Ya no era yo, ni nunca lo volvería a ser. Nunca imaginé que ésta era la vida de la que tantas personas hablaban. La vida después de la muerte.
Me sentía libre, pero no lo disfrutaba de la manera en que se supone que debía disfrutarlo. Lo repito: no era yo. No soy yo.
Acepto que como la mayoría de las personas, tenía curiosidad por esto, sin embargo no quería descubrirlo tan pronto.
Temo que tendré que aceptar que ésta es mi nueva realidad. Mi nueva vida. Incluso cuando sé que absolutamente todo ha cambiado y nada volverá a ser como antes. Estoy asustada, pero después de todo eso es lo único que queda de mi humanidad.
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