A la mañana siguiente, todos los Belmont y sus aliados se preparaban para la batalla, equipados lo mejor posible, montaron sus caballos y llegaron hasta las llanuras de Targoviste, donde hacía más de quinientos años se había librado una gran batalla entre los otomanos y los ejércitos boyardos de Vlad.
Era de noche cuando en la cima de una loma vieron con gran espanto y terror, como un ejército de vampiros corrían hacia ellos, se encomendaron al altísimo, como su orden de proteger el bien y la humanidad lo indicaba, picaron sus caballos para abalanzarse contra ellos.
Mientras todos peleaban con ahínco, Vlad fue con Rudick y Denis.
-Tenemos que encontrar a mis capitanes – les dijo desde su caballo.
- ¿En dónde podrán estar? – preguntó Rudick.
-Conociendo a Vasile estará en la vanguardia, los otros seguros estarán resguardados en la parte de atrás – Cabalgaron juntos en la parte de enfrente a lo lejos Vlad divisó a Vasile – ¡Lo veo esta por allá! – les gritó, lo siguieron, Denis y Vlad comenzaron a luchar con él, pero realmente era fuerte, sus soldados trataban de protegerlo, pero Rudick, Eleana y Gwen los detenían, no fue fácil exterminarlo, era extremadamente fuerte, experto en manejar la espada para cuando lo mataron, ya había terminado con varias vidas.
-Tenemos que llegar hasta la parte de atrás – les dijo Vlad.
- ¿Qué estamos esperando? ¡vamos! – apremió Denis.
Como pudieron se abrieron paso entre un mar de vampiros luchado contra los Belmont y sus aliados, cuando llegaron a la retaguardia, a Vlad le costó trabaja encontrar al resto de sus generales, por fin vio a Ion.
- ¡Por allá esta Ion! – les gritó, pero en eso vio a Florián - ¡También esta Florián! - Gritó indicando hacia donde estaba.
- ¡Háganse cargo de Florián yo voy tras Ion! – les indico Denis, Rudick y Vlad asintieron para estar de acuerdo, Denis y Eleana fueron tras Ion. Florián dio una gran pelea en parte por sentirse tan amenazado comenzó una lucha encarnizada, hirió a Rudick en la pierna haciéndole un gran corte, Vlad se lanzó a él enfurecido.
-Mi príncipe ¿por qué estás en nuestra contra? Te ayudaremos a conquistar el mundo – le decía con una sonrisa horrible de carne putrefacta.
-No quiero conquistar el mundo, ahora lo único que quiero es una vida tranquila, - le decía mientras le asestaba bayonetas, - y ustedes me están molestando, me quitan esa tranquilidad que tanto me he esforzado en tener – en ese momento Gwen emite un grito cuando le da muerte a un vampiro que trata de defender a su capitán.
-Ah, ahora comprendo por qué los defiende – en un movimiento rápido Florián se lanza contra Gwen, pero antes de que llegue a ella fue atravesado por la espada de Vlad – Ella viendo a su héroe le sonríe, cuando tuvieron un respiro fueron a ver la herida de Rudick, Gwen le hizo un torniquete, él se levantó para seguir peleando.
Al mismo tiempo Denis se encontraba frente a frente con Ion, el más fiero de los capitanes, se había parapetado en una ruina de lo que alguna vez fue un castillo, cuando vio a Denis, hizo una mueca de sonrisa, como retándolo…
- ¿Eres tú el que se va a atrever a enfrentarme?
-A veces tengo muy mala suerte, me toca lo peor – le dijo Denis igual de fanfarrón.
Ion dio un grito aterrador cuando se fue contra Denis, el encuentro fue sangriento, Ion de una fuerza descomunal no tenía compasión por su oponente, Denis estaba agotado, cayó al suelo cuando iba para atrás, tratando de estar fuera de sus envistes, Ion pensó que ya lo tenía cuando Eleana se atravesó entre los dos, Ion pensó que la mujer que tenía enfrente sería fácil de eliminar, pero se equivocó, Eleana sí que le dio batalla, llevándolo hacia atrás alejándolo de Denis, Ion con un rápido movimiento la hirió junto al hombro, Denis que ya estaba junto él no pudo evitar que la hiriera, pero rápido tomó ventaja replegándolo, enfurecido por haberle causado daño Eleana, Ion estaba acabado.
- ¡Crees que eres el héroe de la historia! – le dijo desesperado.
-Yo – le dijo Denis mostrándole sus enormes colmillos – yo, soy el lobo de la historia – para terminar, rodando la cabeza del fiero capitán, fue junto a Eleana que estaba tratando de parar la sangre de su herida – déjame ver – le dijo viendo el hombro ensangrentado – se ve profunda, admirado de la fortaleza de la dama que no emitía ni un quejido – gracias por salvarme -ven déjame ayudarte.
-Estaré bien – le dijo ella tomando su espada, apartándose de él, no podía tenerlo cerca, su corazón latía demasiado, él la tomó de la mano y la acercó con un tirón, acariciando su mejilla, le opuso su frente en su frente para tenerla cerca y aspirar su aroma.
-No, tú te quedas aquí – ella se safó de su agarre.
-Creo que no me conoce barón – Eleana con espada en mano entró en la batalla, la joven era tanto valiente como aferrada.
Horas después los Belmont y sus aliados fueron los victoriosos, en parte gracias a los adelantos tecnológicos con sus armas, rifles, pistolas contra espadas, pero para terminar con una horda de vampiros se les tenía que exterminar a la antigua, decapitándolos.
Unos días después ya descansados y los heridos recuperados, Eleana entró en la habitación de Denis, lo encontró recogiendo sus pertenencias.