¡Alto! Si no estas seguro de leer contenido sexual, por el motivo que sea, entonces pasa el capítulo.
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Hace un movimiento rápido subiéndome las piernas hasta su cintura, en la cual yo las uno.
Separo mis labios cuando siento mi cabeza chocar con algo. Hago un sonido hiriente llevándome una mano a la cabeza.
— ¿Dónde está tu cuarto?— su voz sale ronca y a la vez entrecortada. Muevo mi cabeza y le dirijo con la mirada.
Sus pasos son rápidos pero a la vez cauteloso. Sus manos no se apartan en ningún momento de mi cintura.
Me deja caer en la cama con cuidado. Se queda de pie observándome por completo. Sus pulmones se inflan de aire para luego soltarlo.
Muerdo mi labio de forma provocativa, produciendo su aumento de placer.
Pone sus mano en los laterales de mis piernas. Mis ojos lo miran deseosa. Su lengua hace un largo camino por mi cuello produciéndome un repelús.
Se monta del todo en la cama poniendo sus rodillas al lado de mis piernas.
Sus manos cogen decididas el pico de mi camisa quitándo el primer botón. Antes de llegar al segundo, tira de los extremos rompiendo todos los demás, y dejándome en sujetador. Doy un leve salto en la cama comenzando a reír.
Acerca su boca a mi cuello y comienza y succionar por algunas zonas.
— ¿Te hace gracia morena?— sonrío aún más al escuchar esa simple palabra.
Morena
— Moreno.— susurro en su oído.
Meto una pierna entre las suyas y con un rápido movimiento, lo dejo debajo mía.
Sus ojos se abren por el asombro. Me muestra sus dientes en una inmensa sonrisa.
— Aprendes rápida.— ladeó mi cabeza asintiendo.
Cojo la parte baja de su camiseta tirando hacia arriba. La tiro hacia un lado del cuarto.
Me siento encima de su miembro sintiéndolo duro. Muevo mi culo en círculos haciendo que gruña. Me echo hacia delante pasando mis largas uñas por su torso hasta llegar a su boca, en donde paro.
Me acerco, pero antes de juntar sus labios con los míos, me hecho hacia detrás.
Vuelvo ha hacer el mismo camino hacia detrás hasta estar recta. Doy un leve salto en su gran vulto.
Sus gruñidos son lo único que se escuchan.
No me doy cuenta que mis manos se encuentran temblando hasta que cojo la correa de su pantalón.
Una vez la quito, también la tiro por algún lugar del cuarto. Abro el botón, pero antes de bajar la rígida cremallera, paso mi mano por su miembro.
Siento mi intimidad ansiosa por sentir su gran amigo dentro de mí.
Su mano coge la mía para que pare. Me quita de encima suya para salir del cuarto. Mi ceño se frunce sin entender a dónde va.
Mis ojos se fijan en un bote en su mano derecha. Nutella.
Pone su mano libre en mi barriga echándome hacia detrás. Abre el bote de nutella, y con su mano, la restriega primero por mi barriga y va subiendo hasta llegar a mi boca.
Comienza a hacer ese camino pasando justo por medio de mis pechos hasta llegar a mi boca. Muerde mi labio con delicadeza.
Mi espalda se arquea al sentir como estruja mis pechos en sus manos, los cuales siguen tapados por la fina tela. Aprovecha y mete sus manos bajo mi espalda para quitar con rapidez el enganche del sujetador.
Cierro mis ojos con fuerza al sentir como lame mi pecho derecho y apreta con su mano el otro.
Gemidos salen de mi boca haciendo que los dos nos excitemos más.
Solo quiero sentirlo dentro de mí, pero esto también me gusta.
Junto mis labios con los suyos de manera salvaje. Necesito sentirlo mucho más.
Lo giro montándome encima de él. Sus ojos me miran pícaros. Sus manos cogen mi culo dándome algunos tortazos.
Me desplazo hacia detrás y con su ayuda le quito el pantalón.
Su mano se posa en mi barbilla levantándola. Niega con la cabeza antes de que también quite su bóxer.
Pone las manos en mi cintura y me vuelve a poner bajo él. Sus ojos me miran mientras acerca su boca a mi oreja y la muerde.
— Sigues teniendo chocolate.— susurra.
Su lengua vuelve a recorrer del cuello hacia debajo hasta llegar al principio de la maya.
La quita con rapidez junto con la braga dejándome totalmente desnuda. Mis ojos lo miran dubitativa.
Sus manos se ponen en mi cadera comenzando a bajar hasta llegar al punto clave.
Mi cuerpo se mueve hacia todos lados al sentir su lengua en el centro de mi intimidad.
Mis gemidos no cesan, los suyos tampoco.
Cojo sus pelos negros enredándolos entre mis dedos. Empujo su cabeza más esperando a que no se separe.
Luego de unos minutos más, se separa y se acerca a mi boca. Su lengua entra dentro de mi boca sabiendo un poco raro.
Se levanta de encima mía y quita su bóxer tirandolo al suelo.