Demonios del eclipse

Capítulo 46.

—Vamos Lissa, tú puedes —animaban abajo del ring—, no seas tan ruda Miranda —bromeó Jace para poner nerviosa a la pelirroja.

— ¿Esto es necesario? —Miró a Elijah con miedo— No quiero que Miranda me golpee.

— ¡No voy a…! —Expresó alzando la voz y extendiendo sus brazos— Ya dije que no voy a golpearte —repitió más calmada.

El objetivo de Elijah era que Melissa lograra usar sus poderes para anticipar la energía vibrante de otros a su alrededor, ya que le serviría como ventaja en un combate cuerpo a cuerpo.

—Sigo sin entender que tiene que ver esto con sentir emociones —reprochó ante su idea.

—Siente más allá de las emociones Lissa —contestó sereno—, tu poder va más allá de eso, se trata de sentimientos, ideas, recuerdos, energía pura…

— ¿El alma y esas cosas? —Alegó Jace frunciendo su entrecejo sentado desde una esquina.

—Si…algo así —dijo dudoso—, una vez conocí a una bruja invasora, no era una géminis como tú sino una invasora común —contó tranquilo recordando los detalles—. Ella podía invadir las mentes sin siquiera tocar a las personas, requería esfuerzo y concentración, pero creo que tú podrías hacerlo mejor.

Mientras hablaba miraba a la pelirroja aún en el ring asustada, pero con sus palabras de aliento le provocaron una sonrisa por sentir que lo decía de verdad.

—Ahora, intenta sentir cada emoción y desarróllala, vuélvela un sentimiento, llega hasta su energía, siéntela corriendo por cada parte de ti.

Lissa respiraba hondo y movía la cabeza tratando de motivarse a sí misma, al moverla le llegaban mechones de la coleta de su cabello a su rostro; se quitó la chaqueta deportiva negra que traía puesta para quedarse en top y se la amarró a la cintura. Un ligero sonrojo llegó hasta el rostro de Liam que desvió su mirada, como Jace estaba frente a este pudo notar la acción y soltó una pequeña risita.

—Cierra los ojos —ordenó Elijah.

Lissa obedeció, con sus manos pegadas a sus piernas, las apretaba y abría repetidas veces, también sacudía sus hombros para según ella tomar motivación.

—Las emociones corren desde la punta de un cabello hasta la parte más pequeña de una uña, ¿Qué puedes sentir?

La pelirroja frunció su frente y abrió un ojo, arrugando el otro que seguía cerrado.

—No creo que deba decirlo —apretó sus labios uno contra el otro.

Elijah frunció el ceño entendiendo a lo que se refería y soltó una ligera sonrisa jocosa al igual que el resto.

—Inténtalo de nuevo pero esta vez con Miranda.

Ambas chicas se pusieron en posición de combate, con la diferencia de que Lissa mantenía los ojos cerrados. La rubia se abalanzó contra esta, pero ella la esquivo y Miranda cayó.

— ¡No fui yo! —Alzó sus manos frente a ella.

—Lo sé, fui yo —respondió sobándose el tobillo—, me dio un calambre.

—Creo que sería buena idea descansar, además muero de hambre —sugirió Lissa encogiendo sus hombros con las manos entrelazadas frente a ella—, eres un vampiro y no necesitas comer, pero yo soy muy humana —añadió con una sonrisa tierna.

Elijah suspiró y asintió riéndose.

—Hey ¿Cómo va el equipo maravilla? —Saludó alegre Monik que estaba entrando.

— ¡Ya te…! No somos el equipo maravilla —se quejó Mason fastidiado. Monik se rio—. ¿Pasa algo? Te ves más alegre de lo normal…

—Ideas tuyas Mason —arrugó su frente cruzándose de brazos—, y si pasó algo…Liam, tu amiga Lydia está aquí, John la dejó pasar.

La bruja y el vampiro voltearon disimuladamente hacia la loba al oír el nombre de la chica, pero con la misma regresaron su vista a donde la tenían antes.

—Voy para allá —avisó parándose de una silla y se fue con la chica.

Mason y Jace tomaron a Elijah, uno en cada brazo para llevarlo de nuevo a la celda.

— ¿Son muy necesarias las cadenas?

—Si —respondieron ambos sin tapujos.

Lexi ayudó a Miranda a levantarse y con Lissa la llevaron recargada sobre ellas devuelta a la casa para que tomase un descanso. Al llegar Lydia estaba en el comedor con Liam, ambos estaban entusiasmados por alguna razón desconocida.

Mason y Jace estaban en la cocina lo que significaba que Elijah ya estaba en su celda, por lo que Lissa se fue directo hacia allá sin pasarse si quiera por donde estaban los demás.

— ¿No dijiste que tenías hambre? Deberías estar arriba con los otros —comentó Elijah confundido al verla entrar—. Escucho risas ¿sucede algo bueno?

—No lo sé, no pregunté… —mordía su labio inferior nerviosa— Vi tu reacción al oír su nombre ¿la viste? Al entrar a la casa.

—No realmente, estaban en la cocina cuando entramos.

— ¿Qué es eso? Llevas días haciéndolo —miró el lienzo en el piso a lado de él—, ¿es otro paisaje acaso?

—No, es…nada —frunció sus labios—. Lissa ¿podrías hacerme un favor? —Preguntó inseguro. Ella asintió— Toma.

Le entregó un rollo de papel amarrado con un listón verde esmeralda.

— ¿Qué hago con él? —Arrugó su ceño desconcertada.

—Dáselo a la señorita Lydia.

— ¿Señorita Lydia? —Sonrió jocosa— ¿Cuándo la llamarás por su nombre? A mí me dices por mi nombre.

—Te ayudo a ampliar tu poder, las formalidades ya no quedan —argumentó y luego aclaró su garganta.

—Linda forma de decir que quieres explotarme la mente —bromeó—. Se lo daré…por cierto, ¿podré leer las cartas y poemas que has escrito?

—Ni en sueños brujita —respondió tajante, pero sin sonar grosero.

—Ya veremos cuando pueda invadir tu mente —susurró frunciendo su nariz mientras salía hacia el pasillo.

En otra parte, Kalisman colgaba el teléfono luego de haber hecho una llamada.

—Melissa estará de regreso en una semana —avisó el rubio a la mujer que comía en el largo comedor de cristal.

—La bruja va a volver y ya sabes lo que hay que hacer —comentó tomando su vino.

—Pasar desapercibidos sin hacer algo, y que ella haga todo el trabajo —respondió en desacuerdo—. No veo el punto de esto ¿Por qué cambiar el plan?




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