Demons (libro 2. Ángel Rebelde)

Escondite

Kellen y Daver que eran los responsables de sacar a Lil de la casa de Samael, si era necesario, en cuanto habían recibido la  orden de Heylel lo habían hecho sin pérdida de tiempo, pero una vez fuera de allí y viendo las condiciones en las que se hallaba la chica, al menos Daver lucía muy preocupado.

  • ¿Qué hacemos? – preguntó
  • Nada – contestó Kellen
  • ¿Nada? – insistió el chico – Parece enferma y…
  • Solo está alterada, no enferma – lo interrumpió Kellen mientras llevaba sus manos al plexo solar de Lil

Aunque no era a él a quien Kellen estaba tocando, igual Daver percibió la enorme corriente de energía y pensó que aquel sujeto se estaba pasando, pensamiento que se reforzó al ver que Lil se iba de lado.

  • ¿Qué sucede contigo? – le preguntó a Kellen, pero según su costumbre, él no contestó – Es una nephilim, pero aun…
  • Ya lo sé – dijo Kellen con fastidio
  • Entonces no deberías utilizar una energía como esa
  • Era necesario que se tranquilizase – dijo él llevando ahora sus manos a la cabeza de la chica
  • ¡Déjala en paz!

Daver había intentado apartarlo, pero siendo que Kellen le llevaba la ventaja no solo de los años, sino de la condición, Daver terminó dolorosamente estampado contra una pared.

  • Deja de fastidiar, niño

La preocupación de Daver obedecía a que ellos manejan niveles de energía superiores a los de los seres humanos, y aunque podían utilizarla, como dijo Kellen, en beneficio de los mismos, debía ser en una concentración moderada o corrían el riesgo de hacerlos sufrir un colapso por lo que podría describirse como una sobrecarga de energía que el cuerpo humano no está acostumbrado a recibir.

  • Te ordenaron protegerla, no matarla – insistió Daver
  • Y no voy a hacerlo, necio, pero si no se tranquiliza, quien querrá matarnos será ella
  • ¿Por qué querría hacer eso? – preguntó y Kellen se volvió para mirarlo

Kellen no creía mucho en la inocencia, pues pensaba que si en los seres humanos esta duraba poco, un descendiente en cualquier época de su vida estaba mucho más alejado de ella, así que después de unos segundos, expresó sus pensamientos como solo él podía hacerlo.

  • No sé si eres simplemente estúpido o te negaron un cerebro útil, porque de inocencia estoy seguro que estás más carente, de modo que asumiendo lo primero, te recuerdo que Samael acaba de decirle algo de naturaleza como mínimo impactante y que no va a elevarnos en su escala de estimaciones – dijo señalando a Lil
  • Sigo sin entender, porque no dijo nada que no supiésemos
  • No dijo nada que no supiésemos nosotros, pero no lo sabía ella, que es lo importante – le dijo, pero como Daver seguía teniendo expresión de confusión, agregó – Tú eres un condenado descendiente y siempre has sabido quién es Heylel, pero si no es mucho esfuerzo para tu cerebro, intenta imaginar que fueses un humano común y que de pronto alguien te dijese que un individuo muy cercano a ti, con el que has hablado y en quien has confiado, es nada más y nada menos que Lucifer, príncipe de los infiernos
  • ¡No lo llames así!
  • No fue mi idea y ciertamente no soy yo quien lo hace, pero sabemos que no es solo así como lo llaman, sino de otras muchas formas
  • Igualmente equivocadas todas
  • Tal vez no todas – y si alguien lo sabia era Kellen –  pero lo importante no es lo que tú o yo podamos creer, sino lo que ella sabe o cree saber
  • Bien, pero ya ella lo conoce, sabe que ha estado protegiéndola y además esta el pequeñísimo detalle de que Virgil está loco por ella
  • Empezando por el final, coincido en lo de loco, pero hasta ahí – aclaró Kellen – sin embargo, es algo que ella no cree ni ha creído nunca, pero suponiendo que se hubiese mostrado inclinada a creerle, ¿cómo crees que reaccionará ahora sabiendo quién es en realidad?
  • Un nombre no cambia a las personas
  • No, pero sí cambia la percepción que pueda tener alguien acerca de esa persona
  • Eso es ridículo
  • Tal vez, pero no por eso menos real
  • Aun aceptando eso, ni tú ni yo tendríamos nada que ver, así que no creo que tuviese nada en nuestra contra
  • Definitivamente tú eres un imbécil y comienzo a dudar que Zaveve sea tu padre, porque ese infeliz puede ser muchas cosas, pero estúpido no es una de ellas – dijo  con su antipatía habitual – El solo hecho de estar relacionados con Heylel de cualquier manera, nos hará culpables de lo que a ella se le de la gana, y te sugiero creerme, porque la conozco desde la cuna

Aunque Daver seguiría sin encontrarle mucha lógica a aquel razonamiento, sin duda Kellen estaba mucho mejor encaminado que él, pues cuando Lil comenzó a recuperar la conciencia, y aunque Kellen había hecho un trabajo inmejorable para tranquilizarla, fue inevitable que ella comenzase a pensar en lo sucedido y a acomodar las piezas según su criterio.




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