Demonios del eclipse

Capítulo 49.

Elijah se había ido sin decir a donde iría, su partida hizo un pequeño vacío en las personas que se habían acostumbrado a su presencia. Por otra parte, John había estado un poco alejado del equipo luego de que estos descubrieran el plan de la fusión.

En la escuela, Liam pasaba malos ratos con la presencia de Melissa Thompson quien fastidiaba al chico usando sus poderes sobre otros estudiantes, sin embargo, Lydia lo ayudaba a no explotar de enojo, además de que pasaban el almuerzo juntos en compañía de otros de sus clases como en los viejos tiempos.

Durante ese tiempo, Lydia recibió un par de cartas de Elijah donde le contaba experiencias que revivió en el lugar donde estaba y que le recordaban cosas de su vida como humano, la chica también respondía, pero siempre a una dirección diferente.

Lissa aprendió a absorber emociones a distancia y luego las desechaba en una planta que había sembrado en el jardín de John, así mismo el equipo la ayudaba con su entrenamiento, y conforme lo hacían su relación se fortalecía.

Septiembre 2024.

Jace estaba con Liam en casa de este, a quien ya le había dicho sobre su búsqueda.

—Mistrakers —dijo el pelinegro en su cama mirando el techo—, es un nombre…peculiar.

—Ya sé, no encuentro nada nuevo de ese estúpido grupo —se quejó frustrado—. Tengo el presentimiento de que lo que busco está en él, pero no hay nada.

Liam se quedó callado pensando hasta que Jace lo vio y le frunció el ceño.

— ¿En qué piensas?

—Y si… ¿el grupo cambió de nombre? —sugirió levantándose de la cama— Solo piénsalo, Lissa, las gemelas Han fueron adoptadas por sus tíos…los Thompson.

—Y ahora ellas tienen su apellido —comentó entendiendo a donde iba Liam—. Entonces, cambiaron su nombre ¿pero porque? Y lo más importante ¿por cuál?

—En las compañías suele pasar eso, quizás los Mistrakers cambiaron de líder y este cambió el nombre…quizás por el de su familia, los VK llevan su nombre por el apellido de su líder —encogió sus brazos— ¿No le has preguntado a Miranda o a Alec si lo conocen?

—No, no quiero involucrar a más personas.

—Podrían ayudar…

—Liam —le dijo en regaño—, mejor cambiemos el tema…tu cumpleaños.

—Gracias por recordármelo —contestó molesto—, no creí que mis dieciocho serían un fatídico día.

—Oh vamos, no todo puede ir tan mal —insistió—, falta una semana y lo celebraremos ¿de acuerdo?

— ¿Tengo de otra?

—No realmente —se sonrió jocoso.

A la mañana siguiente, Liam iba a su práctica de futbol y como capitán del equipo tenía que llegar ahí antes que el resto de los miembros.

— ¡Liam! —La voz de Lydia en el campo llamándolo lo detuvo— ¡Aguarda!

La chica bajita llegó agitada hasta el pelinegro.

—Hey —jadeó—, caminas muy rápido. La próxima semana es tu cumpleaños y creí que podríamos hacer algo para ese día, quizás los chicos quieran ir a…

—Lydia —su tono indicaba que no quería hablar de eso—, agradezco tu interés, pero ya dije que no iba a celebrarlo…

—Jace no te convenció ¿eh?

Liam le sonrió y negó con su cabeza.

—No tiene que ser algo tan grande —lo miró suplicante—, además Oliver querrá venir y lo sabes.

—Le dije que no lo haga porque no habrá nada —se dio la vuelta y empezó a caminar hacia el coach.

— ¿Y sabe porque no? —Emprendió su caminata detrás del chico— ¿Sabe de ya sabes qué?

—No, y no se lo digas.

—Se enojará por no haber sido el primero en saber —se apresuró para caminar a la par—, en algún momento deberás contárselo ¿o piensas ocultárselo siempre? Es tu mejor amigo Liam.

—Lo haré cuando la bruja psicópata de la que él estaba enamorado deje de querer jodernos —alegó exasperado—. Ahora tengo una práctica, te veo luego Lydia.

De regreso a su casa, Liam se encontró en la mesa de la cocina una caja pequeña, el solo verla le recordó aquel día donde su medio hermano murió y una expresión de dolor se marcó en su rostro.

Había una nota sobre la caja escrita a mano.

“Paquetería trajo esto para ti, debe ser de Oli. Hay comida en el refrigerador, vuelvo en la noche. XOXO”

Liam suspiró y puso la nota a un lado para abrir la caja. Soltó una risa al aire.

—Tonto —expresó riendo. Marcó a su amigo y esperó a que contestara.

—Hey ¿ya recibiste mi regalo? —Preguntó picaro— Dijiste que querías las figuras de acción cuando éramos niños, más vale te gusten porque costó hallarlas.

—Si, me gustan…gracias amigo, pero quiero preguntar ¿Cómo las hallaste? Estaban agotadas.

—Tengo mis métodos —afirmó para luego reír—, bueno no, un compañero de clase es un coleccionista, literal tiene de todo, y me debía algunos favores por ayudarlo con los exámenes.

—Quien diría que tu cerebro serviría para extorsionar a los alumnos inocentes y desesperados —bromeó.

El pelinegro puso el altavoz, colocó su celular en la mesa y empezó a vaciar su cocina para comer algo.

—Lydia me dijo que también rechazaste su idea de cumpleaños ¿Qué te pasa Hale? —Le reprochó— Siempre esperaste cumplir 18 para ir a clubes sin ser expulsado por usar identificación falsa.

Liam soltó un carcajada al recordar el momento que acababa de mencionar Oliver.

—Mi mamá se enojó mucho ese día —comentó riendo—, aunque prometió no decirle a la tuya… ¿No rompió su promesa?

—Marie es la mejor, claro que no lo ha hecho ¿Ella tampoco está de acuerdo en no celebrar?

—No sabe nada.

—Si serás idiota, habla claro Liam ¿Por qué no quieres celebrar? —Su voz era seria— Más vale que no sea por tu ruptura con aquella chica que me contaste.

Liam se quedó callado mirando sin punto fijo al recordar, luego respiró hondo y miró al techo esperando alguna clase de señal divina que nunca llegó.

—No —respondió al fin—, eso quedó atrás —añadió con un ligero titubeo—, pero si tiene que ver con otra chica —suspiró.




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