suéltenme! ¿Qué es lo que quieren de mí? les gritaba mientras intentaba zafarme.

- ¿por qué? ¿Cuál es el apuro por irse? si aún no nos divertimos Dagata.

- ¿Cómo sabes mi nombre? Intente sacar mis alas, pero por alguna razón no podía.

- ¿acaso quieres sacar tus alas? descuida ellas no saldrán por un largo tiempo.

- ¿QUIEN ERES? ¿Y POR QUE NO SALEN MIS ALAS? -Intente, pero no podía escapar, ¿qué es lo que está pasando? - intente pensar en cómo escapar, pero al verlos bien a cada uno de ellos pude observar que cada uno de ellos poseía unos largos colmillos, además el que parecía ser su líder tenía alas negras tan negras como las mías es decir que ellos son...-ustedes son DEMONS-les dije y vi como al de las alas negras se le formaba una sonrisa

- Exacto somos Demon, duraste mucho en darte cuenta querida Dagata, mi nombre es HICABOD príncipe de la oscuridad y líder de los descendientes del mal. - me dijo mientras intentaba tocarme el rostro.

- ¿Qué es lo que quieren de mí?

- Nada solo queremos divertirnos un rato contigo, solo eso. - Dijo lo último con una sonrisa pervertida que dentro de mi sentí terror. -pensábamos que nunca te alejarías de ese león, te hemos estado vigilando por más de un mes, me sorprende que nunca sentiste mi presencia.

- ¿Eras tu?, tus eras esa presencia incomoda que sentía

- Si era yo, ¿acaso no sabes que los DEMONS que son príncipes pueden comunicarse por la mente y además uno puede sentir la presencia del otro?

- PERO ¿QUE QUIERES DE MI? -le dije ya no podía contener las lágrimas.

- Ya te dije nos vamos a divertir ¿no es cierto chicos? -Todos los demás dijeron que sí.

yo solo pensaba que quería estar al lado de Laion, ya quería que me soltaran.

- -vamos a divertirnos Dagata, -se acercó a mí y beso mi cuello quise resistirme, pero estaba encadenada de pies y manos. -esto será divertido-sentí un gran dolor en mi cuello él había enterrado sus colmillos en mi cuello.

- suéltame. -gritaba de dolor, me sacudía todo lo que podía mis muñecas estaban rojas de tanto moverme me molestaban las cadenas, solo pensaba que si no hubiese salido cazar sola esto no me estuviera pasando.

- Sabes sabroso, chicos su turno. -con sus últimas palabras sentí el verdadero terror, cada uno empezó a morderme en diferentes partes de mi cuerpo en total eran siete contando a Hicabod. Cuando todos ya habían probado de mi sangre HICABOD se me acerco y me dijo al oído: -Este es solo el principio de tu dolor, -luego ordeno a todos que salieran de la habitación o eso parecía que era y solo nos quedamos él y yo. -ES HORA DE PONERSE SERIOS ¿QUIRES? -el continúo bebiendo de mi sangre era tanta que ya estaba demasiado débil como para seguir gritando, mi vista se volví a nublar. yo gritaba con todas mis fuerzas, intentaba que mis alas salieran y que mataran a este maldito, pero era imposible.

- suéltamele... ¿por qué mis alas no salen maldición? intentaba moverme, pero lo único que hacía era lastimar más mis manos y mis pies.

- Vamos grita todo lo que quieras al final nadie podrá oírte estamos muy lejos de todos ¿sabes? estamos en medio del bosque así que nadie podrá escucharte, el busco una navaja y empezó a destruir mi ropa yo solo podía gritar, solo pensaba que este fue un gran error, al venir al bosque sola sin LAION como mi compañía. - ¿por qué mis alas no salen? Fue lo único que pude decir.

- MMMM...sabes existe una rosa que se llama "LILIUM" esta es capaz de hacer que un DEMON de sangre pura no pueda acceder libremente a sus poderes en tu caso la utilice para que no puedas usar tus alas ,eres muy poderosa tus alas al igual que las mías cuando sienten que su poseedor está en peligro se endurecen y se vuelven tan filosas como una navaja, por eso utilice la rosa lilium en ti para poder hacer lo que yo quiera contigo.

- ¿Por qué lo haces?

- Ya te dije solo lo hago por diversión -de tanto gritar ya me dolían los ojos y mi vos estaba ronca mi vista ya se estaba nublando mis muñecas estaban sangrando por mis movimientos de intentar zafarme de las cadenas, me sentía realmente mal ya no sabía cuanto tiempo había pasado desde que me habían capturado sentí tanto asco hacia HICABOD que vomite, me sentí aún mas mareada mis vista se nublo y lo último que vi fue a HICABOD sonriendo con victoria por lo que me había hecho, ya no me importaba por que sé que cuando recupere mis fuerzas lo matare, me siento mal ya que sé que esto no me hubiese pasado si hubiese salido con Laion, cometí un gran error un terrible error. Por último, me desmaye.

Me levante con un terrible dolor en mi cuerpo aún estaba desnuda ya no había nadie en la habitación, al parecer uno de ellos había dejado un vestido en la habitación quizás planeaban soltarme, aunque eso sería un grave error porque en el momento que logre liberarme los mataría, escucho que se abre la puerta veo que entra Hicabod el entra con esa asquerosa sonrisa que lo único que me causa es nauseas.