Me encuentro sentada en el asiento del copiloto. Cruzada de brazos y con la mirada fija en la carretera, igual que él.
Me siento bien así. En silencio. Un silencio en el que puedo tranquilizarme y dejar de pensar un poco en lo que esta ocurriendo.
Pero no puedo estar sin pensar en nada cuando tengo a Aaron al lado mío. Mirando de vez en cuando en mi dirección. Apretando sus puños cada vez que nota mi mirada en él.
— Frío.— susurra. Lo miro de reojo.
¿Frío?
Quita su mano derecha del volante y abre el pequeño cajón que hay en el apoya brazos. Saca de ahí un afilado metal.
Extiende el brazo con el que coge el volante y acerca su mano con la cuchilla.
Soy rápida y sin pensarlo, lo detengo cogiendo su muñeca.
— ¿Qué haces?— pregunto con el corazón a mil por horas y el ceño fruncido.
Quita mi agarre con brusquedad haciendo que el coche haga un leve zic-zac.
Me pego más a la puerta al notar su cara de rabia. No quiero que me haga nada. No quiero que me haga daño.
— Dejame.— susurro sintiendo mi cuerpo temblar de miedo y a la vez rabia.— dejame en paz de una vez por todas.— siento las lágrimas bajar por mis mejilla.
Terror. Rabia. Odio.
Acerca su dedo pulgar a mi cara quitando las lágrimas que caen. Cierro los ojos con fuerza al sentirlo.
— Nací para esto, y moriré haciéndolo.— busco sus ojos con necesidad de verlos. Niego.
— Te enseñaron a serlo. No naciste para esto.— lo veo reír sin gracia.
En mi mente solo vienen imágenes de él haciendo esa horrible acción. Miro sus brazos, y por causa de los tatuajes no consigo ver ningún rastro de cortes.
Miro hacia los lados al sentir el coche pararse. Estamos parados frente a una gasolinera en medio de la carretera.
Aaron se baja sin decir nada y entra en el local.
Miro por la ventana a una pareja bajando de su coche justo al lado nuestra.
— ¡Alicia! ¡Esta mierda no abre joder!— grita el moreno de ojos azules intentando abrir el círculo del coche para echarle gasolina.
— ¿Has intentado sacarlo para fuera Oliver?— él abre la boca para contestarle pero al hacer lo que la chica morena de ojos celestes le dice, sonríe mostrándole sus blancos dientes.— No sé que harías sin mi...
— Todo lo que hasta ahora llevo haciendo.— ella le da un golpe en el hombro y los dos ríen mirándose.
Sonrío de lado al ver la buena pareja que hacen. (Protagonistas de Alice Green)
— Te odio.— dice ella sacándole el dedo medio. Se da la vuelta y comienza a caminar para entrar a la tienda.
— ¡Desearías que te atropellara de nuevo solo para conocerme!— grita él antes de que ella entre.
Veo como Aaron sale del local con su cara peculiar. Serio.
Abro sin querer la puerta del coche notando que no había cerrado con llave.
Subo la mirada fijándola en Aaron y al ver que él ha parado de caminar y no aparta su mirada de mi, entiendo que sabe lo voy a hacer.
Sin esperar ni un segundo mas. Me levanto del asiento, y sin mirar hacia detrás, comienzo a correr.
Siento sus fuertes pisadas detras mía. Pero no paro. No puedo parar y dejar que me coja de nuevo.
Quiero huir de todo, de todos...
Lo siento más cerca. El corazón se me va a salir por la boca como siga corriendo de esta manera.
Lo escucho mucho más cerca y corro un poco más fuerte al ver un árbol. Paro detrás del tronco.
Da un paso hacia la derecha y yo hacia la izquierda a su misma vez.
Sus ojos y los míos están conectados como si fuera una bomba a punto de explotar. Mi pecho sube y baja a gran velocidad cogiendo aire.
— Será mejor que no te resistas más.— gruñe formando sus manos en puños.
No parece estar de broma, ya que nunca bromea.
Fijo su mirada tras él consiguiendo que se distraiga al mirar hacia detrás y comience a correr de nuevo.
Todo pasa muy rápido. Siento todo el peso de su cuerpo encima de mi y un fuerte dolor en mi cabeza.
— Joder...— susurra llevándose las manos a la cabeza aun estando encima mía.
Los miro con los ojos muy abiertos al pensar en la situación. Si alguien nos viera así pensarían que estamos haciendo otra cosa...
Locura.
Sus ojos me miran asombrado. Noto... Noto un toque de gracia en su rostro. Su respiración se junta con la mía y una sonrisa ladeada aparece en su rostro.
Creo que asombro no es la palabra para describir lo que estoy presenciando ahora mismo.
Mira mis labios mordiendo su labio inferior. Junto mis cejas haciendo que parezcan solo una al sentir un cosquilleo en mi zona íntima.
— Aaron...— susurro para que se levante, pero parece no captar el mensaje.
Sigue antento a mis labios. Trago saliva con fuerza. Se acerca un poco más siendo imposible no ponerme nerviosa.