Demonios del eclipse

Capítulo 21.

Transcurrieron cuatro días luego de que Barton ordenara vigilar de cerca a Alice Han que fingía ser Melissa Thompson.

Durante esos días, Melissa no había asistido a clases y mantenía un perfil bajo pues apenas si se veía en las calles o en plazas como acostumbraba siempre, por otro lado, en el refugio aún no tenían claro qué tipo de criatura sobrenatural podría ser Lissa, ya que ni ella misma sabía lo que era capaz de hacer, John trataba de averiguarlo en sus libros, pero las descripciones de Lissa eran muy vagas y no podía demostrar lo poco que pudiera hacer.

— ¿Acaso robaste un banco? —Protestó Mason al ver un sobre con dinero en la mesa.

—Tu primo usa un moderno auto rojo casi de último modelo —alegó Lexi— ¿Y yo soy la que robó un banco?

— ¿De dónde sacaste el dinero? ¿Y para que lo quieres? —La vio confundido.

—Es el dinero que mi padre le da cada semana a mi madrasta para su cita en el spa —reviró sus ojos expresando su desagrado—, pero yo lo usaré para comprarle ropa a Lissa.

—No creo que eso haga feliz a tu madrastra…

—Pero a mi si —contestó dándole la espalda y alzando el sobre orgullosa mientras se iba.

Mason se rio y siguió con lo suyo. Lexi entró al cuarto de Lissa.

—Hey mira lo que traje —le dio el sobre—, podremos ir de compras ¿Qué opinas?

—Oh —miró sorprendida el dinero—, es mucho, yo no podré…

—Descuida, prefiero que lo tengas tú que la insípida de mi madrastra —despotricó irritada—, Daphne solo gasta dinero en ropa, spas y en cosas absurdas —reviró sus ojos y movía la cabeza.

— ¿No es lo que haríamos nosotras?

—No, porque en este caso no tienes un closet de ropa nueva almacenada que llega cada fin de semana —encogió sus hombros y suspiró—, en fin… ¿Te parece si vamos esta tarde?

— ¿Quieres que vaya? No sería…

— ¿Peligroso? Pff —alzó sus cejas—, todo aquí es peligroso, pero descuida si alguien que conozca a tu hermana te ve creerá que eres ella y según lo que ha dicho Liam, ella siempre está en los centros comerciales… ¡Nada nuevo! —Sonreía confiada.

— ¿Sería como hacerme pasar por ella? —frunció la boca insegura.

—Si, algo así…creo que tendrías que usar ropa similar a la suya —mordió su labio pensando—, veamos su perfil quizás haya posteado fotos.

Lexi sacó su celular y se sentó a lado de Lissa en la cama para buscar el perfil de Melissa en internet.

— ¿Facetagram? —expresó intrigada la pelirroja.

—Ah sí, es la red social más usada en 2024 —comentó desinteresada—, todo el mundo postea lo que hace todos los días —reviró sus ojos—, como si al resto le importara —se mostró aburrida del tema así que lo cambió—, veamos…aquí está.

—Son muchas fotos ¿no?

—Melissa Thompson es popular —añadió sin agrado—, aquí hay una foto…creo que tenemos algo similar —se levantó a buscar en los cajones—, solo hace falta accesorios…iré con Monik, quizás tenga —soltó la ropa en la cama y salió.

Lissa se quedó con el celular de Lexi todavía en el perfil de su hermana, así que siguió indagando en lo que había sido la vida de esta haciéndose pasar por ella.

Una expresión triste se marcó en su rostro mientras pasaba las fotos y videos que podía ver, pero luego dejó el celular y alzó su mirada después respiró hondo para evitar soltarse en llanto y miró hacia la ventana que tenía enfrente con un cambio en su mirada, parecía estar decidida a recuperar su vida así tuviese que enfrentar a su hermana, a quien le ha tenido tanto miedo desde que se intercambiaron los lugares en Orkus.

Lexi tardó un poco más en regresar, tiempo que aprovechó Lissa para cambiarse la ropa. Cuando la castaña entró de nuevo al cuarto encontró a la pelirroja frente a la ventana viendo su reflejo.

—Deberíamos comprar un espejo también —sugirió Lexi desde la puerta sorprendiendo a Lissa—, te queda bien ese estilo…solo faltan unos detalles —alzó sus manos para mostrar lo que trajo—, un poco de maquillaje y accesorios y lucirás como esa perra usurpadora —se sonrió sin remordimiento por el insulto.

—Si estás tan segura es porque supongo que funcionará —encogió sus hombros aún sin convencerse del todo.

Lexi se acercó a la chica para maquillarla y ayudarla con los accesorios.

—Creo que con eso bastará —afirmó dándole un espejo de mano—, no uso mucho maquillaje así que no sé hacer gran cosa.

— ¿Tu madre no te dio consejos de maquillaje y esas cosas? —se rio inocente.

—Ah… —respiró hondo con un nudo en la garganta— No, ella murió antes… ¿Te gustó como te maquillé?

—Lo siento, no quise hacerte hablar de eso —volteó a verla enseguida y expresó apenada—, yo no tenía idea…lo siento.

—Está bien, en realidad nadie aquí lo sabe —actuaba con desinterés—, ahora vamos… —se levantó de la cama y fue hacia la puerta— ¿Está todo bien? —Preguntó al ver que Lissa seguía sentada y apretaba el puño contra el vestido.

—Si, es solo que… —frunció el ceño con miedo— Será la primera vez que saldré y no quiero arruinarlo.

—No veo como podrías hacerlo —se recargó en el marco de la puerta cruzándose de brazos—, además luces muy linda —añadió sincera.

Lissa miró hacia la castaña y sonrió confortada por sus palabras.

Al par de unos minutos las dos se fueron al centro comercial y estuvieron viendo distintas tiendas para que Lissa encontrará algo a su propio gusto, de paso charlaban y reían, y así se iban conociendo más, pues finalmente Lexi estaba permitiendo que alguien lograra cruzar la barrera que había impuesto a su alrededor.

— ¿Qué pasa? —Interrumpió Lexi la mirada melancólica de Lissa— Creí que estabas pasándola bien.

—Y así es, pero acabo de ver a mi tía —mencionó en voz baja y desanimada.

—Oh —soltó incómoda— ¿Cómo es posible que tu tía no se haya dado cuenta que Melissa la está engañando?

—Alice siempre ha sido muy buena haciéndose pasar por mí, desde niñas —suspiró—, y mi tía no nos visitaba seguido así que no aprendió a conocernos.




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