Demonios del eclipse

Capítulo 6.

Ese mismo día en la tarde, los tres chicos habían llevado a Lexi al refugio con la condición de que responderían por ella ante los cazadores VK.

John estaba entusiasmado por la nueva integrante pues había sido la única que habían logrado incluir, a pesar de que ella no estaba convencida, pero no tenía de otra pues entonces sería una omega y correría peligro afuera sobre todo por no saber controlar sus habilidades de licántropo.

—No es muy grande, pero es suficiente —comentó John al mostrarle un cuarto—, puedes dormir aquí cuando lo requieras o…no —titubeó al ver la actitud desinteresada de Lexi.

—Gracias.

En el comedor estaba el resto de la manada charlando sobre la recién llegada.

— ¿Crees que haya sido buena idea traerla? —comentó Jace— Ni siquiera parece querer estar aquí.

—Dale tiempo —expresó Mason—, se acostumbrará a la manada.

—Creo que debimos haberle preguntado antes de traerla —añadió decepcionado Liam.

—Estará bien, es nueva en esto —expresó John al entrar—, todos pasamos por lo mismo al inicio.

—Espero sea mejor que Liam al aprender —se burló Jace y el resto se rio—, incluso ahora sigues siendo un dolor de cabeza.

—Ya entendimos —replicó sin hacerle gracia.

—Ahora hablemos de otra cosa ¿irás a reunirte con los cazadores? —Miró Mason a John— ¿Tú crees que si nos ayudarán?

—Quieren a Arkain igual o más que nosotros…respetarán la alianza, así que descuiden, además sé que Barton es un hombre de palabra.

— ¡John! —entró corriendo un chico— La chica…trató de escapar —respiraba agitado mientras les decía.

Todos los que estaban ahí fueron al patio frontal donde tenían a la chica sujetada.

—Suéltenla —ordenó el alfa sin molestia—, esto no es una prisión.

Los dos hombres que la sujetaban rápido hicieron caso.

—No estaba huyendo —afirmó antes de siquiera ser cuestionada—, por si no sabían tengo una casa a la que no he ido en tres días —se mostraba irritada.

—Por supuesto —John disimuló haberlo olvidarlo—, puedes ir y venir las veces que quieras…el refugio está abierto para ti.

—Ok —fingió no sorprenderse por el ofrecimiento— ¿Puedo irme ya?

El alfa asintió y la chica se fue sin voltear a atrás.

— ¿Crees que vuelva? —murmuró Mason.

—No lo creo —le respondió Monik—, si estaba huyendo.

—Yo creo que hay que esperar —Liam tenía esperanzas de que volviera—, pero de mientras… ¿No había que reunirnos con los VK?

John suspiró sin ganas y asintió.

—Vayamos antes de que oscurezca.

John y algunos de sus betas fueron al edificio de los cazadores.

—Se ve muy bien —comentó John al llegar—, tengan cuidado con las trampas.

—No te preocupes —mencionó Jace al recordar lo ocurrido en la mañana—, ya las conocimos.

El líder de los VK los recibió en la entrada junto con otros miembros. Los guiaron hacia su lugar de reunión.

—Alec… ¿Por qué no les enseñas a nuestros visitantes el lugar? —hizo una pequeña sonrisa— No te importará acompañarme tú solo ¿o si John?

Los lobos lo vieron desconfiados, pero John les dio una mirada tranquilizadora para darles confianza.

El alfa y el líder siguieron subiendo solos al último piso y entraron solos al estudio de este último para charlar sobre su nueva alianza mientras que los lobos se quedaron observando el lugar.

Mason estaba deambulando por el salón de entrenamiento de los cazadores, un lugar sumamente amplio que abarcaba la mayor parte de un piso completo y así como el resto del edificio, las paredes eran de vitrales de distintos colores y resistentes que no mostraban el interior del lugar, los pisos también parecían de cristal sin embargo no lo eran, aunque si reflejaban la luz que pasaba por los vitrales.

Una sección de la planta estaba destinada para las armas con las que practicaban combate, la parte para entrenar se dividía en tres áreas desiguales, la más grande era para pelear y estaba rodeada por una reja transparente de vidrio templado, la segunda un poco más chica era usada para practicar su puntería de todo tipo de armas, y el area más pequeña era destinada para los baños y vestidores, esta última era la única que no estaba rodeada de cristales como el resto en ese piso.

Miranda se encontraba entrenando con uno de sus compañeros, la rubia parecía ser sumamente ágil y con destreza, pues se movía rápido y atacaba muy bien a su oponente hasta que un ligero detalle la desconcentró, lo que la hizo perder el paso, su vara de combate salió volando luego de que su rival la aventara.

— ¿Qué ocurrió? —se rio un poco el oponente— Nunca fallas así.

—Me distraje un poco, es todo —respondió sintiéndose observada—, deberíamos continuar luego.

El chico le asintió y le dio un ligero golpe en el hombro como despedida, luego la rubia caminó hacia su observador.

— ¿Te puedo ayudar? —cuestionó de mal genio— Parece que no te gustó el tour.

— ¿Por qué tantos cristales?  ¿Todo el edificio es de cristal acaso? —alegaba intrigado—, entiendo que los vitrales sean lindos ¿pero era necesario hacer todo el edificio de vitrales?

—Reflejan la luz mientras es de día —explicó seria—, mientras sea de día ningún vampiro querrá entrar al lugar.

—Si sabes que la mayoría de vampiros pasan por el ritual de quema para andar bajo el sol ¿cierto?

—Para eso están la runas, este edificio está rodeado de runas y ningún hechizo ajeno funciona en este lugar —afirmó la rubia—, así que si un chupasangre se atreve a entrar… supongo que bailaré sobre sus cenizas.

— ¿La cazadorcita sabe bailar? —Se rio Mason— Creí que era más de armas.

—Tch —frunció los labios—, si no te importa debo seguir entrenando.

—Pero no tienes compañero por lo que veo —agregó con un tono sugerente—, si quieres puedo serlo ¡Claro! Si no te molesta.

La rubia lo miró irritada pero luego su expresión cambió haciéndola sonreír picara.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.