Demonios del eclipse

Capítulo 37. [Song]

[ESCUCHA "WILDEST DREAMS" DE TAYLOR SWIFT DE FONDO PARA ESTE CAPÍTULO]

 

John estaba en el estudio de Barton hablando sobre el asunto de las cajas cuando interrumpieron para avisar que Liam y Mason estaban ahí, así que ambos lideres bajaron a la sala de reuniones donde estaban las cajas.

— ¿También recibieron una? —Comentó Barton al ver a los chicos con sus cajas— Que curioso, alguien nos quiere a todos juntos…no me huele bien, ahí está tu caja John.

—Me pregunto cómo sabrán de nuestra alianza, te dieron mi caja… —respiró profundo el moreno—. Creo que no hay opción, iremos al baile.

—No —habló tajante la rubia al entrar—, ni hablar, no me pondré ese vestido.

— ¿Por qué no? —Alegó Jace que entraba con Lexi escoltados por la rubia.

—Debió enviarlo algún psicópata ¿Y si está envenenado? Además, no podré pelear con un vestido —frunció el ceño irritada.

Jace soltó una risita jocosa al oírla.

—Tranquila princesita —respondió sarcástica Lexi—, si eres tan buena como dices no será impedimento un vestido.

La rubia le reviró sus ojos a la loba expresando su desagrado por ella.

—Veo que llegaron ¿también tienen cajas? —Intervino Mason.

—Si…Alec está abajo con ellas revisándolas —contestó Jace exhausto.

—Bueno ¿que esperamos? —Habló el líder de cazadores— Hay que arreglarnos para un baile, la invitación dice que a las 8:00 p.m. pero debemos revisar el perímetro y alistar armas…por si se necesitan, así que andando —sus órdenes se oían como una sugerencia por el tono pasivo con el que hablaba.

Alec finalmente llegó con las cajas de los últimos dos que llegaron.

—Alec y Miranda, díganles a los chicos donde pueden ducharse y vestirse —ordenó más serio que antes—, debemos vernos presentables para el anfitrión.

Miranda guio a Lexi y Alec a los chicos.

Tras un rato todos estaban vestidos, excepto por los chicos que solo traían puestas las camisas y no el saco con la excusa de que se asfixiaban con ellos.

Mason tocó a la puerta del cuarto de Miranda y esta lo dejó entrar sin saber quién era, al hacerlo el lobo vio a la chica parada en su ventana viendo hacia afuera donde caía el atardecer y no dijo palabra durante unos instantes para apreciar la imagen que tenía de ella, su rizado cabello rubio suelto cayendo sobre sus hombros cubiertos por la tela gamuza de su brillante vestido azul bondi suelto, corto hasta las rodillas por enfrente pero largo a los tobillos por atrás, con mangas de tres cuartos pegadas a sus delgados brazos, así como el talle del vestido pegado hasta su cintura lo que resaltaba su linda y delicada silueta, así mismo tenía un pequeño aunque pronunciado escote en la parte frontal en donde lucía colgando de su cuello un lindo collar dorado de piedras azules.

—Luces hermosa —soltó al aire el lobo.

La rubia volteó sobresaltada y al ver quien era la persona que había soltado el halago no pudo evitar que sus mejillas pálidas se coloraran de un suave tono rosado.

Mason se aclaró la garganta al ver el sonrojo de Miranda.

—Tu padre y Alec están abajo…

—Ah…si, no hagamos esperar al pez gordo —dijo sarcástica con una mueca jocosa.

Tomó la chal de felpa blanca que venía acompañando el vestido junto con un bolso plateado que combinaban con sus zapatillas, para no olvidarlos.

—Deja te ayudo —sugirió el chico quitando la chal de las manos de esta para ponérsela sobre los hombros.

Mientras se la colocaba delicadamente ella lo veía fijo, aunque él tenía la vista sobre sus manos que cerraban el único broche de la chal que quedaba sobre el pecho de la chica, pero eso no significaba que no podía sentir sus ojos esmeralda sobre él.

—En realidad —rompió el silencio ella cuando terminó Mason de ponerle la chal—, aún no iba a ponérmela —dijo con una sonrisa jocosa.

Mason se sintió avergonzado, pero trató de disimularlo.

—Y en realidad yo quería ofrecerte disculpas —afirmó tomando su distancia de ella—, fui un tonto la última vez que nos vimos, no quise decir…

—Está bien —lo interrumpió tajante—, tienes razón —levantó su rostro y respiró hondo—, no me importan los sobrenaturales —concluyó con la frente muy en alto.

—Miranda…

—Solo dijiste la verdad —volvió a decir tajante—, no debes disculparte por decir la verdad.

—Oigan ¿vendrán o no? —Interrumpió Lexi asomándose atrás de Mason— El sol ya se ocultó…

—Descuida loba solitaria —contestó la rubia irritada por su presencia—, ya vamos.

Miranda salió primero del cuarto rumbo a donde estaba el resto de los invitados al baile, Mason dio el primer paso para caminar atrás de ella cuando Lexi lo detuvo poniendo su mano el pecho de este.

—Un consejo bestia —quitó su mano y se paró frente a él—, la bella se enamoró primero de la bestia no del príncipe así que no pretendas ser algo que no eres —lo miró seria y se fue.

Todos estaban reunidos en la sala de reuniones, Lexi y Mason estaban llegando.

—Sabía que algo turbio había detrás de esa cara pálida —protestó Jace—, pero no imaginé algo como esto ¿En verdad creen que planee algo?

—No por nada el pez gordo reunió lobos y cazadores en un solo lugar —alegó Lexi cruzándose de hombros al entrar.

—Lindo vestido —dijo jocoso el rubio al verla—, por tu cara veo que no piensas lo mismo —se rio.

Liam y Alec se rieron disimuladamente mientras tenían su vista en unas fotografías del exterior de la mansión en la mesa, aunque el cazador miró de reojo a la castaña y dejó de reír.

—No me gusta la ropa escotada —frunció su ceño—, además…no podré pelear con el vestido hasta el piso.

—Vele el lado bueno —mencionó Alec llevando y desviando su vista de la chica una y otra vez—, podrás esconder en tus piernas las armas que Miranda no.

Estuvieron un rato más analizando lo que podría pasar mientras que Alec estaba en la bodega de armas con Lexi para ponerle las armas que llevaría escondidas.




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