Demonio guardián

CAPÍTULO 23

Sonrío al ver como los cachorros muerden mis manos juguetones. Payper me mira con una mueca.

Ella siempre ha sido del tipo de persona que prefiere tener un animal a miles de metros lejos suya.

— Daisy.— la miro de reojo con una inmensa sonrisa. Una de las cosas que más amo en esta vida, es fastidiarla.— cuando mi pequeño nazca, Tara no estará cerca de él.

La miro con los ojos muy abiertos. ¿Él? Así que tendremos a un pequeño llorando en poco.

— Payper.— digo en forma de regaño. 
Ella me mira comenzando a agachar la cabeza y riendo por lo bajo.

— Se llamará Owen, como su padre.

— ¡No!— grito haciendo que de un leve salto en el sofá. Río disimuladamente.— Ni se te ocurra ponerle el mismo nombre, por favor.— le suplico con la mirada.

Se ríe a carcajadas. De pequeñas nos decíamos qué nombres queríamos ponerles a nuestros hijos. Una de esas veces ella dijo que le pondría a su hijo, si es que era un niño, el nombre de su padre. Casi se queda sorda por culpa de mis gritos negándolo.

— Es mentira tonta.— respiro con tranquilidad ante sus palabras.

Busco en mi mente cuáles eran los nombres que les gustaba a Payper.

Joyce o Nolan.

— Lenvantense.— dice Gyula, la hermana de Aaron y Owen.— Tenemos que irno.— Payper y yo la miramos dubitativa.

— ¿A qué viene tanta prisa?— pregunta mi hermana levantándose de su lugar.

 Nos han encontrado...

Aaron y Owen entran al salón con unas grandes mochilas colgadas a sus espaldas.

Payper me coge por el brazo y con su mano libre, gira mi cara haciendo que la mire.

— Escuchame bien.€ dice moviendo las cejas de una forma graciosa.- Te iras con Aaron. No intentes buscarnos o intentar conectar con nosotros.— niego quitando su mano de mi cara.— Daisy, juramelo.

— No lo haré. No voy a jurarte nada Payper. Si te pasa algo me sentiré culpable, culpable por no traerte conmigo y no cuidar de ti y a tu bebé.— ahora es ella la que niega con una media sonrisa.

— Sigues sin entender nada, pero no es momento de que te lo explique.— mi ceño se frunce.

Si que lo entiendo. Entiendo todo a la perfección.

— Venga, vámonos.— dice Owen cogiendo la mano de mi hermana para encaminarla fuera del salón.

Gyula los sigue dándonos una mirada fugaz a Aaron y a mi.

Me quedo mirando un punto fijo en el suelo desconectándome por completo.

Ahora Payper me ha dejado con la duda. ¿A qué se refería con que yo no entendía nada? Es ella la que no esta enterada de que tenemos dos hermanos, el cuál uno de ellos estuvo saliendo conmigo.

Es gracioso pensar todo lo que ha cambiado mi vida. En todas las vueltas que ha dado, y sigue dando...

— ¿Piensas quedarte ahí parada?— Aaron me mira con su misma expresión de siempre, neutra.

A veces piensos si es humano, si no viene de otro mundo. No es normal que esté siempre igual. Nunca sabes cuando esta de buen o mal humor.

— ¿A dónde vamos?— lo sigo por toda la casa hasta salir al patio delantero, si es que se le puede decir patio...

Me llevo las manos a la frente al sentirme chocar contra su tonificada espalda.

Al ser más alto que yo me impide ver lo que sus ojos miran. Doy un paso hacia la derecha abriendo los ojos entre asustada e impactada.

Yoi y Yacob se encuentran frente a Owen. Me da un leve alivio al ver que ni Payper ni Gyula están por el lugar.

— Tarde. pronuncia Aaron sin apartar la mirada de mi padre y hermano.

Cuando Yacob fija su mirada en mí, sonríe y le da un codazo a Yoi para que note nuestra presencia.

— Oh.— es lo único que pronuncia antes de pasar de largo por al lado de Owen y parar frente a nosotros.

Yacob no tarda en hacer los mismos pasos que su padre.

— Al fin te encuentro.— sonríe mostrándo sus tientes.

Hago una mueca de asco. Aaron, disimuladamente, se me acerca un poco más haciendo que solo yo me de cuenta.

Siento como su mano rodea mi cintura por unos segundos y luego busca mi mano para darme algo. Lo cojo tocando algo frío. Navaja.

Lo miro y él mueve un poco su nariz. ¿Esa es la señal? ¿Mover la nariz?

— No eres bienvenido en este lugar, así que vete.— las palabras que el moreno pronuncia son fríascomo la navaja y él.

Yoi ríe a carcajadas y un pequeño repelús recorre todo mi cuerpo. Su presencia me incomoda, me agobia, me irrita.

No quiero estar aquí ahora mismo. Quiero desaparecer por arte de magia. Quiero que todas mis desgracias se conviertan en un mísero sueño.

Yacob me mira intimidante. No entiendo porque me tiene tanta pelusilla (asco). No entiendo porqué me hace esto.



#5341 en Novela romántica
#2156 en Otros

En el texto hay: daisy

Editado: 31.03.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.