Demonios del eclipse

Capítulo 14.

Mason sin aviso alguno abrió la puerta del cuarto de Jace que se encontraba frente al suyo.

— ¿Qué diablos? ¿Por qué hiciste eso? —Le reclamó el rubio al sobresaltarse.

— ¿Dónde está Liam?

— ¿Liam? Yo que iba a saber, no lo he visto desde antier —expresó malhumorado— ¿Por qué?

— ¿Estás seguro que no ha venido por aquí? Lexi dijo que vendría a buscarte.

—Pues no, el único que ha venido a verme y que casi tira mi puerta has sido tú.

Mason suspiró agotado.

—Lo siento… —se sintió avergonzado y cerró la puerta al salir.

El chico regresó a la sala donde Monik lo esperaba.

— ¿Y bien? —preguntó ansiosa la chica— ¿Qué pasó?

—No estaba Liam…quizás no escuchó nada, quizás solo fue el viento.

—No te oyes convencido, pero bueno…no podemos preguntar porque arruinaríamos todo —se encogió de hombros.

—Si… ¿y Lexi? Crei que estaba contigo.

—Lo estaba, pero ya se fue a su casa —se talló su frente nerviosa—, creo que ya deberíamos irnos a descansar.

—Si…eso creo, descansa —la miró con culpa, pero no dijo nada más.

Los siguientes días Liam y Jace parecían distantes al menos por parte de Liam, ya que este parecía un tanto rígido con el rubio, en ocasiones incluso se podía decir que lo evitaba.

Una tarde en el edificio de los VK, Miranda se encontraba alistando algunas cosas que podrían usar para el día de la infiltrada a Orkus, cuando se quedó observando más detenidamente a Jace y a Liam.

— ¿Qué les ocurre a esos dos? —Dijo curiosa al acercarse a Mason que estaba en el barandal del pasillo— Parecen…distantes.

—No es nada, ya se les pasará —suspiró Mason—, solo ignóralos.

—No lo haré si afecta al plan —expresó molesta—, si su actitud pone en riesgo la misión…

—No lo hará —la miró fijamente—, tienes mi palabra.

— ¿Los lobos tienen palabra? —Bromeó sarcástica con una pequeña sonrisa— Que sorpresa.

—No puedo hablar por todos los de mi especie, pero al menos yo si tengo —le dijo con una voz profunda cerca de su rostro blanco viendo fijamente a aquellos ojos esmeralda.

La rubia empezó a sentir un cosquilleo que estremeció todo su cuerpo al tener tan cerca al lobo apiñonado que la veía con sus brillantes ojos azules. Para tratar de disimular sus nervios se giró para ver a los que estaban debajo del barandal y se aclaró la garganta.

Mason sonrió picaro sintiéndose contento al oír como los latidos de la rubia se habían acelerado cuando él se le acercó.

—Más vale que cumplas tu promesa, no arriesgaré a los míos —advirtió tajante sin voltear a verlo.

—Estate tranquila que yo tampoco querré arriesgar a mi gente —se volteó hacia el barandal y se acercó a ella—, así que puedes calmar tus latidos… —susurró bromeando.

La chica volteó y lo vio nerviosa pero enseguida tornó su semblante, volviéndolo serio y hostil.

—No sé de qué hablas —frunció su ceño irritada y se marchó.

Desde abajo, se encontraba Monik observando a Mason y a Miranda juntos, se notaba afligida y aunque le doliera, entendió que, a pesar de que él lo negara, en verdad se sentía atraído por la cazadora quien al parecer podría sentirse igual ya que su actitud ruda y hostil se tambaleaba cuando Mason se le acercaba con la intención de romper su barrera.

— ¿Estás bien? —se acercó Lexi a Monik.

Al no oír respuesta supuso que algo andaba mal así que decidió mirar hacia arriba, sólo alcanzó a ver a Mason estando solo pues Miranda ya se había ido.

—Ya entiendo —expresó seria—, veía venir algo así.

— ¿De qué hablas?

—Cuando fueron a espiar al pez gordo, Liam, Jace y yo lo molestamos contigo creyendo que había algo entre ustedes…pero él lo negó rotundamente —contó intentando no hacerlo sonar tan cruel.

—No me sorprende —sonrió triste—, no sé porque esperaba algo diferente.

—Lo…siento Monik —le sonrió dándole ánimos.

—Descuida —le dio un toque en el brazo y se fue.

Los lobos se fueron al refugio al atardecer, en el camino Mason se había ido con Jace y Lexi, mientras que Liam y Monik se fueron con otros miembros.

— ¿Le dirás tú o lo haré yo? —Interrumpió el silencio Lexi hablándole a Mason— Supongo que seré yo, Jace ¿hasta cuándo tú y Liam seguirán actuando raro?

—No sé de qué hablas niña —contestó serio el rubio—, entre él y yo no pasa nada.

—Sabes que eso no es cierto, algo ocurrió ¿cierto? —intervino Mason.

—No es así —replicó fastidiado—, quizás solo está cansado…y necesita pasar tiempo a solas.

—Como digas —reviró sus ojos Lexi sin creerle.

Mason que estaba sentado al lado de Jace pudo notar con más facilidad los cambios de expresión que tuvo el rubio al hablar.

Al llegar al refugio, Jace se fue directo a la sala de descanso y Mason lo siguió para hablar a solas.

—Ya estamos solos ¿Ya me dirás qué ocurre? Porque eso que dijiste sobre pasar tiempo a solas no te lo creería ni nuestra abuela en el más allá —se sentó en el sofá frente a él.

— ¿Por qué insistes con qué pasa algo? —exclamó exasperado.

—Desde ese día que hablamos en el patio sobre…

— ¿Podrías no mencionarlo? Me siento peor cada vez que recuerdo lo que dije.

Jace y Mason hace una semana, en el patio atrás de la bodega donde pelean.

— ¿Qué fue todo eso? —reclamó sin molestia— Lexi solo hizo una pregunta, y no creo que hubiera algo malo en ella.

—Y no lo hubo —dejó caer bruscamente su cabeza en la pared en donde se recargaba—, es solo que…hoy es uno de esos días.

— ¿Esos días? ¿Qué quieres decir?

—Esos días en que Liam recuerda a Injae…son días en que me siento una terrible persona —confesó mirando hacia el cielo cubierto de estrellas.

—No sé porque te recriminas tanto, tú mismo me dijiste que nunca ocurrió algo entre ustedes ¿entonces por qué…?




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