Demonios del eclipse

Capítulo 39.

La lluvia paró y la fiesta también, el lugar se llenó de reporteros y policías, todos tenían la misma pregunta ¿Qué había ocurrido para haber tal asesinato? La respuesta del anfitrión fue simple, un robo a mano armada y toma de rehenes para finalizar con un suicidio por no tener escapatoria. Las palabras de Kalisman no fueron cuestionadas pues preparó cada detalle en el escenario a la perfección, además de que todos los invitados presentes sabían del poder que influía el vampiro rubio en el líder del clan de vampiros más poderoso, por lo que respaldaron la versión de los hechos dada por este.

Ya era de madrugada, y los hermanos VK después de ser interrogados por la policía regresaron directo a su edificio para enfrentar a los miembros de su grupo mientras que Liam descansaba en el refugio a causa del sedante.

El hermano menor de Barton, Augustus, junto con el resto del grupo se enteraron de lo sucedido por las noticias, así que el hombre recibió a los chicos para darles su apoyo, sin embargo, sin un líder que los guíe alguien nuevo debía tomar el lugar de Barton y este reemplazo ya había sido elegido, siendo nada más ni nada menos que el tío de los chicos.

La rubia se metió a darse un baño luego se deshizo del vestido manchado de la sangre de su padre que la acogió luego del asesinato de su familia biológica, para ello entró a la bodega de las armas y le prendió fuego a la ropa, luego se quedó observando como las llamas la consumían. La joven no tenía ninguna expresión en su rostro y tampoco derramaba alguna lagrima a pesar de que estaba triste y dolida.

—Sé lo que piensas —dijo Miranda sin quitar la vista del fuego—, no podemos recuperar su cuerpo ¿o sí?

—No… —respondió agobiado Alec desde atrás de ella— La identidad de un cazador no debe ser revelada por seguridad de su familia, así que no podemos ir a reclamarlo.

—Nosotros éramos su familia Alec —expresó apretando sus dientes—, esa mierda solo aplica cuando son cazadores en secreto.

—Aquí están —interrumpió Augustus entrando—, deberían estar con el resto para ir a la ceremonia.

— ¿Sin un cuerpo o cenizas que enterrar? —Protestó ofendida— Podemos buscar su cuerpo…

—Miranda, cielo —el hombre la vio triste—, no hay tiempo para eso…

Los dos chicos lo miraron confundidos y a la vez molestos por la poca importancia que le estaban dando a su padre.

—Terminamos la ceremonia más tardar a mediodía, me reuniré con el alfa John y arreglaremos otros asuntos, luego empacaremos todo y nos iremos de Virginia —anunció el hombre sin dudar.

— ¿Qué? —Protestaron ambos— ¿Qué hay de la alianza con los lobos? ¿Qué hay de padre? —preguntó Miranda con una expresión propensa a llorar.

—Esa alianza se acabó y nos iremos de aquí, debemos seguir adelante Miranda…recuerda nuestro lema.

—Perdemos miembros de la misma forma en que matamos enemigos… —le respondió Alec con la mirada baja.

—No puede haber lugar para emociones y recuerdos —finalizó la frase de su hermano.

—Vayan a la ceremonia, digan unas palabras y despídanse de su padre…debemos seguir —ordenó firme—, es lo que hacemos.

Ambos jóvenes se voltearon a ver con una expresión de tristeza y obedecieron a su tío.

En la mañana después de que despertó Liam en el refugio, al salir de este los miembros presentes lo vieron sin decirle algo pues el chico tampoco dijo nada, solo siguió de largo hasta llegar a su casa donde su madre lo esperaba preocupada con el teléfono en su mano llamándolo.

El golpe de la puerta cerrándose atrajo la vista de Marie hacia la entrada, cuando vio quien era soltó el teléfono para ir y darle un abrazo al ver la expresión en el rostro del chico.

—No pude salvarlo —confesó entre sollozos—, estuve ahí y no pude hacerlo —se aferraba a su madre con desesperación.

—Cariño…

—Fue mi culpa mamá —admitió desconsolado—, todo ha sido mi culpa…

—No Liam, cielo no —tomó sus mejillas para limpiarle las lágrimas—, no digas eso, las acciones de los demás no son tu culpa porque cada quien elige a su voluntad.

— ¿Y entonces que se supone que haga ahora?

—Sigues adelante —acarició su mejilla y le dio otro abrazo—, la madre de Ethan se enteró y su médico autorizó que fuera al funeral…pero Jane pidió que lo cremaran.

— ¿No habrá al menos una misa? —Frunció el ceño molesto.

—Si, asistirá el padre de Jane y un hermano suyo, pero… —miró a su hijo con pena— Ella no quiere que asista ninguno de nosotros, lo siento mi amor.

—Es mi hermano ¿Por qué no…? —Se detuvo al pensar en la respuesta—Cree que es mi culpa ¿No? Si Ethan no hubiese venido…él seguiría vivo.

—Liam basta, no te mortifiques así —trató de tomarle sus manos, pero él se alejó.

—No iré a su misa —frunció la boca y luego subió a su cuarto.

—Liam… —le dijo para seguir hablando, pero él la ignoró.

Toda la tarde Liam se la pasó en su habitación encerrado. Por otra parte, la ceremonia de los cazadores en honor a Barton había acabado como Augustus había dicho y luego empezaron a alistar todo para irse, sin embargo, la rubia seguía renuente a la decisión del nuevo líder.

Augustus alistaba unos documentos en la sala de reuniones cuando la rubia entró.

—No entiendo porque quieres irte —protestó—, dices que hay que seguir adelante, pero rompiste la alianza con los lobos…teníamos un objetivo y tú lo estás botando ¡Mi padre murió por ello! —alegó molesta.

— ¡Él querría mantenerlos vivos! —Alegó el hombre para luego sentirse triste— Él era mi hermano y ahora está muerto, no dejaré que ustedes también.

—Entiendo eso —apretó sus labios y respiró hondo—, pero me quedaré en Richmond.

—Sé por qué lo haces y eso me preocupas más —sonrió triste—, pero respetaré tu decisión…nos iremos mañana a primera hora, con o sin ti —tomó unos maletines y salió.

Los cazadores habían terminado de alistar la mayor parte de sus cosas, algunos se encontraban descansado y otros preparaban la ruta al nuevo destino, pronto saldría el sol de un nuevo mañana, solo faltaban unas horas.




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