Demonios del eclipse

Capítulo 8.

Al día siguiente, Liam estaba en el refugio luego de regresar de la escuela.

— ¿Qué le ocurre? —frunció el ceño refiriéndose a Jace.

—Está molesto por su auto —se sonrió bulón Mason.

—Tuve que esforzarme en que me creyera mi familia de que no manejé como un demente ¿y por qué? ¡Por culpa del tal Kalisman! —gritó exaltado.

— ¿Qué diablos es un Kalisman? —alegó con rudeza la chica que entró.

—Volviste —expresó sorprendido Liam al verla.

—Y te cortaste el cabello —continuó Mason dudoso.

—Ah…si —el comentario tambaleó la actitud de Lexi.

—Creo que se te ve bien…es corto, no tanto pero sí…ahora es a los hombros —dijo titubeando el pelinegro por no querer molestarla.

—Si se cortó el cabello ¡Genial! —exclamó de mal genio el rubio—Y no es un qué sino un quién —miró respondiendo a la castaña—, un quién que chocó mi auto con su ridículamente costoso deportivo.

— ¿Es el rubio adinerado que se mudó a la mansión?

—Si ¿Cómo sabes?

—Todo Richmond habla de él…creen que al parecer su padre es un pez gordo, aunque nadie lo conozca —despotricó con desagrado.

—Algo en él no me cuadra —comentó Mason—, empezando por su actitud…nadie puede ser tan bueno después de chocarte.

— ¿Crees que sea un lobo?

—No, pero creo que puede ser otra cosa…un vampiro, quizás eso explique su apariencia pálida.

—Y fría —intervino Liam—, cuando estreché su mano su piel era muy fría.

— ¿Acaso esto es lo normal en sus vidas? —protestó Lexi— ¿Lobos y vampiros merodeando por ahí?

—Acostúmbrate, ahora eres parte de eso —replicó serio Jace.

— ¿Creen que los VK sepan algo? —mencionó Liam esperanzado.

—Tendríamos que hablar con ellos…

— ¿Volverán a ese lugar? ¿Y por gusto? —frunció el ceño la castaña en desacuerdo.

—Ella tiene razón —afirmó Jace—, bueno algo así…no podemos ir solo por sospechar del vecino millonario, debemos tener pruebas.

— ¿Cómo piensas obtener pruebas?

—Espiando —sugirió Lexi despreocupada— ¿Qué? —se sintió juzgada por las miradas de los chicos— ¿Qué no todos pensábamos eso?

—Supongo que no es pésima idea —se rio Mason—, pero tú no vas —miró a la chica—, debes aprender a controlar tus nuevas habilidades.

— ¿Y quién la ayudará con eso? John no está y…

—Tú lo harás —se sonrió confiado el lobo.

— ¿Fue porque pregunté? —dijo Liam desanimado.

—Si y porque fuiste tú quien le prometió a los VK que te harías cargo de ella.

—No me molesta en absoluto que me vean como una molestia en su trasero —se cruzó de brazos y frunció el ceño mientras hablaba sarcástica.

—Va a ser divertido ver a Liam intentando enseñarte —se burló Jace.

—Y no eres una carga —se rio ligeramente Liam.

—Si como digas —en su rostro se marcó un tenue sonrisa.

—Iré por Monik para que nos acompañe a espiar al pez gordo —avisó Mason al pararse del sofá.

—Tú y Monik han estado muy cercanos últimamente… —habló pícaro Jace.

— ¿Tú y Monik? —expresó sorprendido con una amplia sonrisa Liam— No lo imaginé.

—Nosotros no…

— ¿Ella lo sabe? —Lexi siguió con picardía la conversación.

El rubio y el pelinegro se rieron del comentario de la castaña para molestar a Mason.

—Tú…tú no sabes nada —negó nervioso Mason al señalarla.

—Yo no sé nada —dijo sonriendo mientras se sentaba el sofá.

—Váyanse al carajo los tres —salió azotando la puerta.

Los tres se quedaron un segundo en silencio esperando a que se alejará más y luego se soltaron a reír.

—Primera vez que no te veo con el ceño fruncido —comentó Jace a Lexi—, no luces tan mal así —sonrió y se fue por la otra puerta.

—Jace tiene razón —sonrió sincero Liam—, él también es como tú.

— ¿Eso es un cumplido? —frunció su frente, pero sonriendo confundida.

—Ah…si, supongo —se rio— ¿Quieres comer algo? No he almorzado…así que ¿vienes? —Le dijo desde la puerta señalando hacia afuera de la habitación.

—Seguro —torció un poco insegura los labios, pero al final se paró y lo siguió.

Un rato más tarde después de haber almorzado, Liam se encontraba con Lexi devuelta en la sala de descanso, en donde estaban antes, un lugar algo pequeño pero cómodo, con dos sofás verdes afelpados, una ventana mediana por detrás de uno de los sofás que daba vista al patio del refugio y que iluminaba con una luz amarilla la habitación durante la tarde al llegar el atardecer.

—Intentaremos algo básico —agregó Liam concentrado—, sacar las garras a voluntad.

—Se oye muy fácil… —murmuró con sarcasmo Lexi— Bueno ¿Cómo hago eso?

—Debes concentrarte en tus emociones —interrumpió Jace que entraba.

— ¿Qué haces aquí? Crei que irías con Mason —expresó sorprendido Liam al verlo entrar.

—Quería verte intentando enseñarle algo a la novata —bromeó—, Mason fue con Monik y otros dos, estarán bien.

—No vuelvas a llamarme novata —frunció indignada—, hacer esto será pan comido —alardeó campante.

Un par de horas después.

— ¡Maldición! —Exclamó frustrada.

— ¿Cuánto tiempo ha pasado? —bostezó Jace al revisar su reloj— ¿Dos horas? ¡Dijiste que sería pan comido!

—Creo que deberíamos dejarlo por hoy —sugirió Liam sobando su frente por cansancio.

— ¡No! Debo hacerlo —apretó sus dientes y trató de nuevo sin éxito.

—Lexi está bien…solo debes enfocarte más —trataba Liam de reconfortarla.

—Dijiste que tu pudiste hacerlo cuando te enojaste mucho ¿Por qué yo no?

—Quizás el enojo no es lo que te motiva —intervino Jace.

— ¿Qué? Yo siempre estoy enojada…eso me motiva —frunció el ceño irritada—, bueno y a todo esto ¿Cómo lo controlan?

—Nos concentramos en algo específico para controlarnos cuando estamos cambiando…

La chica oía atenta cada palabra y pensaba en cada una de ellas.




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