Veo como Caolín corre hacia el cuerpo de su hermano. Su cara y manos se van poniendo rojas de la ira y rabia.
Yoi se mantiene en su lugar mirando el cuerpo inerte de uno de sus hijos varón.
El cuerpo sin vida de Yacob en el suelo. Lleno de sangre y con sus ojos abiertos dándole un tono horrorífico a la escena.
No siento nada. Mi cuerpo está tranquilo. Aaron sigue a mi lado y Owen a un lado del jardín.
Doy un paso hacia detrás al ver a Caolín dar un paso hacia delante. Sus manos se cierran y abren sin apartar la mirada de mis ojos. Ira.
— Aaron...— susurro cogiendo su brazo y retrocediendo dos pasos más.
Él no hace nada. Se queda parado a mi lado mirando a Caolín fijamente. Este sale andando a pasos rápidos en mi dirección.
Me quedo petrificada sin saber como reaccionar. No soy capaz de escuchar nada. Aaron habla y no consigo saber lo que dice.
Cierro los ojos al sentir a mi hermano estar ya muy cerca nuestra. Solo escucho un solo golpe y un quejido de dolor.
Abro mis oscuros ojos lentamente encontrándome una escena lamentable. Caolín se encuentra tirado en el suelo y con las manos en el pómulo.
Aaron respira con dificultad. Sus ojos se encuentran más oscuros que nunca. Su pecho sube y baja con rapidez.
Siento una mano coger mi muñeca y alejarme de Aaron. Giro la cabeza encontrándome a un Owen muy serio.
— ¿Qué haces? No podemos dejarlo aquí.— digo zafándome de su agarre.
— Hay que irse.— me mira intimidante. Niego.
Me giro y camino de nuevo hacia el patio delantero encontrándome a un Aaron muy furioso propinando golpes a Caolín sin parar.
Me llevo las manos a la boca al ver la escena. Yoi sigue parado en su lugar sin hacer ni siquiera un gesto con su rostro.
— Aaron... Para.— susurro acercándome.— ¡Aaron!— doy un golpe en su brazo, pero él ni se cosca.
— Daisy.— Yoi se acerca a mi aterrado al ver como Aaron se da la vuelta.
Sus ojos no parpadean. Me miran haciendo parecer una hormiga a su lado.
La mano de Yoi coge mi muñeca y se pone delante mía impidiéndome ver el rostro de Aaron.
— Aparta.— la dura voz de Aaron hace que mi corazón comience a latir aun más rápido.
Cierro los ojos por unos cortos segundos. Mi cuerpo tiembla y una solitaria lágrima baja por mi mejilla. Rabia.
No sé porqué se porta así. Sí. Hace unos minutos maté a Yacob, pero es diferente a golpear a alguien. ¿No?
— Aaron.— Aparto a Yoi de un empujón y me pongo frente a él.— Vayamonos. No sigas...
Sus pies se mueven. Para frente a mi. Muy pocos centímetros nos separan. Su respiración recae sobre mis ojos.
— ¿Quieres que siga contigo?— sus palabras me dejan helada. Por mi boca no sale nada. No consigo respirar con normalidad.
— Sigue.— respondo con asco. Todo lo que sentía por él, acaba de huir como un cobarde lo hace.— Pero dime, ¿Qué conseguirás?— avanzo un paso quedando aun más cerca.— Mátame. Hazlo como yo he hecho con Yacob.— su rostro sigue neutro, como si nadie le estuviera hablando.
— No es bueno que me retes morena.— una pequeña sonrisa aparece en mi boca. Morena.
— No lo hago. Respondo a tu pregunta.
— Pues no respondas.
— Ya lo hice.— acerco mi boca a su oreja y susurro:— Débil.— bajo mi boca dejando un casto beso en su cuello, para luego volver de nuevo a su oreja — Eres débil frente a mi. Soy tu debilidad.
Me separo mirándolo por unos segundos a sus ojos. Deseo.
Giro y comienzo a caminar hacia donde Owen me llevaba. Un coche al otro lado de la calle, el cual está camuflado con un árbol.
Siento unos pasos detrás mía. No me giro. Sé que es él.
¿Por qué he hecho eso? Ni idea...
Llego al coche poniendo la mano en el pomo de la puerta, pero al abrirla unos centímetros, una mano la cierra.
— Vamos en el mío.— no me giro. No quiero ir de nuevo en un coche sola con él.
— Prefiero ir aquí.— Payper me mira desde el interior del coche. Owen y Gyula también están dentro.
— Me da igual lo que prefieras. Iremos en el mío.— me giro encarándolo y niego.
— ¿No lo entiendes, verdad?— su ceño se frunce sin entenderme.— No mandas en mí, por lo que no mandas en mis decisiones, ya que quiero ir con ellos y en este coche, lo haré.— asiente con un simple movimiento de cabeza.
Me giro de nuevo abriendo la puerta del coche y entrando en él. Payper me coge la mano a mi lado y le sonrío de lado.
Miro de reojo encontradolo en el mismo lugar. Mirando hacia dentro. Mirándome.
— Todo estará bien.— el casto beso que Payper deja en mi mejilla y sus brazos rodeandome, hace que me tranquilice.