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PARTE 2:

DEMONIOS.

Tenía a Frederick Kerhoff frente a mí. El miedo seguía ahí y por supuesto el instinto de supervivencia que me decía que me alejara de él.

—¿Qué le ocurrió a tu madre? —me animé a preguntar.

—Vaya, hasta que por fin haces una pregunta inteligente.

—Sólo dilo.

—Pues...—hizo una gran pausa—tu novio le atravesó el corazón con una espada.

¿Mi novio? No creo que se refiera a Brook, él es incapaz de hacerle daño a alguien y menos de esa manera. Solamente a alguien....

—Charlotte.... Tu madre es Charlotte. —dije sin poder creerlo aún.

—Aplausos—respondió él mientras aplaudía—. Lo has adivinado.

La puerta de los baños se abrió de la nada y por ella entró Brook. De inmediato me abrazó y podía notar su preocupación.

—¿Estás bien? ¿dónde estabas? —preguntó él y su respiración se escuchaba algo agitada, supuse que corrió una larga distancia. Volteé mi mirada y Frederick ya no estaba ahí.

—Estuve tan asustado de perderte.

Brook me llevó a su casa en donde ya estaban Chris y Leah. Estuvimos conversando un poco y Brook le decía a Chris todo lo que yo quería comunicarle. Todos estábamos riendo y pasando un buen rato.

—¿Me creerían si les digo que he platicado con Frederick Kerhoff? —les dije y de inmediato Brook y Leah borraron la sonrisa en su rostro.

—¿Cómo sabes de Frederick? —preguntó Brook.

—Ya te lo dije, hablé con él.

—¿Qué está pasando? —intervinó Chris totalmente confundido.

—Es imposible. Frederick lleva miles de años dormido—dijo Leah—Y en caso de que fuera verdad lo que dices, yo ya habría escuchado los cristales que estaban en su cuerpo caer al suelo.

—Los escuché yo justo antes de hablar con él.

—Chicos, alguien que me explique qué ocurre con Cassia. —habló de nuevo Chris. Pero no, nadie podía responderle porque tanto Brook como Leah estaban muy interesados en saber lo que había pasado con Frederick.

—Perdóname Cassia, pero no puedo creer en lo que dices. —dijo Leah.

—Pues deberías. —habló una voz a espaldas de Brook. Era Frederick, cargaba con él un palo de fierro con el cual golpeó la cabeza de Brook, dejando a Chris, a Leah y por supuesto a mí con la boca abierta.