Demonios del eclipse

Capítulo 28.

A la mañana siguiente Liam no asistió a clase por decir que se sentía enfermo, y es que en realidad se quedó toda la noche pensando en que había sido muy estúpido contarle a Ethan la verdad, ya que no pudo encontrar una explicación mejor que no incluyera la verdad sobre lo que ocurrió en su casa con Melissa Thompson.

A pesar de no contarle la historia con todos los detalles y que lo haya tomado bien después de demostrarle con hechos que lo que decía era cierto, algo molestaba a Liam así que después de que su madre se hubiera ido se preparó algo de desayunar y se alistó para ir al edificio de los VK con toda la intención de reclamarle a Barton.

Al llegar lo recibieron en la entrada algunos miembros del grupo y lo guiaron con su líder que se encontraba en su estudio leyendo como lo hacía todas las mañanas cuando no tenía planes de algo.

— ¡Había dicho que vigilarían a Melissa Thompson!

Reclamó azotando sus manos sobre el escritorio del hombre que tenía el libro frente a su rostro.

—Así es —respondió sin inmutarse por la actitud del chico—, mis hombres la vigilan todo el tiempo, ayer estuvo todo el día en casa.

Barton seguía con su libro frente a él mostrando que no le importaba el reclamó del chico.

—Entonces explica que hacía ella en mi casa con mi hermano inconsciente —alegó molesto.

El hombre bajó el libro enseguida cuando escuchó al pelinegro y lo vio confundido.

— ¿Qué hacía ella en tu casa? ¿Te dijo algo?

—Quiere tener una reunión familiar para beber té —contestó sarcástico—. Sabe que tenemos a Lissa y la quiere de vuelta.

—Imposible —negó rotundamente—, si lo que me dijo Miranda sobre la fusión es verdad, esa chica planea algo más que solo aumentar su poder.

—Bueno… —le habló en un tono altanero— Para eso se supone que la vigilan ¿o me equivoco?

—Por tu actitud veo que amaneciste con el pie izquierdo ¿Por tu hermano?

—Le conté unas cosas —expresó dudoso sabiendo que seguro recibiría un regaño.

— ¿Eres tonto o qué? —Levantó la voz molesto— ¿Cómo pudiste contarle algo como esto?

—Melissa uso sus poderes contra él y de alguna forma lo dejó inconsciente ¿Qué se suponía que diría ante eso cuando despertara?

—Por el bien de ese chico espero que eso no haya sido un error —cerró su libro de golpe y se fue.

El pelinegro se quedó a solas irritado pero lo único que hizo fue morder con rabia sus mejillas por dentro cuando entró sin aviso Alec.

— ¿Mala mañana? —Preguntó recargándose en el marco de la puerta.

—Si —suspiró aún irritado.

— ¿Quieres calmar tu rabia? Tengo una idea —una mirada picara se marcó en el cazador.

— ¿Qué tienes en mente? —Lo vio con recelo.

—Sígueme —ordenó y salió del lugar.

El lobo hizo caso y caminó detrás de Alec que caminaba confiado y sin preocupaciones haciendo contraste a su actitud mayormente preocupada.

El pelinegro tatuado lo llevó hasta el salón de entrenamiento, más precisamente a la sección de pelea, donde entró el primero y le lanzó una mirada retadora al lobo incitándolo a entrar con él.

— ¿No quieres alivianar tu mal humor? —Bromeó Alec poniéndose unos guantes negros.

— ¿Sabes que podría tirarte en segundos? —Se burló Liam aún afuera de las rejas que rodeaban la sección de combate— Además…si te rompo una pierna es probable que termine con una flecha en el pecho.

Ambos se rieron.

— ¿Tanto me subestimas? —Preguntó con una sonrisa jocosa— Además… ¿creíste que te la dejaría fácil? —Caminó hacia atrás y descolgó unas dagas que se veían filosas.

Liam se rio un poco al ver una forma inusual de pedir ser golpeado.

—Está bien…hagámoslo —se sonrió jocoso y entró.

Antes de iniciar el lobo se quitó su chamarra de mezclilla y la arrojó al piso en una esquina cerca de la puerta de la sección.

—Si gustas puedes quitarte la playera incluso —bromeó Alec obedeciendo su propia sugerencia.

A Liam se le marcó un pequeña risa burlona y luego se quitó la playera para arrojarla al mismo lugar donde estaba su chamarra.

—Oye Alec… —habló Miranda entrando al salón— Eh…olvídalo.

Cuando entró y vio la escena de ambos chicos quitándose sus playeras se le frunció el ceño por confusión, pero luego una pequeña mueca burlona se creó al ver lo que iban a hacer.

—Esto será interesante… —murmuró jocosa— ¡Apuesto por el lobo! —Alzó la voz en broma.

Ambos chicos voltearon a verla y se rieron.

—Qué raro, normalmente amanece con un humor pesado —comentó Alec sobre la rubia— ¿Es el día opuesto? —Bromeó viendo a Liam alzando una ceja.

—Es probable —respondió la broma en un tono similar— ¿Listo para que te patee el trasero?

— ¡Ja!

Después de un rato de pelear ambos terminaron cansados y tirados en el piso.

—Eso fue patético —se quejó Miranda entrando con ellos—, ninguno ganó.

— ¿Bromeas? ¡Terminé exhausto! —Alegó Alec incorporándose para quedarse sentado— No creí que fueses tan rápido —añadió halagando a Liam.

—Lo mismo digo —contestó aún acostado—, tienes condición…creí que te tiraría en el primer round.

—Ambos son lentos —bromeó la chica recargada en la reja.

Los tres se rieron un poco y luego el ambiente se tornó serio cuando Alec sacó el tema del mal humor de Liam.

— ¿Ya estás mejor? —Comentó el tatuado.

—Si…gracias —se incorporó para quedar sentado junto al chico.

—Oí lo que hablabas con padre —mencionó serio— ¿Está bien tu hermano?

— ¿Qué le ocurrió? —Intervino confundida— Mason me contó un poco sobre su relación contigo… ya te preocupas por él —sonrió leve.

—Si, algo así…aunque no sé si fue buena idea hacerlo.

— ¿Por? Tener un hermano puede parecer agobiante por las peleas e intromisiones que pueda hacer en tu vida, pero… —la rubia fue interrumpida por Alec.

—Pero es bueno tener a alguien que sabes que cuidará tu espalda como tú a la suya —sonrió mirando a la chica que lo veía también.




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