Demonios del eclipse

Capítulo 38.

La música se detuvo para que todos prestaran atención al anfitrión que finalmente hizo acto de presencia en el centro del escenario donde estaban los músicos.

—Bienvenidos sean todos —dijo con una mano el micrófono y la otra en su copa—, espero que estén gozando cada detalle de este baile…

Una sonrisa maliciosa fue creada en el rostro de Kalisman cuando ubicó entre los invitados al grupo de Liam.

—Un brindis por esta noche —alzó su copa entusiasmado—, que será inolvidable.

Todos lo imitaron con sus propias copas para hacer el brindis, luego el vampiro rubio bajó del escenario y salió del salón por uno de los pasillos para evitar encontrarse a Liam y a los suyos.

Elijah vio entrando al salón a Marcel, que llegaba tarde al evento.

—Señorita Wilson —dijo desanimado—, fue un placer verla y haber bailado con usted —se inclinó y le tomó su mano para darle un pequeño beso a esta.

El joven se alejó a gran velocidad dejando desconcertada a la chica que trató de seguirlo con la mirada entre los invitados, pero no logró conseguirlo, ya que Elijah usó su habilidad de velocidad para llegar rápido hasta el moreno vampiro perdiéndose entre la gente.

—Llegas tarde —recriminó el vampiro pelinegro—, ¿dónde estabas?

—Tuve asuntos que atender… —respondió ocultando la verdad—. Veo que te estás divirtiendo —sonrió perverso—, es linda.

—Cuidado con lo que dices Marcellus —le dio una mirada desaprobatoria—, aún no sé porque está aquí…es humana.

—Sabes que a Kalisman le gustan los postres al final de un gran evento.

Elijah lo vio molesto al oírlo insinuar lo que planearían hacerle a Lydia Wilson.

— ¿Qué pasa Elijah? —Se carcajeó burlón— No me digas que te importa lo que le pase a una simple humana —lo vio sorprendido—, eso sería muy patético.

—Si así fuera no es asunto tuyo —expresó exasperado y se fue.

Marcel puso su vista en otro lado, más precisamente en otra persona, una chica que venía del baño y que usaba un vestido rojo vino, a la que luego sacó a bailar sin permiso ni aviso alguno, por otro lado, mientras que Miranda y Mason aún bailaban Liam se acercó a su amigo rubio y al cazador que estaban en el bar.

—Eres Lexi ¿cierto? —Preguntó Marcel sabiendo la respuesta.

— ¿Disculpa? —Frunció el ceño y se puso a la defensiva.

La castaña trató de zafarse de los brazos del moreno, pero este la tomó con fuerza y se la llevó contra su voluntad para alejarla de su grupo, amenazándola con lastimar a sus amigos.

John entró apurado buscando a sus chicos y cuando los ubicó se acercó de inmediato.

—Debemos salir de aquí —avisó ansioso— ¿Dónde estan Mason y Miranda?

—Están bailando ¿Qué ocurre? —Cuestionó Liam preocupado.

—Los cazadores que vinieron de refuerzos…los hallé en una pequeña bodega en el jardín —respondió susurrando—, tienen dementors en este lugar.

Eso último puso de nervios a los chicos, Mason lo notó desde donde estaba y con su audición sobrenatural escuchaba la conversación.

—Además hay otro problema —añadió John mirando a Alec—, no encuentro a Barton.

Mason miró a la rubia frente a él y frunció sus labios preocupado.

— ¿Qué más dijeron? —Preguntó ansiosa la chica.

—No encuentran a tu padre.

Mirando sin pensarlo soltó la mano del lobo y caminó hacia el resto de sus acompañantes, Mason fue tras de ella.

— ¿Cómo que no encuentran a mi padre? —Reclamó en voz baja— Se suponía que había ido a buscarte al jardín para hablar con los otros cazadores.

—Pero nunca llegó.

—No tenemos refuerzos y hay un jardín repleto de Aconitum, así como una mansión llena de chupasangres —se quejó Jace— ¿Qué debemos hacer? Barton desapareció y el que los cazadores hayan sido asesinados por dementors no es casualidad.

—Aún tenemos algunas armas… —comentó Miranda, pero paró al notar la ausencia de la loba— ¿Dónde está Lexi?

Todo el grupo miró a su alrededor buscando a la chica sin éxito de encontrarla, en eso una sensación de miedo aumentó en todos ellos.

—Miranda calma —pidió el rubio al oír como se aceleraron sus latidos—, igual tú Alec.

— ¿Cómo pides eso? Nuestro padre no aparece…es probable que ahora esté muerto como los otros —respondió pasando del miedo al enojo intenso en segundos.

—Está aquí —dijo Jace intranquilo después de notar el cambio de emoción abrupto de la rubia.

— ¿Quién? —Preguntó John mirando hacia donde lo hacía Jace— Jace ¿Quién está aquí?

—Es una trampa John… —afirmó serio— Melissa Thompson está aquí.

El rubio caminó hacia la salida del salón donde vio la cabellera pelirroja que había visto de espaldas hace un rato y empezó a seguirla.

—Mason llama al refugio, que estén alerta —ordenó John siguiendo al rubio.

—Monik está ahí, llámala —sugirió apurado—, si van por Lissa ella no dejará que le pase algo —comentó Liam con certeza.

Los cuatro fueron tras de John y Jace hacia la entrada de la mansión.

— ¿Jace? —Preguntó John caminando lentamente hacia el rubio que estaba parado de espaldas hacia él.

Liam y los otros llegaron casi corriendo hacia estos.

—No hagan nada —ordenó el rubio dando espacio a que vieran lo que él.

— ¡Lexi! —Exclamó preocupado Liam.

Marcel tenía de rehén a la castaña amenazándola con una de las dagas de plata esmaltada que traía ella en su pierna.

—Creí que tardarían más en darse cuenta —se burló Kalisman desde el último escalón de las escaleras del recibidor—, me alegra que estén todos…así podemos conocernos como se debe.

El resto de amigos de la castaña se acercaron a Jace y observaron con enojo al vampiro rubio, que además tenía a su lado a la bruja invasora pelirroja.

—Así que “él” es a quien te referías aquella noche —expresó Liam apretando su mandíbula— ¿Por qué no me sorprende que estés con ellos?




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