Demonios Incubos y Parálisis del Sueño

Demonios Incubos y Parálisis del Sueño

La ciencia no cree en espíritus, todo lo que huela a espíritus y fenómenos paranormales suele tener una explicación científica que toma a la sugestión, la superstición y las creencias como motivo y causa de delirios, histerias colectivas y alucinaciones muy propias del psiquismo humano.

 

El padre Gabriel Gómez lo sabía bien, y aunque llegó a atender muchos casos de supuesta posesión demoníaca y variadas opresiones espirituales y psicológicas por brujería y muchos otros misterios, su amplio conocimiento y proceder siempre partía de una base científica que hacía de su asistencia

espiritual una especie de terapia psicosocial que buscaba guiar la conciencia del paciente o supuesto abatido por los espíritus a recobrar su lucidez, tratando de rescatarle poco a poco de la superstición y la ignorancia. 

 

Fue el padre Gabriel quien personalmente me contó esta historia una tarde de domingo hace ya más de 20 años, antes de la celebración eucarística.

 

-Hace como un mes vino por aquí a la parroquia una señora mayor buscando ayuda para su nieta, que supuestamente estaba viviendo un infierno al parecer por espíritus malignos o algo malo que le habían puesto; la señora parecía preocupada porque nadie más se enterara de las dificultades de su nieta, hablaba como con cuidado de que más nadie le escuchara.

 

Tú sabes que con toda la experiencia que he ganado con estos casos en esta comunidad parroquial me siento muy agradecido con Dios, afortunado de estar aprendiendo tanto del psiquismo humano.

 

Resulta que la muchacha, a quien voy a ponerle por nombre Laura, pues tú bien sabes que por respeto no digo su nombre real, es una muchacha de 35 años, madre soltera de dos niños, uno de seis y uno de cuatro años, separada hacía año y medio del marido, padre de sus niños, con quien al parecer vivió una amarga relación.

 

Antes de atenderla sabes que debe confesarse, es importante saber aquello que oprime su conciencia, y aunque no te puedo dar detalles por el sagrado secreto de confesión, lo que sí te digo es que han sido siempre una familia muy católica pero bastante supersticiosa y temerosa de la brujería y toda esa idiosincrasia; desde muy chica recuerda que su madre y su abuela creían en eso de las siete potencias africanas, del panteón yoruba, la mano poderosa, María Lionza y Guaicaipuro y tantos otros más.

 

Laura dice que todo comenzó desde el día que encontró un pequeño roto extraño debajo

de su colchón, donde dormía con su esposo; un pequeño frasco como de 50 mililitros, metido dentro del colchón de manera estratégica, parecía estar lleno como de tierra,

pelo, papeles pequeños con extraños escritos y algunos trozos como de pequeños huesos.

 

La muchacha acostumbrada a tantas creencias, no dudó en creer de inmediato que era la suegra quien le estaba haciendo brujería, pues aunque no vivían con ella, era ella la única extraña en tener acceso a la casa,

además de que se llevaban bastante mal, pues la señora era muy entrometida y al parecer sabía y aprobaba que el hijo tuviera una amante.

 

De inmediato Laura escondió el frasco en un oculto rincón del armario y fue a contarle todo a su mamá y a su abuela, quienes alarmadas acudieron donde una de sus clarividentes consejera espiritual, una anciana practicante de la santería, creo que era de esas que siempre visten de blanco y cargan un rosario en el cuello.

 

La clarividente luego de unos rezos y un minucioso examen espiritual a la muchacha, terminó por confirmar sus sospechas: “que sí, que era la suegra”.

 

Créeme, no sé qué les pidió, pero ,lo que me contaron fue que se puso manos a la obra; sin embargo, como a los 15 días del hallazgo del pequeño frasco, que terminaron por dejarle a la clarividente, de la manera más inesperada empezó a pasar lo siguiente: El esposo de Laura, quien obviamente no estaba enterado de nada, empezó a notar ruidos extraños dentro y fuera de la habitación algunas madrugadas entre las 2:45 y 3:30 a.m. algunas veces hasta creyó ver sombras rápidas que en medio de la oscuridad corrían silenciosas entrando y saliendo de la habitación y pasaban veloces por el pasillo oscuro luego de que la puerta de la habitación se abría sola sin hacer el más mínimo ruido.

 

Alarmado, pronto hizo saber tales cosas a su mujer Laura, pues no creía estar alucinando ya que todo era muy claro y en total vigilia y lucidez.

 

Así fue como una madrugada Laura también logró ver las sombras con claridad, ante lo que juntos encendieron las luces y buscaron por toda la casa sin encontrar absolutamente nada fuera de lugar.

 

Lo primero que hicieron fue echar agua bendita por toda la casa mientras rezaban en voz alta el padre nuestro y el salmo 91, lo que al parecer funcionó la primera semana, pero luego, la segunda semana, una madrugada de martes, el esposo de Laura al escuchar extraños pasos en la habitación cerca de su cama, abrió los ojos y en la oscuridad de la habitación que no era total, pudo ver una silueta humana muy oscura y muy grande, pero notó también que no podía moverse, quedó completamente paralizado mientras aquel extraño ser parecía mirarle detenidamente sin hacer ruido, dice que todo el tiempo pudo tener los ojos abiertos y que hasta pudo ver cómo aquella extraña sombra salió caminando de la habitación, luego de lo cual pudo moverse, levantarse y correr con violencia para seguir al intruso, pero una vez más, despierta ya su mujer, buscaron y buscaron y nada extraño hallaron en la casa.




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