Demonio guardián

CAPÍTULO 12

— No, no puedo decírtelo porque yo tampoco lo se.— digo pareciendo tranquila, pero como ya se, la experta en mentir no se lo ha creído.

— Daisy.— por la forma en que pronuncia mi nombre me da a entender de que sabe algo.— ¿Qué te ha pasado en el cuello?— me llevo las manos al cuello y no aguanto morderme el labio por el dolor.

Niego con la cabeza no queriendo dar explicaciones. Las dos sabemos que soy muy mala mintiendo, y si lo hago ella lo notara.

— Iré a mi cuarto a descansar un poco.— señalo las escaleras y me giro para encaminarme a subir por ellas, pero su voz me detiene.

— Lo se, no hace falta que me digas nada.— giro mis talones mirándola de reojo. Sonríe de lado y se acomoda en el sofá abandonando su mirada en mi.— Solo te digo que tengas cuidado. Yo no lo tuve y estoy esperando un bebé de su hermano.

Mi rostro se vuelve totalmente serio. No me muevo ni siquiera un centímetro. Solo me quedo mirándola fijamente, con su rostro pacífico y tranquilo.

— ¿Qué acabas de decir?— pregunto.

Carraspea y se gira mirándome de nuevo. Sus ojos oscuros muestran algo de miedo, por mucho que intente ocultarlo, lo noto.

— No volveré a repetirlo Daisy. De físico podrán parecerse mucho, pero de mente son totalmente diferentes.— traga saliva, se pasa la mano por el puente de la nariz y se tiende dejando de mirarme.

Así que ella sabía perfectamente de la existencia de Aaron, y lo de antes no fue una equivocación. Lo hizo para confundirme.

Me llevo una mano a la cintura y con la otra muevo mi cabello hacia todos lados. Miro hacia todos lados pensando en nada y en todo a la vez.

— ¿Sabes?— digo algo cabreada al pensar en que ella los conocía y se hacía la tonta preguntando quienes eran.— No se quién eres  para decirme que tenga cuidado cuando eres tu a la que han dejado embarazadaAl menos yo no tengo un asqueroso niño en mi barriga. su rostro cambia radicalmente.

¿Qué haces Daisy?

Su mandíbula se tensa y sus manos se forman en unos fuertes y grandes puños. Se levanta del sofá y se acerca a mi decidida. Parece que el dolor físico no le afecta en estos momentos, ya que no hace ninguna mueca de dolor.

Para quedando a escasos centímetros de mi. Sus ojos no se apartan de los míos ni un segundo. Un color rojizo rodea sus pupilas dándome a entender que en poco llorará, pero no. Ni siquiera cae una simple lágrima por esas mejillas tan delicadas.

 Desde este momentonunca tuve, ni tengo hermana... gruñe. Se gira y corre escaleras arriba. Segundos después se escucha un portazo dándome a entender que entró en su cuarto.

No quito la mirada de los escalones por dónde la única hermana que tengo acaba de subir echando humos. Y lo se, yo tengo la culpa, pero esta situación me puede.

Desde que Aaron apareció en nuestras vidas, todo se volvió un misero caos.

Mis padres no estan, mi hermana
no me hablará por el resto de su vida, y solo quedo yo, y Tara.

No se si gritar o correr, aunque en realidad tengo ganas de hacer las dos cosas, incluida golpear algo para descargar la rabia que siento en estos momentos.

Me sobresalto al escuchar el "Ring Ring" del teléfono principal de la casa. Me acerco rápida y lo cojo llevándomelo a la oreja antes de que se corte.

— ¿Diga?— pregunto.

— Daisy, cariño. Papá y yo tardaremos un largo tiempo en volver a casa.— mi ceño se frunce al escuchar la voz de mi madre.— Ayer nos tuvimos que ir a México a seguir trabajando y no volveremos hasta dentro de un mes.— mi boca se abre para contestarle, pero por esta no sale nada.

No les vale ya de vernos poco, que encima se van un mes a México y no nos avisan hasta que están allí.

Más rabia comienza a recorrer todo mi cuerpo.

— No hay problema.— finjo una voz feliz. Bien, ahora se definitivamente que no puedo contar con ellos.

— Adiós Daisy. Dale besitos a tu hermana y también para ti.— hace un raro ruido, como si nos mandara besos por el móvil, cosa que no ha hecho nunca y solo hace cuando esta MUY feliz.

— Adiós, mama.— cuelgo la llamada poniendo el teléfono en su sitio y sin pensarlo me dirijo a mi cuarto.



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En el texto hay: daisy

Editado: 31.03.2018

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