Demonios del eclipse

Capítulo 22.

Ya era fin de mes y los lobos sabían cuál era su rutina, sin embargo, Lexi estaba nerviosa por su transformación ya que todavía no lograba controlar sus habilidades más allá de sentidos y fuerza, pero sus garras y colmillos a voluntad seguían estancados.

— ¿Dónde está Liam? Prometió estar aquí —protestó la castaña angustiada.

—Descuida Lexi, todo saldrá bien —contestó su alfa para tranquilizarla.

— ¿Entonces por qué traes esas cadenas?

—Es por seguridad, estarás bien.

La chica se encontraba renuente a transformarse y el tono gentil de John no la ayudaba a tranquilizarse.

—Hey —entró Lissa al cuarto—, este lugar se siente muy frío ¿Por qué?

—Debe ser porque está hecho de titanio —comentó John apunto de ponerle las cadenas a la castaña— ¿Estás lista? No falta mucho.

Lexi miraba desconfiada a las cadenas pesadas que colgaban frente a ella de las manos morenas de John.

—Quizás… —interrumpió la pelirroja— Pueda ayudar —se acercó a Lexi y le extendió sus manos—, quizás no logre mucho, pero… —sonrió con ternura invitándola a tomarle las manos.

La licántropo sin entender bien el propósito de la pelirroja aceptó tomar sus manos tibias a comparación de las suyas.

—Para ser un lobo estás muy fría —bromeó Lissa—, Liam me ha dicho que su temperatura es más alta, deben ser por tus nervios…trata de relajarte.

—Eso intento —replicó molesta.

—Cierra los ojos y respira hondo —habló obedeciéndose a sí misma.

Ambas cerraron sus ojos y respiraron hondo, mientras que John las veía intrigado y poco a poco vio como el cuerpo tenso de la castaña empezaba a soltarse mientras que Lissa fruncía un poco el ceño, luego se soltaron y fue ahí cuando John comprendió todo.

— ¿Cómo hiciste eso? —Dijo enseguida Lexi sorprendida— Es como si de pronto ya no me sintiera tan…nerviosa.

—Estuve practicando un poco —sonrió nerviosa y llevó sus brazos hacia atrás.

—Asombroso —intervino el hombre estupefacto— ¡Absorbiste sus emociones!

— ¿Tú hiciste eso? ¿Cómo? —Preguntó aún más sorprendida.

—Ese es tu poder sobrenatural —continuó John—, una Bruixa envair —se llevó sus manos enlazadas hacia su mentón y la miró sonriendo.

—Ejem —alegó Lexi insinuando con la mirada que le explicara.

—Una bruja invasora o bruja pesadilla como algunos las llamaban en siglos anteriores.

—Después de todo si eres sobrenatural —bromeó la castaña—, gracias —sonrió.

La pelirroja le asintió con una sonrisa dulce y genuina, hasta que John las interrumpió para recordar porque estaban ahí, Lexi más tranquila aceptó ponerse las cadenas en sus muñecas y tobillos, aunque aún se encontraba un poco nerviosa por lo que iba a pasar, a pesar que ya se había transformado una vez cuando activó su maldición.

—Lissa, creo que será mejor que esperes afuera —le pidió John y la miró como si le ordenara.

—Veré si Liam ya llegó —mencionó mirando a Lexi y luego le tomó sus manos—, y no iré a ningún lado —susurró al darle un abrazo que dejó sin palabras a la encadenada.

Lissa salió apurada para ver si Liam había llegado, pero en su lugar encontró a Mason y a otros lobos en la sala.

— ¿Ya empezó? —Preguntó el lobo al verla apurada— Si buscas a Liam…no ha llegado.

—Si…a eso venía, Lexi está nerviosa —frunció sus labios frustrada por no poder hacer más para ayudarla— ¡Liam! —vio entrar corriendo al chico.

— ¿Dónde diablos estabas? —Se quejó Mason— ¿Si sabes que te querrá matar por llegar tarde? —Bromeó haciendo reír a los otros lobos.

—Lo sé —dijo agotado mientras se quitaba su chamarra mojada—, no fue fácil salir con esa lluvia.

— ¿Por qué no saliste antes?

—Ah… —apretó sus labios por no querer responder— ¿Dónde está ella? Debo ir antes de que quiera despedazarme.

—Vamos —ordenó Lissa que se fue primero.

Ambos iban apresurados hasta el último lugar del refugio, donde los lobos se metían en cuartos pequeños hechos de titanio al igual que las puertas para que no pudieran romperlas y huir.

Cuando por fin llegaron a donde estaba Lexi, Liam entró corriendo hacia ella que estaba agitada y un poco sudada pues la transformación ya estaba empezando.

— ¡Llegas tarde! —Le reclamó apretando sus dientes molesta.

—Lo sé, lo siento…surgió algo —miró preocupado las cadenas en sus muñecas— ¿No están muy apretadas?

—Estará bien Liam —contestó John—, solo es para evitar que jale de ellas.

La chica comenzó a gritar cuando empezaron a romperse sus huesos lo que la hizo dejarse caer de rodillas.

—John…no creo que sea buena idea que lo haga, ni siquiera ha podido sacar sus garras por su cuenta —alegaba el pelinegro preocupado.

—Todos los lobos necesitan cubrir su primera luna llena…el proceso es doloroso, pero se acostumbrará, es normal Liam.

—Ella ya tuvo su primer luna llena ¿Recuerdas? Cuando los VK la tomaron —afirmó serio.

—No puedo hacer esto —balbuceó Lexi al mismo tiempo que gritaba de dolor— ¡Liam!

—John suéltala —le dijo como suplica—, no puede completar la transformación…algo se lo impide.

Lissa que se encontraba atrás corrió hacia su amiga y se dejó caer frente a ella para tomar sus manos que estaban rasgando el piso como si tuviese garras en lugar de uñas, cuando realidad seguía sin sacarlas.

—Lissa… —alzó la voz John al ver que se acercó.

Lexi alzó su rostro y unos brillantes ojos ámbar que iban y venían miraron a la pelirroja ansiando que la ayudase.

— ¿Qué está haciendo? —cuestionó alterado Liam.

—Está absorbiendo sus emociones…en su estado licántropo —respondió atónito.

De pronto los ojos ámbar de la chica se quedaron por completo y su agitación desapareció junto con el dolor de sus huesos al igual que cualquier rastro de emoción humana, lo que le permitió completar su transformación con tanta facilidad no obstante la pelirroja soltó a Lexi suavemente porque había quedado inconsciente y antes de que cayese por completo al suelo Liam logró sostenerla.




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