Demons (libro 2. Ángel Rebelde)

Malas noticias

Un par de días después del encuentro de Kellen con Samael, iba con Lil camino al departamento de ella cuando comenzó a repicar su móvil.

  • Es… él – dijo Lil

Kellen no necesitaba una aclaración con respecto a la identidad de quien llamaba, pues desde que Lil se había enterado de todo, no había sido capaz de volver a llamar papá a Samael, algo muy inconveniente de cara al futuro inmediato.

  • Contesta – dijo Kellen

Sin embargo, Lil solo se quedó mirando el móvil hasta que dejó de sonar.

  • ¡Maldición! – masculló Kellen

Samael no solía esperar más allá de tres repiques antes de cortar la comunicación, y aunque se molestaba mucho cuando su hija no le respondía de forma inmediata, tampoco insistía y esperaba pacientemente a que ella le retornase la llamada. Esto era lo que Lil sabía, lo que no sabía, era que cuando ella no contestaba, la próxima llamada que hacía Samael era a Kellen, y a eso obedecía la expresión del chico cuyo móvil comenzó a sonar a continuación.

  • Dime – contestó
  • ¿Dónde está y qué está haciendo que no puede responder?
  • En los servicios

Sin agregar nada más, Samael cortó la comunicación mientras Lil miraba a Kellen.

  • Ahora que ya lograste fastidiarme, ten la amabilidad de devolver la maldita llamada
  • Pero… no quiero hablar con él
  • Pues que pena, Randall, pero yo tampoco quiero pasarme el día inventando excusas que él no creerá y terminará apareciéndose donde estés
  • ¿Por qué iba a hacer eso? Otras veces me ha llamado y he demorado en responder, pero no por eso…
  • En primer lugar y si haces memoria, nunca has dejado de responderle, aunque sea unos minutos después, y en segundo término, si no lo haces y como ya dije, me fastidias a mí.
  • ¿Siempre hace eso?
  • ¿El qué?
  • Llamarte si no contesto
  • Ah sí, siempre

Lil aún le dio muchas vueltas al asunto, pero finalmente se decidió a llamar.

  • Lil – escuchó que contestaba Samael
  • Hola…
  • Vaya, si yo no te llamo tú pareces incapaz de hacerlo
  • Lo siento, he estado muy ocupada en la universidad
  • Bien, pero como tendrás varios días libres la próxima semana, espero verte en casa

Antes de que Lil tuviese ocasión de protestar o de encontrar una excusa, ya Samael había cortado la comunicación. Kellen que naturalmente había escuchado, dio un giro para cambiar de dirección, pues era urgente que hablase con Heylel, ya que como él había advertido, Samael no tardaba en querer ver a Lil, así que esperaba que Heylel hubiese encontrado una forma efectiva y que no despertase las sospechas del progenitor de la criatura, para evitar aquel encuentro. No era que él creyese, como había pensado Heylel, que Samael quisiera verla porque albergase algún sentimiento tan normal como el amor paternal, sino que era su forma de asegurarse de mantener controlada a Lil.

  • ¿Qué haces infeliz? ¿Acaso quieres que nos estrellemos? – preguntó Lil al irse de lado por el brusco giro – Quizá tú no tengas motivos para preocuparte, pero yo sigo siendo mortal – enfatizó

Sin embargo, Kellen no se molestó en contestar, algo a lo que ella ya estaba acostumbrada, aunque no evitaba que siguiese reclamándole.

  • ¿Qué estamos haciendo aquí? – preguntó Lil un momento después y al ver dónde estaban
  • ¿Tú qué crees?

Aunque la pregunta era retórica, igual tuvo que soportar una extensa respuesta que incluía la no solicitada opinión que sustentaba Lil acerca de su persona, misma a la que él no prestó atención.

  • A un lado, niño – dijo Kellen al entrar y casi chocar con Dev
  • ¡Óyeme! – exclamó Lil intentando detenerse para saludar con corrección – Hola Johan – lo saludó Lil

Aunque ella ya sabía que su nombre real era Dev, había decidido seguir llamándolo Johan para evitar confusiones cuando estuviese con sus amigos, y aunque éstos ya sabían su verdad, no había tenido ocasión de decirles que Dev también pertenecía a su recién descubierta especie.

  • No tenemos tiempo para esto – dijo Kellen y sujetándola siguió arrastrándola hacia el despacho
  • Tío Virgil no está allí – dijo Dev haciendo que Kellen se detuviese
  • ¿Dónde está?
  • Averígualo, tú eres el cazador ¿no?

Como Kellen no se caracterizaba por su paciencia y ya se ha descrito con suficiencia su poca amabilidad, volvió sobre sus pasos con expresión tormentosa, pero Lil se interpuso entre ellos.

  • ¿Qué sucede contigo? Déjalo en paz
  • Descuida Lil, ya todos estamos acostumbrados a ser víctimas de su agradable carácter, pero no deja de causarme curiosidad la razón por la que tío Virgil ha decidido castigarnos con su presencia ¿Lo sabes tú?
  • ¡Dev! – escucharon que decía Fadiel




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